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La "guerra" del gas

La UE salva la cara con un acuerdo de última hora para enviar observadores

Fuentes: Gara

Moscú y Kiev solicitaron el envío de observadores internacionales para garantizar el suministro y tránsito del gas ruso por territorio ucraniano, pero no fue hasta última hora de la noche cuando fuentes de la Presidencia checa de la Unión Europa (UE) anunciaron haber llegado a un acuerdo de última hora con Rusia para el envío de observadores europeos a Ucrania. Antes Gazprom había rechazado su firma al exigir la presencia de técnicos rusos.

El primer ministro checo y presidente de turno de la Unión Europea (UE), Mirek Topolanek, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, llegaron anoche a un acuerdo «in expremis» sobre el envío de observadores europeos a Ucrania para controlar sobre el terreno el suministro de gas ruso a Europa, interrumpido desde el miércoles.

El anuncio fue realizado por un portavoz de la Presidencia comunitaria, que señaló que tras una comunicación telefónica, ambos mandatarios acordaron las condiciones para desplegar una misión de vigilancia en todos los lugares pertinentes para controlar los flujos de gas. «Los detalles exactos sobre esta misión deberán concretarse mañana (por hoy)», añadió.

Esta comunicación se dio a conocer a última hora de una jornada caótica en la que, a media tarde, el presidente de Gazprom, Alexei Miller, aseguró que había un consenso con la UE para reanudar el suministro y el viceprimer ministro ucraniano, Grygoriy Nemyria, dijo que Ucrania había aceptado la misión de observadores europeos planteada por la UE, pero con el paso de las horas Bruselas reconoció el fracaso de su mediación. La UE firmó un primer acuerdo con Ucrania, al que Rusia no se sumó después de que Gazprom exigiera la presencia de técnicos rusos junto a los observadores comunitarios.

«Los rusos no tienen ninguna razón para rechazar la propuesta», afirmó el ministro checo de Industria y Comercio, Martin Riman, al anunciar la falta de acuerdo tras una intensa jornada de negociaciones en Bruselas entre la Presidencia checa de la UE, la Comisión Europea (CE) y los presidentes de Gazprom y de la ucraniana Naftogaz, Oleg Dubina. Riman se mostró «decepcionado» con la posición de Moscú, al tiempo que dijo que Ucrania demostró «buena voluntad».

El comisario europeo de Energía, Andris Piebalgs, explicó que «no ha habido un cambio en las condiciones» y que los rusos «nunca dijeron que aceptarían que los observadores fueran de la UE» únicamente. Recalcó que la exigencia de Gazprom de que haya observadores rusos en Ucrania es la «única condición» que ponía el consorcio ruso, pero que se trata de una cuestión que deben decidir, sin intervención de la UE, Kiev, que la rechaza, y Moscú.

Piebalgs señaló que, a pesar de todo, la UE enviará hoy su misión de observación a Ucrania, integrada por diez o doce técnicos de empresas del sector gasístico y expertos de la CE, ya que «necesitamos estar en el lugar en el momento en el que el flujo sea restaurado». El lunes se celebrará un Consejo extraordinario de Ministros de Energía para evaluar las medidas a adoptar.

Tras el fracaso de la negociación, Miller responsabilizó a Ucrania del fracaso en la firma de un acuerdo, mientras que un responsable de la delegación ucraniana juzgó «inaceptables» las exigencias rusas, y acusó a Moscú de «hacer descarrilar las negociaciones».

«Crisis profunda»

Los presidentes de la Unión Europea y de la Comisión Europea reconocieron que el problema ha alcanzado un nivel en el que hace falta «voluntad política», que debe materializarse con la reanudación del flujo de gas.

El checo Martin Riman admitió que la UE afronta una «crisis profunda» que pone de manifiesto su dependencia europea del gas ruso y su «vulnerabilidad» ante una interrupción de las entregas, por lo que pidió una reflexión a largo plazo para garantizar la seguridad energética que incluya un debate sobre la energía nuclear.

