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Los refugiados de Calais reclaman la apertura de fronteras

Fuentes: Diagonal

Durante las últimas semanas se han intensificado los esfuerzos de las autoridades francesas para desalojar la «Jungla» de Calais, el asentamiento ilegal de migrantes y refugiados que se encuentra a las afueras de la ciudad portuaria. Actualmente unas 6.000 personas de diferentes nacionalidades (sirios, afganos, eritreos, sudaneses…) se encuentran repartidas entre varios campamentos en los […]

Durante las últimas semanas se han intensificado los esfuerzos de las autoridades francesas para desalojar la «Jungla» de Calais, el asentamiento ilegal de migrantes y refugiados que se encuentra a las afueras de la ciudad portuaria. Actualmente unas 6.000 personas de diferentes nacionalidades (sirios, afganos, eritreos, sudaneses…) se encuentran repartidas entre varios campamentos en los alrededores de la base aérea Jules Ferry. La mayoría están a la espera de poder cruzar al Reino Unido, bien a través del Eurotúnel que atraviesa el Canal de la Mancha (en camiones o trenes) o en el interior de los barcos de mercancías o pasajeros que hacen rutas diarias. Se trata además de un área que se encuentra bajo la clasificación de «Zona Seveso», según la directiva europea del mismo nombre, lo que indica riesgo de exposición a accidente químico por la cercanía de polos industriales.

Movilización europea de solidaridad

El pasado sábado 23 de enero se llevó a cabo una manifestación en solidaridad con los migrantes y refugiados de Calais, la más numerosa hasta la fecha. Más de 3.000 personas marcharon desde la «Jungla» al centro de la ciudad, en una convocatoria que reunió tanto a inmigrantes y refugiados que se encuentran en la zona como a otros llegados de fuera para participar en la protesta, así como miembros de movimientos de solidaridad de Francia, Inglaterra, Bélgica y Alemania. Entre las organizaciones convocantes había asociaciones de inmigrantes como la Coalition Internationale de Sans Papiers et Migrants (CISPM) o la Association des Travailleurs Maghrébins de France (ATMF), colectivos autónomos de solidaridad de París y Lille, así como sindicatos de base (CNT, Sud-Solidaires…).

La convocatoria estaba además coordinada con diversas movilizaciones que tuvieron lugar ese fin de semana en Grecia y Turquía contra la valla de Evros, que cierra el paso en la frontera obligando a los refugiados que se dirigen a Europa a cruzar el mar Egeo. Precisamente el día anterior a estas manifestaciones casi 50 migrantes murieron ahogados frente a la costa, tras hundirse dos embarcaciones.

Campo de contenedores vigilado

El Gobierno pretende sustituir los campamentos autoconstruidos de la «Jungla» por un campo vallado de contenedores convertidos en habitáculos, sin acceso a agua y con fuertes medidas de seguridad; videovigilancia, presencia policial permanente y un sistema de acceso mediante identificación biométrica de las palmas de las manos. Con este objetivo, el lunes 18 las excavadoras comenzaron a desbrozar las zonas arboladas y a desmontar tiendas de campaña y chabolas. Según una activista inglesa de la red No Borders, «el campo de contenedores es básicamente una cárcel al aire libre. Si estás fuera durante más de 48 horas no puedes regresar, ni siquiera entrar a coger tus cosas. Así que, por ejemplo, quien tenga que estar en el hospital durante más de dos días y vuelva al campo, no se le permite entrar. Hay policía y seguridad privada con perros en los alrededores… no puedes abandonarlo ni entrar a partir de ciertas horas, y cada vez que entras tienes que monitorizar las manos [en el sistema biométrico], de forma que tus movimientos están controlados en todo momento… en definitiva, es una cárcel».

Para esta red de solidaridad presente en Europa y Marruecos, la solución a la situación de la «Jungla» pasa por abrir las fronteras y facilitar el asilo a los refugiados. «Si este campamento fuera legal, con garantías, podrían venir abogados para ayudar a tramitar las peticiones de asilo en Reino Unido desde aquí, en Francia. Ahora mismo no es posible, la única forma de solicitar asilo en el Reino Unido es yendo hasta allí, con lo que las únicas opciones para hacerlo son tratar de llegar ilegalmente, o quedarse aquí quienes no lo consiguen».

