Actualmente, la juventud puertorriqueña confronta grandes problemáticas a nivel social, político y económico. Urge analizar esas problemáticas para luego asumir retos que vayan dirigidos a rescatar el país y a enfrentar de manera contundente los ataques que está propiciando este gobierno a nuestro sector. Tal como hizo la juventud universitaria que llegó a convertirse en […]
Actualmente, la juventud puertorriqueña confronta grandes problemáticas a nivel social, político y económico. Urge analizar esas problemáticas para luego asumir retos que vayan dirigidos a rescatar el país y a enfrentar de manera contundente los ataques que está propiciando este gobierno a nuestro sector.
Tal como hizo la juventud universitaria que llegó a convertirse en la única oposición real hacia este gobierno, debemos luchar y organizarnos. Esa juventud que enfrentó la represión más violenta y sistemática ganó la admiración del pueblo trabajador porque se trató de una lucha justa, una lucha de clases. De esas huelgas surgieron líderes sociales que actualmente buscan un espacio ideal para continuar aportando. Hace algunas semanas se llevó a cabo en el Viejo San Juan el «Día de la Indignación», actividad impulsada principalmente por sectores de esa juventud y a la que la prensa comercial no le dio real cobertura. Lo más positivo de dicha actividad es la insistencia de impulsar nuevos espacios democráticos y de participación ciudadana. Esa búsqueda de participación ciudadana es la que queremos lograr también desde el PPT. Levantando la bandera de la clase trabajadora, queremos aglutinar a los sectores que más han sido golpeados en los últimos años. L@s trabajador@s han sido atropellados tanto por el gobierno del PPD como del PNP. Está más que claro que esos partidos tradicionales son herramientas de una clase dominante rica (entiéndase los grandes empresarios y personas con poder económico).
Algunas problemáticas de la juventud a nivel social
Muchas veces se quiere encapsular a la juventud como un ente aparte a la sociedad. Por ejemplo, frases como: «la juventud es el futuro» nos ponen en un segundo plano en el cual tenemos que callarnos la boca y no opinar hasta que seamos más adultos. Otro dicho que también nos margina es cuando dicen: «la juventud está perdida». Éste en particular ignora a muchos jóvenes que día a día se levantan a estudiar y a trabajar aportando grandemente al desarrollo de nuestro país. Sin embargo existe una realidad y es que muchos de los jóvenes que hoy protagonizan tiroteos y violencia injustificada en las calles han sido el producto de un sistema que se basa en la violencia. Analizar las razones de la violencia en nuestra sociedad es una labor muy compleja y merece mayor atención. Esa violencia no se separa del sistema individualista, de competencia y de consumo extremo. En este sistema colonial-capitalista que vivimos nos imponen a nivel mediático que es más importante preocuparse por tener el último modelo de teléfono celular que procurar leer un libro para ser más cultos. El sistema logra por muchos medios desmoralizar a la juventud responsabilizándola por la violencia en las calles y alejarla cada vez más de la toma de decisiones. Por eso, en vez de un «toque de queda», el gobierno lo que debería promover son espacios para que la juventud se desarrolle en la cultura, el deporte y la educación. No es casualidad que las juventudes de sectores más acomodados tengan esos espacios garantizados. Es evidente que hay juventudes con más oportunidades que otras, por tal razón los más desventajados debemos organizarnos para cambiar la actualidad. Esos poderosos saben que la juventud es un sector amenazante para sus intereses por su capacidad de revolucionar y hacer que las sociedades convulsionen. Tenemos ejemplos recientes a nivel internacional de cómo la juventud ha puesto a temblar gobiernos. Entonces a nivel local la juventud luchadora tiene el reto de cautivar al resto de la juventud hacia la indignación y la organización política para lograr adelantar conciencia de clase.
Algunas problemáticas de la juventud a nivel económico
Hoy día la juventud en Puerto Rico confronta una difícil realidad a la hora de buscar empleos. Según los datos encontrados en la página de internet tendenciaspr.com, en el 2005 había más de 165,000 jóvenes menores de 25 años de edad empleados. Para el año 2010, solo 90,000 tenían empleo, un 45% menos. Ese por ciento representa 75,000 jóvenes que andan caminando por las calles de Puerto Rico sin un trabajo legal. Encima de eso la mayoría tarda más de 15 semanas en conseguir otro empleo oficial. Con todo este escenario lamentable la Senadora Lucy Arce impulsa un proyecto de ley que pretende cambiar el llamado «periodo probatorio» de seis meses a dos años. Todo con la excusa de que los patronos están garantizando que con esa medida podrán emplear más personas. Obviamente es una tomadura de pelo, es un golpe contundente a la clase trabajadora emergente. Cómo se va a comportar un joven trabajador cuando su jefe le diga que no es hasta dos años que podrá obtener una permanencia de empleo. Quieren crear un ejército de esclavos dóciles que anden mudos y acepten toda la explotación posible. A esta medida hay que decirle NO y hay que enfrentarla para que no se convierta en ley. Es urgente organizar actividades de desobediencia civil para llamar la atención sobre esta ley. Si no actuamos ahora el futuro será más amargo que el presente y estaremos condenados a la esclavitud y el silencio.
Planteamientos a nivel político
Es de suma importancia que los jóvenes comprendan la importancia de organizarse a nivel político. Conformar estructuras juveniles para analizar las problemáticas, emitir propuestas y luchar organizadamente va a garantizar que no se continúe atacando de igual forma a nuestro sector. Una juventud organizada es capaz de impulsar movimientos populares de gran trascendencia. Seguimos viendo día a día cómo los jóvenes están dando las batallas que deberían estar dando los más adultos. El caso más reciente es Chile donde los jóvenes de allí han logrado movilizar sectores que desde los años del golpe militar de Pinochet habían sufrido la represión y luego el encierro de la persecución. Son los jóvenes de esa nueva generación los que están abriendo caminos. Estos jóvenes son los que en su infancia vieron caer el Campo Socialista y están viendo ahora el renacer de las luchas en América Latina. Aquí en Puerto Rico debemos sentirnos orgullosos de que tuvimos nuestro momento protagónico a la hora de defender la Universidad pública. Hay muchas batallas por dar y la organización política debe ser la orden del día entre nosotros. No importa si se pertenece a organizaciones pequeñas o proyectos amplios como el PPT. La importancia radica en el entendimiento de que la victoria se logra de manera organizada, no en la dispersión de las acciones y las ideas. En este partido del pueblo trabajador naciente queremos que la juventud reclame su espacio político. Queremos que se nos escuche, se nos respete y se nos entienda. Queremos que nuestra voz tenga voto y que podamos representar la voluntad de los que aún no pueden votar. Vamos a establecer que la función de las juventudes en un partido político no es meramente pasquinar o repartir propaganda; que la función de la juventud también debe ser la aportación de ideas para construir un nuevo país. Vamos hacer el trabajo de inscribir el partido pero también de proponer nuestras ideas de forma inteligente. En conclusión, vamos a darle cátedra a otras juventudes y a marcar la historia de nuestro país una vez más. En fin, la Juventud del Partido del Pueblo Trabajador debe ser una respuesta para detener los ataques hacia nuestro sector y lograr ser una amenaza para los grandes intereses que controlan nuestro sistema social, político y económico.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.