«Este año y medio de dialogo con ENEL ha sido una pérdida de tiempo y una estrategia de ENEL para dividir a las comunidades y poder terminar con la construcción (de la hidroeléctrica). ENEL, desde el principio, ha burlado de nuestra buena fe que mostramos al aceptar sentarnos juntos en la mesa del diálogo.» Con […]
«Este año y medio de dialogo con ENEL ha sido una pérdida de tiempo y una estrategia de ENEL para dividir a las comunidades y poder terminar con la construcción (de la hidroeléctrica). ENEL, desde el principio, ha burlado de nuestra buena fe que mostramos al aceptar sentarnos juntos en la mesa del diálogo.»
Con estas palabras, Baltazar de la Cruz Rodríguez, uno de los voceros de las comunidades de Cotzal y secretario de la Alcaldía Indígena del municipio, expresó la frustración sentida por las comunidades después de un año y medio de diálogo con la empresa italiana ENEL.
El 2 de mayo de 2011, las comunidades Mayas Ixhiles de Cotzal entraron en un dialogo de buena fe con la empresa ENEL para discutir formas de compartir las ganancias que generará el proyecto hidroeléctrico Palo Viejo que ENEL está construyendo en territorio cotzaleño.
Un documento disponible en el sitio web de ENEL tiene otra perspectiva del diálogo sostenido con las comunidades de Cotzal. «ENEL Green Power siempre ha priorizado el diálogo pero en un contexto legal y observando derechos y respeto mutuo,» lee el documento.
Los reproches de los lideres comunitarios de Cotzal involucrado en el dialogo, sin embargo, cuestionan esta posición que ENEL profesa. Vale la pena clarificar algunas coyunturas del diálogo para descubrir la verdadera cara de ENEL en Guatemala y para explorar el complejo tema de las hidroeléctricas en Guatemala.
Desde el principio del diálogo, la demanda prinicpal de las comunidades de Cotzal fue el 20% de las ganancias de la venta de energía producida por la hidroeléctrica. En septiembre, después de varios meses de diálogo, Oswaldo Smith, gerente de operaciones de ENEL Guatemala explicó: «No podemos cumplir con tus demandas. No estamos de acuerdo con la forma (repartición de un porcentaje de las ganancias) de cooperación que piden.» En vez de cumplir con la demanda del 20% de las comunidades, ENEL ofrecía un proyecto de donar pelibueyes, construir una escuela técnica, entre otros proyectos puntuales de ayuda.
Durante la reciente reunión anual de accionistas de ENEL en Italia en abril 2012, ENEL respondió a una serie de preguntas de sus accionistas sobre el Proyecto Palo Viejo en Cotzal. A través de estas respuestas se descubrió que ENEL había firmado en 2008 «un acuerdo de desarrollo con el dueño del proyecto Agrícola Cafetelera Palo Viejo (ACPV)». El dueño de la ACPV es Pedro Brol, un histórico terrateniente dueño de la Finca San Francisco en el municipio de Cotzal.
Según Yolanda Colom en su libro «Mujeres en la Alborada: Guerrilla y Participación Femenina en Guatemala», el señor Pedro Brol y su Finca San Francisco «ocupaba la mayor parte del municipio de Cotzal y pretendía expanderse todavía más. No sólo despojaba impunemente, al igual que otros terratenientes de la región, sino que hacía encarcelar a quienes se resistieran a abandonar sus tierras. Sus propietarios compraban autoridades, violaban mujeres indias, y vivían cómodamente en cabeceras municipales aledañas o el en el capital del país.»
A esta familia Brol, ENEL ha pagado «3.36 millones de dolares para el usufructo de las propiedades» y le dará «una regalía anual de 8.5% de la ganancia de la venta de la energía producida por la hidroeléctrica» según las respuestas que ENEL ofreció.
Aunque Oswaldo Smith afirma que ENEL no está de acuerdo con «la forma» de compartir un porcentaje de las ganancias con las comunidades de Cotzal, desde 2008, 3 años antes de que empezara el diálogo, ya habían entrado en un acuerdo similar con el señor Pedro Brol. Entonces, ENEL no está de acuerdo en negociar un porcentaje de las ganancias con los 25,000 habitantes de Cotzal, pero si es capaz de negociar un porcentaje con un individuo. Vale la pena imaginar: ¿Qué hubiera dicho el señor Brol si ENEL le ofrecía unos pelibuyes en vez de 8.5% anuales de las ganancias?
Durante la primera reunión de diálogo sostenido el 2 de mayo de 2011, ENEL y las comunidades de Cotzal firmaron ante una jueza de Nebaj las bases de diálogo que servirían para regular el proceder de las negociaciones. Uno de los bases del diálogo especifició que «ENEL reconoce y respeta a las Autoridades Ancestrales como representantes legítimas de las comunidades indigenas involucradas y como interlocutores de la empresa en el proceso de diálogo.»
