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Grecia

Los centros de estudio, motor de la revuelta

Fuentes: Diagonal

2008 se cerró en Grecia con nuevas manifestaciones, esta vez centradas en la demanda de liberación de los más de 250 detenidos de la revuelta. Asambleas por todo el país preparan nuevas movilizaciones, que siguen teniendo como principal eje de coordinación los espacios ocupados educativos, tanto por colectivos estudiantiles como antiautoritarios.

«La pasión por la libertad es más fuerte que todas las celdas». Con esta vieja consigna, el 31 de diciembre, declarado día nacional de solidaridad con los presos, dos manifestaciones demandaron en Atenas la liberación de los más de 250 detenidos de la revuelta, al igual que hicieron concentraciones similares ante presidios de diferentes lugares de Grecia. Y con la llegada del año nuevo la asamblea coordinadora de los alumnos de Atenas no ha parado. Desde la Facultad de Derecho ha planificado la continuación de la lucha, que ya tiene una próxima estación: el día 9. En esa jornada tendrá lugar una gran manifestación del sector educativo en Atenas, que se reproducirá en otras ciudades.

Facultades ocupadas

Desde el principio, las ocupaciones de los edificios de tres universidades atenienses se han configurado como centros de coordinación de la lucha y bases de las prácticas de contraviolencia. La histórica Escuela Politécnica, lejos del centro de la ciudad y sin actividad docente desde hace años, ha supuesto uno de los motores principales. Tras ser ocupada por jóvenes rebeldes, y no por asambleas de estudiantes, que sin embargo sí brindaron su apoyo, fue abandonada voluntariamente el 24 de diciembre, después de más de 18 días de ocupación. La iniciativa finalizó con una multitudinaria manifestación contra la represión policial.

La ocupación de la Facultad de Estudios Económicos (ASOEE), por su parte, permanece operativa, cerca de la vieja Politécnica. A pesar de la decisión de la asamblea de los estudiantes en favor de la ocupación, los que la ejecutaron y mantienen viva son otros jóvenes rebeldes, respaldados por algunos estudiantes y colectividades políticas. Respecto a la Facultad de Derecho (Nomiki), en el centro de la ciudad, fue equitativamente ocupada y apoyada por estudiantes y colectivos políticos antiautoritarios e izquierdistas. A causa de su ubicación, ha constituido el refugio de la gente golpeada o atacada por la policía en las manifestaciones atenienses. También en ella se han celebrado asambleas de estudiantes, obreros y desempleados, muchas veces a la vez.

Además de estos tres centros, en el mes de diciembre se realizaron más de 120 ocupaciones en otras facultades del país y más de 650 escuelas de secundaria llegaron a clausurarse y ocuparse durante las dos semanas que sacudieron al régimen griego. Destacan también las ocupaciones de varios ayuntamientos y centros culturales en la zona periférica de Atenas y en otras ciudades, y, de manera muy particular, la toma de la sede de la Confederación General Obrera de Grecia, que se prolongó del 18 al 21 de diciembre. Los jóvenes rebeldes escogieron este último blanco por su esencia ‘reformista’: «Mientras se dan estos combates obreros desiguales, para el sindicalismo oficial la categoría de los empleados de ‘trabajos que requieren horario flexible y precariedad’ simplemente no existe. Basta con que la izquierda y los medios de comunicación te coloquen la etiqueta de ‘la generación de los 400 euros’.

Así que tú tienes que estar agradecido a ellos, por haberte descubierto, aunque tú seas consciente de que nada va a mejorar en este tipo de empleos. De todas formas, los líderes sindicales tienen más cosas que hacer que oponerse a la flexibilidad del trabajo. Ya sabéis, están ocupados en ‘vender’ huelgas, firmar aumentos, fotografiarse con los empresarios, etc.», indicaba el comunicado de la ocupación.

Movimiento Antiautoritario

El Movimiento antiautoritario participó en la ocupación de la Facultad de Derecho, mientras que otras agrupaciones anarquistas tomaron parte en las otras dos ocupaciones universitarias. Desde el comienzo de la rebelión, ha tenido las cosas meridianamente claras: «El Movimiento Antiautoritario (antipoder) desde el primer momento se encontró en los caminos de las ocupaciones, manifestaciones y acciones directas colectivas contra el cruel asesinato del pequeño Alexis. Nuestra intervención diaria en las luchas sociales y obreras, en la lucha de los inmigrantes por dignidad, (…) nos indican que la postura del Estado, del Gobierno y de las instituciones de la democracia burguesa ha sido siempre la misma: con el dedo en el gatillo… con la represión y penalización de las luchas sociales, obreras y juveniles. No estamos en la calle como unos aleccionadores de la furia y el descontento, como expertos de la rebelión. Estamos en la calle depositando la distinguible palabra y práctica antiautoritarias, en un estallido que ha disuelto cada estructura e ideología política tradicional. Las luchas sociales nunca han sido para nosotros una recreación de oficinas o vanguardias, sino el producto de procesos sociopolíticos abiertos, en los cuales las decisiones se toman y se materializan colectivamente dentro de la sociedad y del movimiento, con asambleas abiertas y procedimientos de democracia directa».

EN LIBERTAD LOS DETENIDOS EN MADRID Y BARCELONA
REDACCIÓN Tras el estallido de la revuelta social griega, las muestras de apoyo se reprodujeron en multitud de ciudades de todo el Estado español y el resto de Europa, que aquí siguen siendo coordinadas por la Asamblea de Solidarixs con Grecia. Unas movilizaciones que han continuado, aunque tanto las griegas como las del Estado, ya han perdido la atención mediática. En algunas de las primeras protestas, el 10 de diciembre, fueron detenidas siete personas en Madrid y dos en Barcelona, estas últimas liberadas con cargos tras pasar dos días en dependencias policiales. Diez días despues, en la capital catalana, durante otra jornada de protestas se produjeron dos nuevas detenciones. Estas últimas movilizaciones estuvieron cargadas de polémica en Barcelona. Según denuncia la Asamblea de Solidarixs se duplicaron los actos, por un lado los organizados y legalizados por la propia Asamblea y, por otro, una convocatoria que circuló por internet sin que nadie se hiciera cargo de ella y que finalmente terminó con multitud de heridos. Aunque sin incidentes, la duplicidad de convocatorias se repitió durante el día 27. Junto a las primeras muestras de apoyo, desde las más altas instancias políticas y mediáticas se alertó del peligro de la extensión de estas movilizaciones. Un argumento que fue explicitado como «alarma social» en la orden judicial que decretó prisión preventiva para los siete detenidos en Madrid. «La ‘alarma social’ carece de fundamento jurídico (desde 2003 quedó invalidada como tal). No se dan en este caso ninguno de los supuestos necesarios para decretar prisión preventiva: ni hay riesgo de fuga, ni posibilidad de reiteración del delito, ni de destrucción de pruebas», explicaban sus amigos y familiares días después de su detención. El 22 de diciembre fueron liberados, aunque con peticiones por parte de la Fiscalía que van de seis meses a tres años de prisión, gracias a la resolución presentada por su defensa que cuestionaba la pertinencia de la prisión preventiva, según explica la propia Asamblea. Junto al recurso por la liberación de los encarcelados se presentaron más de 150 denuncias por malos tratos policiales en la jornada del 10 de diciembre en Madrid.