La presencia de Luis Almagro en la frontera colombiana invocando la «responsabilidad de proteger» delata su pretensión de promover la intervención militar en Venezuela, al margen de la ONU, tal como lo sugieren sus propias palabras. El secretario de la OEA es tan duro con Venezuela que casi nadie le cree: habla de genocidio e […]
La presencia de Luis Almagro en la frontera colombiana invocando la «responsabilidad de proteger» delata su pretensión de promover la intervención militar en Venezuela, al margen de la ONU, tal como lo sugieren sus propias palabras. El secretario de la OEA es tan duro con Venezuela que casi nadie le cree: habla de genocidio e insta a una intervención extranjera.
No podemos descartar ninguna opción, dice, sin aclarar quiénes son ese «nosotros» ni a quien obedece. Se muestra tan belicoso ante el gobierno venezolano que logró el milagro de unir a toda la izquierda uruguaya… en su contra, señala el diario conservador El Observador.
Fue más allá de lo que funcionarios estadounidenses se atrevieron jamás a expresar: «La presencia cubana en Venezuela coadyuva al régimen bolivariano en tareas de represión, inteligencia, identificación de civiles, de tortura, entre otros». Luego habló de desnutrición como «campaña de exterminio».
El Grupo de Lima, integrado por una docena de países latinoamericanos que era la punta de lanza contra Venezuela, dejo descolocado a Almagro, y rechazó una eventual intervención militar en esa nación. Es más, expresó «su preocupación y rechazo ante cualquier curso de acción o declaración que implique una intervención militar o el ejercicio de la violencia, la amenaza o el uso de la fuerza en Venezuela».
En ese sentido, abogó por «una salida pacífica y negociada» para restaurar la democracia en Venezuela y a superar la «grave crisis política, económica, social y humanitaria que atraviesa ese país», por lo que reiteraron que continuarán promoviendo iniciativas para este fin en el marco del derecho internacional.
Esta plataforma fue creada por iniciativa del anterior gobierno de Perú para denunciar un quiebre del orden democrático en Venezuela ante la creación de la Asamblea Nacional Constituyente, cuya legitimidad no reconoce.
El Observador señaló que difícil de entender que un diplomático uruguayo de inspiración nacionalista acepte una intervención extranjera. La actitud de Almagro, añade, coincide con la ultraderecha venezolana que con la de EEUU. «Puede esperarse casi cualquier cosa de Donald Trump, incluso hipótesis de ataque, pero en su entorno parece predominar la idea de que el chavismo es un aliado estratégico: su mejor carta estratégica, funcional a sus intereses (…)
«La OEA es intrascendente y Almagro está muy solo», añade El Observador. De todas formas, en Washington se habla de su renuncia y también de su sucesión y/o destitución, ante la caída vertiginosa de la credibilidad del organismo panamericano. En 2015 quedó como único candidato, tras la renuncia del ex-vicepresidente de Guatemala Eduardo Stein, por motivos de salud.
Estados Unidos venía preparando para ese cargo al todavía canciller mexicano Luis Videgaray, quien difícilmente logre el apoyo del nuevo presidencia Andrés Manuel López Obrador. Pero candidatos -sobre todo autocandidateados- para el cargo de procónsul colonial, no faltan.
Junto a él quedaron alienados el genocida expresidente colombiano Álvaro Uribe y el senador republicano Marcos Rubio, guionista y financista de la oposición radical venezolana. En una universidad estadounidense Uribe -el del Clan de los 12 apóstoles, el de las paramilitares Convivir, de los falsos positivos (asesinato de campesinos, vistiendo sus cadáveres como guerrilleros para que parecieran muertos en combate), de las chuzadas, del bombardeo a Ecuador- afirmó que «le faltó tiempo para una acción militar contra Venezuela». Y en ese entonces no gobernaba Maduro…
A tono con las declaraciones de Guillermo Botero, el nuevo ministro de defensa colombiano el pasado viernes 14 de septiembre, uno se pregunta si el presidente Iván Duque vino a cumplir esa tarea que dejó pendiente quien se dice ser su padrino político. ¿O son los deseos de la mafia mayamera expresados por Marcos Rubio?
Las apetencias alocadas de la oligarquía colombiana no por vieja dejan de ser evidentes: Golfo de Venezuela, Lago Maracaibo, petróleo venezolano, salida al Caribe-Atlántico, servir de peones al ajedrez del capital transnacional y ahora el expediente de la «violación masiva de derechos humanos» con que pretenden justificar la agresión contra Venezuela no es creíble ni para quienes lo intentan
«El expediente de la «violación masiva de derechos humanos» con que pretenden justificar la agresión contra Venezuela no es creíble ni para quienes lo declaman.
Almagro quiere ignorar de que el uso de la fuerza está prohibido y que las únicas dos excepciones se dan en casos de legítima defensa ante un ataque, o derecho conocido como Pacto de Briand-Kellogg; o en casos de amenazas a la paz o actos de agresión que permite al Consejo de Seguridad tomar medidas coercitivas que van desde un bloqueo económico hasta el uso de la fuerza.
La explicación de estas limitaciones está en que el principio de «responsabilidad de proteger» puede ser mal utilizado. Y lo hacen, como cínicamente quiere hacerlo Almagro.
Luego de ser desmentido por los gobiernos miembros de la OEA, Almagro respondió al expresidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, quien dijo que las intervenciones militares unilaterales corresponden a una doctrina «insostenible» y «arcaica».