ENEL así se comprometió ante una jueza competente reconocer las autoridades ancestrales de Cotzal como interlocutores únicos y legítimos en el proceso de diálogo. Después de 8 meses de diálogo, sin embargo, ENEL cambió totalmente esta posición y se burló de las bases de diálogo mencionado arriba. En una carta que ENEL mandó a las comunidades de Cotzal el 17 de enero 2012, ENEL propone «una nueva propuesta de inversión con un comité gestor conformado por instancias gubernamentales, ENEL Guatemala S.A., el Alcalde Municipal, un representante comunitario del COMUDE y un representante de las autoridades tradicionales a nivel municipal.»
Con esta nueva propuesta para el diálogo, ENEL desconoce la legitimidad de las autoridades ancestrales como «interlocutores de la empresa en el proceso de diálogo» e irrespetó las bases de dialogo firmados ante un juez.
Juana Córdoba, integrante de la Alcaldía Indígena de Cotzal afirma enfaticamente que «Nosotros de Cotzal tenemos el derecho de ser consultados. Este derecho viene del Convenio 169 de la Organización Internacional de Trabajo y de las Naciones Unidas. Con el proyecto de ENEL nunca fuimos consultados.»
El derecho de los pueblos indigenas a la consulta libre, previa e informada es un tema altamente polémica hoy en dia. Y aunque el propio presidente Otto Perez ha reconocido públicamente el derecho de los pueblos indigenas a la consulta, la forma de consulta es todavia un punto de debate.
El 2 de mayo de 2006, 5 años antes del comienzo del diálogo, ENEL sostuvo un «encuentro público» con las comunidades de Cotzal. Según las respuetas que dio ENEL durante la reciente asamblea de socios, afirma que «las comunidades han demonstrado apoyo al proyecto (Palo Viejo).» En defensa de esta proclamación citan unas 11 cartas de respaldo de diferentes comunidades de Cotzal y una carta de respaldo del gobernador de Quiché. Sin embargo, en el documento ENEL Clean Development Mechanism (Mecanismo de Desarrollo Limpio) que ENEL presentó a las Naciones Unidas en 2008, ENEL menciona el mismo encuentro público de 2006. Según las propias palabras de ENEL: «En esta reunión (del 2 de mayo 2006), los COCODE (consejos comunitarios de desarrollo) mostraron desacuerdo por la construcción del proyecto y manifestaron que las comunidades de Cotzal deben ser consultados para obtener su opinión sobre el desarrollo del proyecto (Palo Viejo).»
Parece que ENEL se había vuelto algo esquizofrénico sobre este tema afirmando que «las comunidades han demostrado apoyo al proyecto» (en las repuestas dadas en abril 2012), pero también reconociendo que las comunidades «mostraron desacuerdo por la construcción del proyecto» (en el documento de 2008).
El documento del Mecanismo de Desarrollo Limpio del 2008 ofrece una interesante interpretación de ENEL al derecho de las comunidades a ser consultadas. ENEL menciona en este documento que, después de que las comunidades de Cotzal pidieron ser consultados sobre el proyecto Palo Viejo, representantes de ENEL hablaron con las Alcaldías Municipales de Nebaj, Chajul y Quiché (no la de Cotzal) y todos dieron su respaldo al proyecto en base de la supuesta mejoría en el suministro de energía eléctrica a la zona. A pesar de que la energía producida por Palo Viejo no queda para las comunidades rurales de Cotzal, es interesante ver que ENEL considera que la demanda de las comunidades a ser consultadas podría hacerse a través de conseguir el aval de 3 alcaldes de municipios aledaños del proyecto.
En las respuestas dadas durante la Asamblea de accionistas, ENEL revela más de su postura sobre el derecho de las comunidades a la consulta. Según ENEL, «El proyecto de consulta pública, de acuerdo al Convencio 169 de la OIT, ha sido conducido por el gobierno guatemalteco (falso). Esta consulta publica se tiene que considerar una comunicación continua a largo termino, no un referendum.»
Con estas declaraciones, ENEL asume unilateralmente el derecho de definir los parámetros y la forma correcta y legitima de consultar a los pueblos indigenas afectadas por el Proyecto Palo Viejo. Según la concepción de ENEL, el derecho de consulta no es de las comunidades, sino de las Alcaldías Munipales, y la consulta no es un proceso de votación democrática y libre, sino un proceso de comunicación (¿manipulación?) continua. El miedo a la democracia participativa es plenamente visible en esta postura de ENEL.
Estos tres hechos del dialogo entre ENEL y las comunidades de Cotzal permiten revelar la verdadera cara de ENEL: Una empresa capaz de compartir sus ganancias con terratenientes millonarios, pero no con un pueblo entero donde la tasa de pobreza es por encima del 80%; una empresa que desconoce e irrespeta unos bases de diálogo firmado ante un juez; y una empresa que rechaza el derecho legítimo de las comunidades indigenas a ser consultadas.
