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Perú

Los desequilibrios sociales

Fuentes: Rebelión

No es común hablar de desequilibrios en política. Pero estos, están en todas partes. La problemática social, es causada por una serie de desequilibrios, tanto estructurales como ocasionales. Se omite conceptualizar nuestra desgracia desde este punto de vista, para evitar cuestionamientos pues, precisamente el sistema capitalista está erigido sobre una estructura de desequilibrios permanentes implantados con fines de dominación humana. Sin embargo, este enfoque podría ser de utilidad política para la lucha contra las aberraciones del sistema.

El equilibrio y desequilibrio es inmanente a la materia en todas sus formas: sólidas, líquidas, gaseosas, por su movimiento infinito. La luz es materia en equilibrio con electrones en movimiento y su desequilibrio causa oscuridad. Miles de toneladas de agua pueden estar suspendidas en el aire en un equilibrio que solo se rompe por la violenta colisión de nubes tras la cual, las lluvias traen el agua dulce que hace florecer la vida terráquea, en equilibrio ecológico con la luz solar y el suelo. Es el equilibrio natural.

¡Qué agradable resulta contemplar el paisaje andino con toda su exuberante belleza producto del equilibrio en su ecosistema! Pero ¡Cuan desagradable resulta cuando los humanos por ambición de lucro, destruyen los ecosistemas y desequilibran la vida natural, sin que podamos recuperarla! En el universo, las interacciones generan desequilibrios permanentemente, en todos los ámbitos, en todo tiempo y espacio, pero el equilibrio se restablece de diversa manera, sin existir intención particular, ni propósito premeditado.

Somos los humanos los que, actuamos con buenos y malos propósitos, provocando desequilibrios diversos, hasta entre nosotros mismos, sin permitir perversamente, recuperar equilibrios para una vida armoniosa. La pobreza es un grave desequilibrio en la distribución de riqueza que, no armoniza con equidad, las condiciones económicas entre los diversos sectores sociales. La música es agradable al oído humano por la armonía de sus notas contrastantes, pero suena desagradable si sus notas son discordantes por desequilibrio armónico.

Ni qué decir de los desequilibrios en nuestro organismo que, sufre cuando lo exponemos a condiciones nocivas. El más grave desequilibrio es el que afecta nuestra mente. Cuando el desequilibrio mental nos vence, cometemos actos negativos y hasta repudiables, tales como: deslealtades, abusos de poder, crímenes, violaciones, y muchas otras fechorías. Pero, si controlamos nuestras reacciones mentales, tendremos actos de ecuanimidad, en armonía social.

Con esta introducción, resulta lógico deducir que la humanidad y, nuestro país en particular, sufre desequilibrios en todos los aspectos, siendo determinantes, aquellos que causa el sistema de gobierno mundial y, nacional. Todo sistema de dominación social implanta una estructura orgánica de dominio, que se sustenta en el desequilibrio de poder contra los dominados. Actualmente, la humanidad vive bajo el sistema capitalista en su mayor desarrollo evolutivo, ejerciendo sistemáticamente, modalidades de dominio sobre la base de desequilibrios económicos.

Pero esta estructura se implantó en siglos pasados, por medios coercitivos, aplicando normas de conducta social penalizadas o, estructura jurídica y, bajo el control de un aparato administrativo o, estado, con agentes militares y civiles que vigilan el orden establecido. De este modo, la estructura de dominación económica repercute en todos los aspectos de la vida en sociedad. La educación de la población, por ejemplo, tiene que ser forzosamente condicionada a favor del régimen de dominación imperante. Y así, en los demás aspectos también somos condicionados material y mentalmente.

Los que no estamos de acuerdo con este sistema de gobierno, luchamos por el cambio hacia un sistema diferente que, corrija los desequilibrios estructurales en la economía, en la vida social, en la forma de gobierno, en la cultura y, demás aspectos. Pero el desequilibrio de poder entre dominadores y dominados, es tan abrumador que, nuestras rebeldías son reprimidas impunemente, hasta con métodos criminales. Tenemos en contra, todo el aparato de defensa del sistema de dominación capitalista por el desequilibrio de poder a que estamos sometidos.

Entonces, nuestra lucha tiene que ser estratégica, considerando las debilidades y fortalezas propias como también, las del sistema de opresión. La lucha consiste en desequilibrar el poder de nuestros opresores. Será necesario entonces, desarrollar nuestras potencialidades para ir ganando poder e ir reduciendo el desequilibrio de fuerzas. El escenario de lucha no debería ser donde el gobierno opresor es más fuerte, sino donde es más débil. Llevar las acciones a donde tenemos mayores ventajas y protección. Es una forma de contrarrestar el desequilibrio de fuerzas.