El secretario general de la OEA respondió al expresidente y dijo: «El señor Zapatero tiene un problema muy grande de comprensión y que podemos definirlo de distintas categorías (…) Mi consejo, es un consejo nada más: que no sea imbécil. Es un consejo importante, bueno, creo que le puede hacer mucho bien». España anunció que protestará ante la OEA por los insultos de Almagro a Zapatero.
Ya en la Cumbre Latinoamericana de Miami había dicho que «hay que tirar la dictadura porque si no el año que viene vamos a estar lamentándonos. No podemos descartar ninguna medida para tirar abajo esta dictadura. No podemos ser permisivos. No debemos esperar a que Venezuela sea Ruanda, hay que evitar que sea Ruanda. Y ya son millones las personas asesinadas, torturadas, desplazadas en Venezuela. La responsabilidad de proteger no es contar muertos», afirmó Almagro en Twitter.
Podríamos entender estas declaraciones en la boca de Donald Trump, pero de un secretario general de la OEA, parece un despropósito sin par, incitando una guerra. La agenda de Luis Almagro poco a nada tiene que ver con el diálogo, sino que ha llamado abiertamente a una guerra civil en Venezuela. Peor aún, la promueve.
El papel de sicario interméstico que cumple este señor a cargo de la secretaría general de la OEA queda reducido a él mismo cuando es cuestionada su visita a Colombia y su discursiva guerrerista por gobiernos que antes lo apoyaron, señala el jurista Beltrán Haddad.
Lo que ahora intenta, ante los fracasos de aplicar la Carta Interamericana contra Venezuela y la declaratoria de «crisis humanitaria», es conjugar de una manera criminal la decisión política de injerencia que ejecutan los gobiernos de EEUU, Canadá, la Unión Europea y el Grupo de Lima con el desequilibrio que esa decisión extranjera de bloqueos ha provocado en la vida doméstica de la sociedad venezolana,
La intervención por la vía del principio de «responsabilidad de proteger» es inaplicable en Venezuela donde no existe lucha armada ni ataques masivos a su población y está largamente distante de los trágicos acontecimientos de Ruanda, Somalia o Kosovo, entre otros.
La «responsabilidad de proteger» se da en conflictos intraestatales cuando hay ataques masivos contra una población civil, o crímenes de guerra y amenazas que traspasan fronteras y afectan a la comunidad internacional como el terrorismo o las armas biológicas.
México, Chile y Colombia ¿pies de barro?
Venezuela pidió el domingo 23 a México, Chile y Colombia aclarar si funcionarios de sus embajadas apoyaron la fallida fuga de uno de los presuntos responsables del estallido de drones el 4 de agosto pasado, durante un acto encabezado por el presidente Nicolás Maduro. «No hay inmunidad diplomática en el caso de encubrimiento de terroristas, advirtió el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez.
El día anterior habían sido capturados Henryberth Rivas Vivas, alias Morfeo, y otras dos personas, Ángela Expósito, de doble nacionalidad española-venezolana, señalada por esconderlo en su residencia, y el coronel en retiro Ramón Velasco.
.En confesiones en video difundidas por el ministro, Rivas relató que personal diplomático estaría relacionado con sus frustrados planes de huir de Venezuela y dijo haber recibido instrucciones para contactar con un funcionario de la embajada chilena, quien lo ayudaría a trasladarse a Colombia con la mediación de personal de las sedes diplomáticas de México y Colombia.
El gobierno de Chile tiene que explicar por qué un asesino, un terrorista, recibe la instrucción (…) de que se dirija a su embajada, expresó Rodríguez. En esa sede diplomática está refugiado el parlamentario opositor Freddy Guevara, después de ser acusado de incitar a la violencia durante las protestas callejeras que provocaron unos 125 muertos en 2017.
El ministro precisó que hasta el momento 28 personas están detenidas, y pidió a Estados Unidos y Colombia aprobar la extradición de quienes fueron señalados como autores intelectuales, entre ellos el dirigente opositor Julio Borges, y reiteró las acusaciones contra el expresidente colombiano Juan Manuel Santos, quien está detrás de lo sucedido, según Maduro.
El presidente de Colombia, Iván Duque, tiene que deslindarse de los hechos planificados en el gobierno de Juan Manuel Santos. ¿O no? ¿O está de acuerdo con el intento de asesinato? , preguntó Rodríguez.
Un funcionario de migración en Colombia, que el gobierno venezolano identificó como Mauricio Jiménez, es acusado de haber permitido el paso por la frontera de responsables del ataque para recibir entrenamiento en la localidad colombiana de Chinácota.
Por otro lado, la cancillería venezolana pidió este domingo a Colombia mayores esfuerzos en la lucha contra el narcotráfico ante un aumento alarmante de cultivos ilícitos, en especial en la zona fronteriza común. «Venezuela apremia a las autoridades colombianas realizar esfuerzos sinceros y efectivos y asumir las responsabilidades internacionales por los daños que ha causado la industria del narcotráfico a países vecinos y al mundo», señaló la cancillería.
Un informe de la Oficina de ONU contra la Droga y el Delito, indica que Colombia concentra 68,5% de los cultivos de coca en el mundo y al cierre de 2017 contaba con 171 mil hectáreas de coca sembradas, 25 mil más respecto de la medición de 2016. subraya el comunicado.
Como era de esperarse, Bogotá salió al paso de las acusaciones, Chile citó al embajador venezolano en la cancillería y llamó al gobierno de Maduro a retirar sus «calumniosas insinuaciones contra nuestro país» (en realidad fue contra funcionarios chilenos), y México rechazó los que apuntan a un presunto vínculo de funcionarios de su embajada en Caracas con los autores del intento de asesinato contra el presidente venezolano.
Álvaro Verzi Rangel. Sociólogo venezolano, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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