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Miedo y confusión en la eurozona

Fuentes: Socialist Worker / En lucha

Un par de semanas atrás, el economista Paul Krugman dijo que estaba «a la vez aterrado y aburrido» por la crisis de la eurozona. Sé lo que quiere decir. Por un lado, un estudio realizado por el banco suizo UBS estima que si la zona euro se derrumbase, una economía fuerte como Alemania perdería entre […]

Un par de semanas atrás, el economista Paul Krugman dijo que estaba «a la vez aterrado y aburrido» por la crisis de la eurozona. Sé lo que quiere decir. Por un lado, un estudio realizado por el banco suizo UBS estima que si la zona euro se derrumbase, una economía fuerte como Alemania perdería entre un quinto y un cuarto de su producción en el primer año. Por otro lado, la Unión Europea (UE) se está moviendo milímetro a milímetro hacia la respuesta a gran escala de la crisis que exigen los mercados financieros, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y EEUU.

La semana pasada se suponía que habría un milimétrico paso hacia delante cuando el parlamento alemán aprobó el último «rescate» de Grecia. Esto fue considerado como un triunfo de Angela Merkel, la canciller alemana. De hecho, parecía seguro que este paquete saldría adelante, ya que fue aprobado por todos los principales partidos, a excepción del Die Linke desde la izquierda. Toda la historia fue para asegurarse de que Merkel ganara el apoyo de la mayoría de los diputados que pertenecen a su coalición gobernante conservadora-liberal.

Pero, más importante aún, el paquete estaba obsoleto ya en el mismo momento de ser aprobado. Contiene dos disposiciones importantes. La primera, para reforzar el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), que fue creado por la zona euro cuando hubo el primer «rescate» de Grecia en mayo del año pasado. La segunda -con especial insistencia por parte de Alemania- es que los acreedores de Grecia deben aceptar una reducción en el valor de sus préstamos, aunque existe una gran controversia acerca de cuánto supondría este «recorte» en realidad.

Pero la crisis ha empeorado mucho desde que este paquete se acordara en julio. Todo el mundo piensa que Grecia no podrá pagar sus deudas. El gobierno griego ha anunciado que no cumplirá con el objetivo de reducir su déficit presupuestario impuesto por la «troika» del Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el FMI.

Contracción

La razón principal de esto es que en la economía griega se proyecta una contracción del 5,5 por ciento este año y un 2 por ciento el próximo año. La contracción de la economía significa que el Estado recibe menos de los ingresos tributarios y tiene que pagar más para apoyar a los desempleados.

Impasible ante el fracaso de su política y el sufrimiento del pueblo griego, la «troika» está tratando de forzar aún más recortes del condenado gobierno de George Papandreou. Sin embargo, Grecia quebrará. Durante el verano los mercados comenzaron a centrarse en otros estados de la zona euro, como Italia y el Estado español. La propagación del contagio financiero amenaza a los bancos europeos, los prestamistas más importantes de estos países. Estos bancos ya están en serios problemas debido a malos préstamos que hicieron durante la burbuja crediticia de mediados de los años 2000. El FMI estima que la crisis de la eurozona ha añadido unos 200 millones de euros a sus pérdidas.

En las reuniones del FMI y el Banco Mundial en Washington DC hace dos semanas se debatieron cambios en el paquete acordado en julio, según los cuales los acreedores de Grecia perderían la mitad del valor de sus préstamos. Esto haría que la crisis bancaria fuera a peor, de modo que el FEEF también se ampliaría de 440 millones de euros a unos dos mil millones de euros. Su tamaño original fue criticado desde el principio como demasiado pequeño si la crisis de la deuda se extendiese a las grandes economías como el Estado español e Italia, como lo ha hecho ahora. Un FEEF más grande y más fuerte podría ser utilizado para proporcionar a los bancos el nuevo capital que necesitan para sobrevivir.

Pero hay dos problemas con esta solución. El primero es cómo ampliar realmente la financiación del FEEF. Dos mil millones de euros es mucho dinero, incluso para los estándares de los rescates bancarios. Garantizar el fondo podría reducir las calificaciones de crédito, incluso de un Estado tan poderoso como Francia. También hay barreras en la legislación de la UE. Así que hay propuestas para financiar el FEEF por el tipo de ingeniería financiera que condujo a la caída en 2008. Pero, en segundo lugar, el gobierno alemán se opone en todo caso a la ampliación del tamaño del FEEF, ya que debilitaría la línea de austeridad.

La realidad es que la eurozona se encuentra paralizada en vista de lo que se está convirtiendo en una crisis existencial. Se espera mucho más tedio y temor.

Alex Callinicos es profesor de teoría social en el King’s College de Londres, y autor de libros como «Los nuevos mandarines del poder americano» o «Un manifiesto anticapitalista» y miembro destacado del Socialist Workers Party, organización hermana de En lucha en Gran Bretaña.

Artículo publicado en Socialist Worker, periódico del Socialist Workers Party, organización hermana de En lucha / En lluita en Gran Bretaña.

Traducción al castellano por Isaac Salinas

 

http://enlucha.org/site/?q=node/16468