Si nos proponemos una medida de lucha, tiene que ser para lograr un resultado esperado, como parte de la estrategia. La lucha ciega, sin finalidad, es estéril y suicida. Los movimientos populares deberán ser certeros en los pasos que dan, evaluando realistamente las condiciones de lucha, para la factibilidad de un logro a conseguir. Accionar solo por emotividad conduce a errores si no hay claridad de objetivos. Las últimas movilizaciones espontáneas no han conseguido ningún logro.

En la formalidad política, podemos explotar los desequilibrios del sistema, levantando las banderas de la reivindicación justiciera para corregir las causas desequilibrantes. Podemos erosionar las fuerzas opresoras aprovechando sus errores políticos. Reclamar ante todo desequilibrio que afecte a la población, por mal manejo de gobierno y proponer soluciones de enfoque popular. Si no hay condiciones para un cambio total del sistema, se puede optar por reducir al máximo los desequilibrios del régimen imperante. Las propuestas políticas de los partidos políticos populares podrían prestar atención a las causas de los desequilibrios dañinos al pueblo.

Es corriente escuchar sobre el equilibrio fiscal cuando los gastos del Estado corresponden a sus ingresos. El desequilibrio conduce al déficit y endeudamiento que lo pagamos todos. Ya hemos sufrido la devaluación del sol de oro que hizo perder todos los ahorros a la población, por el desequilibrio monetario provocado bajo el mandato de Alan García y el partido aprista. Hay equilibrio en el mercado cuando la oferta es igual a la demanda y sufrimos el desequilibrio cuando suben los precios provocando inflación. Todo desequilibrio es explotable políticamente.

Pero, hay que tener en cuenta que no siempre el equilibrio está en el término medio o eje central como sucede en una balanza. El sistema capitalista mantiene el equilibrio en sus desigualdades aplicando contrapesos. El neoliberalismo implantó en nuestro país, los programas sociales para contrapesar los daños ocasionados por su modelo económico y así, evitar rebeldías. Pero también desde el inicio de la república, tenemos un grave desequilibrio en el gobierno nacional haciendo que la minoría plutocrática se mantenga en el poder contra la mayoría de la población, aplicando el contrapeso de un sistema electoral fraudulento.

La historia está llena de casos en que, todo gobierno popular es objeto de medidas desequilibrantes para hacerlo caer. EE UU ha hecho caer muchos gobiernos populares en Latinoamérica y en el mundo, aplicando sobornos, extorsiones, sabotajes, bloqueos comerciales, etc. Cuba sobrevive a todas las patrañas malévolas, pero es la población del llano la que más sufre por el desequilibrio de poder internacional.

Las fuerzas antipopulares en nuestros países movilizan los medios de prensa y aplican una serie de modalidades para mantener en equilibrio las desigualdades del sistema, haciendo que la gente, acepte como normal, lo que es injusto. “Somos pobres porque así lo quiso Dios”, “Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos”. Claro. El reino de la tierra pertenece a los dominadores de la humanidad y a nosotros, el vasallaje. No faltaba más.

Para los luchadores sociales, para las agrupaciones que luchan por una causa popular, es muy importante la visión del equilibrio del desarrollo. Tanto para la formulación de ideales, objetivos y propuestas, como para el trazado de estrategias a seguir en el enfrentamiento contra los opresores que, postulan contrapesos a los desequilibrios sociales, pero no, una reforma ni cambio en el sistema imperante. No van a las causas de los desequilibrios, sino a fórmulas para mediatizarlos.

En un plan de lucha política, podemos incluir la lucha contra los desequilibrios estructurales que causan pobreza y, delincuencia en todos los niveles sociales. La lucha contra los desequilibrios que causan alto desempleo y abismales diferencias de ingresos pecuniarios. La lucha contra los desequilibrios presupuestales que marginan a la sierra y selva y, a los pueblos indígenas. La lucha contra el desequilibrio político que impide una representación democrática equitativa en el gobierno nacional, negando el acceso a los sectores populares. Contra el desequilibrio en los gastos de gobierno y la inversión pública desequilibrada por la corrupción, etc.

En conclusión, depende de las iniciativas y creatividad en los movimientos populares para contrarrestar los desequilibrios a los que estamos sometidos e ir ganado poder hasta equilibrar fuerzas y vencer a nuestros opresores. Salvo mejor parecer.

Blog del autor: https://republicaequitativa.wordpress.com/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.