Ahora, hay que preguntarse: ¿Por qué ENEL puede seguir construyendo sus proyectos en el país a pesar de estas mentiras y fachadas? ¿Por qué el gobierno de Guatemala simplemente echa ENEL fuera del país?
En marzo de 2012, Erick Archila, ministro de Energía y Minas de Guatemala, publicó un artículo en la Prensa Libre titulado «Derechos y Libertades». En su artículo, reconoce que el Convenio 169 de la OIT otorga el derecho de ser consultados a los pueblos indigenas. Sin embargo, afirma que «la forma de la práctica de ese derecho permite mucha especulación». Según Archila, el gobierno debe «garantizar el derecho de consulta a los pueblos indigenas pero también garantizar la libertad de industria y comercio.» Finalmente, Archila dice que «es claro que las consultas tampoco pueden convertirse en vetos comunitarios a procesos de desarrollo nacional.»
La percepción del ministro de energía y minas es casi idéntica al concepto de ENEL sobre el tema de las consultas. Tanto ENEL como el Estado de Guatemala rechazan el concepto de consulta como un proceso popular de votación comunitaria. El lenguage de «referendum» y «veto comunitario» deja percibir un claro temor a las posibles consecuencias de una democracia verdaderamente participativa y libre.
Segundo, hay una clara estrategia de parte del gobierno de Guatemala de apostar para la inversión extranjera en la zona rural. En su reciente publicado «Marco General de Política para la Promoción de la Inversión Privada en Territorios Rurales» el gobierno afirma: «Se reconoce la necesidad de la inversión privada, nacional y extranjera, para el desarrollo rural integral.»
Durante la apertura de la subestación eléctrica Panaluya en Zacapa el 19 de marzo de 2012, el Presidente Pérez dijo que Guatemala necesita «tener las condiciones de electricidad necesarias para atraer inversión e industrias.» Una de las industrias mas grandes que el gobierno espera atraer es la industria minera; una industria que necesita mucha energía eléctrica par su funcionamiento. En Chile, la industria minera representa alrededor de un quinto de la demanda de energía del país. Hay estimaciones que una buena parte de la energía producida por Palo Viejo en Cotzal irá para la mina de níquel Fénix en Izabal.
Bajo este modelo depreador de «desarrollo rural» las comunidades rurales aportan los recursos naturales, sufren los irreversibles daños sociales y ambientales, y reciben nada de benefico en cambio. Aún así, la estrategia del gobierno es claro: Inversión demanda energía; energía viene de los ríos; y los ríos están en las comunidades rurales. ¿Y que pasa con las comunidades que se atraven a cuestionar este modelo impuesto de desarrollo en sus comunidades? Tenemos el reciente ejemplo del Estado de Sitio impuesto por el gobierno en el municipio de Barrillas. Las comunidades que no cooperan, serán militarizadas y amenazadas.
Finalmente, al fondo de este choque entre ENEL, el Estado de Guatemala, y las comunidades indígenas de Cotzal, hay una percepción generalizada y errónea sobre que es desarrollo.
El Presidente chileno, Sebastián Piñera, enfrentando oposición en su país por la hidroeléctrica HidroAysén dijo: «Si no ganamos esta batalla para tener energía barata no seremos un país desarrollado.»
Sus palabras revelan una esclavitud colectiva a un paradigma civilizatorio que nos obliga a creer que el progreso y el desarrollo son sinónimios de crecimiento económico ilimitado, consumo desenfrenado y la expansión de la capital transnacional. Hemos llegado al punto de avalar a la avaricia y la desigualdad como males necesarios que traerán mejores estilos de vidas para unos pocos a la expensa de la mayoría que sufren sus consecuencias. Este es precisamente el «desarrollo» que ofrece ENEL de Italia a las comunidades de Cotzal.
Frente a este esquema perverso de desarrollo, Miguel de Leon Ceto, otro vocero de las comunidades indígenas de Cotzal, pregunta: «¿Que es desarrollo? Escuchamos tanto de esta palabra. ¿Desarrollo es división comunitaria? ¿Desarrollo es arruinar nuestros ríos? ¿Desarrollo es ganancias millonarias para una empresa y nada para nosotros? Eso no es desarrrollo para nosotros, porque como pueblo Ixhil, sabemos que es el desarrollo. Sabemos como trabajar, como sobrevivir, y como poner comida en la mesa. Lo hemos hecho por miles de años.»
Después de un año y medio de diálogo, se ha podido descifrar la verdadera cara de ENEL y las condiciones que permiten su existencia. Bajo este contexto, no nos ha de extrañar las palabras de Miguel de Leon Ceto: «ENEL solo ha venido a aprovechar de nuestra buena voluntad; de aprovechar de la pobreza en Guatemala, y a dividir nuestra unidad comunitaria.»
Con nuevas negociaciones entre ENEL y las comunidades de Cotzal pendientes, se espera que ENEL trae una postura diferente a la mesa de diálogo.
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