El Comité de Coordinación del Gas de la Unión Europea se reunirá hoy en Bruselas para estudiar medidas para paliar los problemas de los países afectados, como qué reservas de gas se les pueden enviar, las posibles medidas de restricción del consumo o la utilización de combustibles alternativos.

Posición geográfica clave

Mientras las reuniones se desarrollaban en Bruselas y la mediación comunitaria fracasaba, algunos analistas destacaban la determinación de Ucrania, situada entre la UE y Rusia, de explotar plenamente su situación geográfica, que le lleva a adoptar una posición muy confiada en este conflicto que le enfrenta con su vecino ruso.

«Ucrania y los expertos ucranianos piensan que el país se encuentra en una posición tal que puede imponer sus condiciones a Gazprom», asegura Vladimir Kornilov, responsable de la oficina ucraniana del Instituto CIS de Moscú. «Ucrania sabe perfectamente bien que Rusia no tiene ahora alternativas», añade.

Desde la desintegración de la Unión Soviética, en 1991, Ucrania es la principal vía de tránsito del suministro de gas ruso a Europa, ya que por su territorio pasa el 80% de sus exportaciones.

Pero Moscú no tiene suficientes alternativas, ya que los dos gasoductos submarinos -Nord Stream y South Stream- destinados a garantizar las entregas a Europa están por construirse.

Ucrania comparte frontera con cuatro miembros de la UE -Hungría, Polonia, Rumanía y Eslovaquia- importadores de gas ruso. Pero son sus enormes depósitos de almacenamiento heredados de la época soviética los que le convierten en «indispensable», según Mijail Gonchar, director de programas energéticos de Nomos, un centro de investigación de Sebastopol.

Agrega que Kiev tendrá aún durante años una fuerza con la que será necesario contar para el tránsito del gas ruso y señala que es una «fantasía de Gazprom» pensar que los nuevos gasoductos van a ser una alternativa a los depósitos ucranianos. «Eso no supone sólo explotar una posición geopolítica, es una realidad», subraya.

«Ucrania ya ha ganado. Todos los intentos de Rusia de castigarla no han conseguido nada», afirma Vadim Karassiov, director del Instituto Global Strategies.

Alemania

La ola de frío que sufre Alemania y que ayer dejó una temperatura récord de 34,6 grados bajo cero en los Alpes, una de las más bajas del último siglo, provocó la muerte de una indigente que se suma a la mujer fallecida el martes.

Hungría

Hungría extraerá gas de sus reservas para abastecer con hasta dos millones de metros cúbicos diarios a Serbia, con lo que cubrirá una cuarta parte de su demanda. La oferta se mantendrá mientras no se comprometa el consumo de gas en Hungría.

Bielorrusia

Bielorrusia incrementó ayer en un cuarto el precio del tránsito del petróleo ruso por su territorio, a través del oleoducto Droujba, en dirección a Alemania, Polonia y Ucrania. La tarifa aumentó en un 22,5%, hasta 1,47 euros por tonelada.

Bulgaria funciona al ralentí mientras sus ciudadanos tiritan

Bulgaria funcionaba ayer al ralentí, con la producción parada en 72 de sus fábricas, unas 68 escuelas cerradas y los hospitales garantizando sólo las operaciones urgentes. La patronal calculó pérdidas económicas diarias de 250 millones y se lamentó de la pérdida de competitividad, mientras la población seguía tiritando de frío y recordaba las escaseces de la época comunista, veinte años después de la caída del Muro de Berlín. «Es como un estado de sitio (…) Sacamos las velas y nos perdemos en el tiempo», afirmó Darina Gueorguieva, jubilada de Sofía, quien recordó que entonces «sufríamos regularmente cortes de agua y electricidad, pero la calefacción seguía funcionando».

El Gobierno garantizó la normalización de la calefacción en los próximos días y llamó a limitar el consumo de electricidad, elevado por el uso de las calefacciones eléctricas, lo que hacía temer la generalización de apagones. Además, descartó volver a poner en marcha uno de los reactores de la central nuclear de Kozlodoui.