El Grupo de Lima busca su metamorfosis con nuevos punteros. Ya no es lo que fuera en ese 2017 en el cual se fundó. Poco a poco se han bajado miembros de ese tren que tiene como maquinista a la Casa Blanca. Sin embargo, sus objetivos estratégicos siguen vigentes sin importar la forma o el mecanismo.
Los presidentes derechista de Chile y Uruguay, Sebastián Piñera y Luis Lacalle Pou, parece que toman la bandera del Grupo de Lima para reflotar otro grupo, alianza o cumbre. No importa cual sea el nombre sino atacar al “eje del mal” como se lo ha denominado desde Washington a Cuba, Nicaragua y Venezuela.
El cuarteto de Piñera en Chile, Duque en Colombia, Abdo en Paraguay y Lacalle en Uruguay, juegan su rol regional luego de haber perdido Perú y Bolivia como aliados en el gobierno. El banquero Guillermo Lasso en Ecuador está imbuido en sus propios asuntos y ni qué hablar del ultraderechista Jair Bolsonaro en Brasil, donde la derecha brasileña busca un bolsonarismo sin él.
Luego de la bofetada que el movimiento popular le acertara al presidente uruguayo, con una recolección de 800.000 firmas (en un país de tres millones de habitantes) para derogar el núcleo duro de su buque insignia, la Ley de Urgente Consideración (LUC), Lacalle Pou apostó fuerte a su supuesto rol internacional en un mensaje al interior de su país, enmarcado en su permanente campaña de imagen en medios tradicionales y redes sociales.
El lunes 27 de setiembre, el presidente se reunió con el mandatario chileno Sebastián Piñera. «Siempre es un gusto recibir a un presidente de otro país. En este caso, con algunos temas importantes como por ejemplo la Alianza Atlántico-Pacífico que es importantísimo», dijo el mandatario uruguayo.
La llegada de Piñera a Uruguay se dio en el marco de una serie de visitas oficiales que también incluyó a Colombia y que finalizará en Paraguay. La gira comenzó el viernes 24 y se extenderá hasta el próximo 29 de setiembre.
Pero hay que tener en cuenta el eventual efecto búmeran que podía sufrir Lacalle Pou con el argumento de los Derechos Humanos (1). Abrazarse con Piñera, es obviar el estallido social y las protestas que derivaron en un proceso constituyente en Chile y que tuvo gran repercusión las prácticas brutales del cuerpo de Carabineros. Esta misma semana se produjeron ataques xenófobos de chilenos contra migrantes venezolanos migrantes en dicho país. Todo un gesto de época.
Ni hablemos de Colombia y las sádicas policía nacional y fuerzas armadas. Basta con conocer el caso de un joven que fue decapitado y su cabeza apareció en una ciudad y el resto de su cuerpo en otra. ¿Y los derechos humanos para Lacalle Pou dónde quedan?
La afinidad que existe entre los gobiernos de Paraguay y Uruguay es de las más fuertes y, además, con vínculo personal de este cuarteto. Obviamente Lacalle Pou ha hecho caso omiso a los interminables maltratos y vejaciones que sufren los campesinos en tierras guaraníes, por solo nombrar un ejemplo. Ni hablemos de la connivencia con el narcotráfico.
Para esgrimir a voz alzada en una cumbre internacional sobre los derechos humanos, desde un altar de moral, hay que tener un gobierno y aliados que estén a la altura: si no, simplemente es coreografía. Máxime si la indignación pasa por el filtro de los compinches ideológicos. Peor aún si define que su gobierno en materia internacional no se va a manejar con tintes ideológicos pero sigue el manual de la Secretaría de Estado y el Comando Sur de Estados Unidos.
Lacalle, hasta el momento, funge de ariete en las acciones contra el Mercosur y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y ese es un traje en el que se siente a gusto. Por sus paseos televisivos por Argentina ha sido vitoreado en su país, aunque más bien fue usado como tiro por elevación contra el presidente Alberto Fernández.
Ahora recibió elogios del exasesor de imagen del expresidente neoliberal Mauricio Macri, el ecuatoriano Jaime Durán Barba. En una entrevista virtual dejó algunas frases: “Uruguay no ha buscado liderazgo regional, pero Lacalle Pou está preparado para eso.” Lacalle “es el presidente más sistemático y organizado del continente en este momento”, sentenció el publicista.
Los cuatros jinetes van galopando el continente para seguir sembrando desgracia.
Nota
1.- Ver Luis “Lacayo” Pou, el fusible provocador de la Casa Blanca https://estrategia.la/2021/09/23/luis-lacayo-pou-el-fusible-provocador-de-la-casa-blanca/
Nicolás Centurión. Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP). Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).
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