Mohamed, refugiado sirio procedente de Alepo, lleva dos meses y medio en Calais y es uno de los habitantes de la «Jungla» que participa en la manifestación. Salió de Siria huyendo de los bombardeos del Gobierno de Al Assad contra la zona en la que se encontraba, controlada por el Ejército Libre Sirio. Asegura querer quedarse en la «Jungla» el tiempo que permanezca en Francia, pero su objetivo es cruzar a Inglaterra. «Aquí en Francia hay mucha xenofobia, mucho rechazo a los refugiados, especialmente a los musulmanes, y la situación es peor después de los atentados de noviembre», afirma. «Creo que en Inglaterra la situación es mejor, tanto social como laboralmente. Quizá pueda terminar allí mis estudios». Respecto a la manifestación, confía en que «movilizaciones como ésta sirvan para facilitar la apertura de la frontera, o al menos mejorar las condiciones de la gente que está aquí. Aquí hay muchos problemas, con la policía, con los grupos racistas y también entre las distintas comunidades».

Agresiones de bandas fascistas

Calais es la población con la tasa de paro más alta de Francia, más de un 18%. La situación económica combinada con la presencia masiva de migrantes ha dado fuerza a la ultraderecha, surgiendo grupos locales como Sauvons Calais o Calaisiens en Colère, que se jactan de realizar «patrullas vecinales» contra los extranjeros. Al mismo tiempo, el apoyo electoral al Front National de Marine Le Pen en las pasadas elecciones regionales fue masivo.

Desde No Borders denuncian las agresiones por parte de estos grupos fascistas hacia los inmigrantes y refugiados: «Hay ataques continuos, con palos, piedras, incluso apuñalamientos, por ejemplo hubo dos la pasada noche. En los últimos tres días han atacado a 15 personas, algunas de los cuales están en el hospital en estado grave, en cuidados intensivos. La policía se desentiende, e incluso colabora con las agresiones señalando a la gente». El colectivo Calais Migrant Solidarity, parte de esta red, ha difundido por internet un vídeo de estos últimos días donde pueden verse a miembros de estas bandas ultraderechistas y a policías atacando de forma conjunta a las personas del campamento, con piedras y gases lacrimógenos.

Durante la manifestación se produjeron algunos roces entre vecinos y manifestantes, que se limitaron al cruce de insultos y amenazas. El incidente más grave sin embargo tuvo lugar cuando dos miembros de una familia vinculada a la ultraderecha sacaron un rifle durante unos momentos y amenazaron a los manifestantes. Ante la pasividad policial, fue un integrante de la manifestación quien tuvo que mediar para calmar los ánimos.

Entrada en el puerto y ocupación de un ferry

Al término de la manifestación alrededor de 500 personas se dirigieron al puerto consiguiendo superar la zona vallada. Una vez dentro, y mientras la policía cargaba contra los manifestantes en los alrededores, unos 50 migrantes y refugiados consiguieron acceder a uno de los ferries, donde permanecieron varias horas hasta que fueron expulsados por la policía. Durante ese tiempo la actividad portuaria permaneció suspendida.

Según la información difundida por el colectivo Calais Migrant Solidarity sobre las personas detenidas en esta acción, a tres de ellas de nacionalidad italiana se les notificó la obligación de abandonar el territorio francés el mismo sábado, mientras que otras ocho comparecieron el lunes ante el Tribunal de Primera Instancia de Boulogne-Sur-Mer. De estos últimos, seis son solicitantes de asilo provenientes de zonas en conflicto (Afganistán, Sudán y Siria) y residentes en la «Jungla», mientras que los otros dos son franceses. Se les acusa de infracción de la normativa portuaria por introducirse en el barco sin permiso, lo que puede conllevar una condena de varios meses de prisión o 3.500 euros de multa. Por petición de los abogados de la defensa la vista se ha aplazado hasta el 22 de febrero. Los dos detenidos franceses han salido en libertad bajo fianza hasta entonces, mientras que los seis refugiados han quedado bajo arresto, y permanecerán este tiempo en la prisión de Longeunesse.

Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/global/29161-refugiados-calais-reclaman-la-apertura-fronteras.html