Los procesos migratorios transfronterizos irregularizados tienen una larga historia y están relacionados al surgimiento y expansión del mercado capitalista y la conformación de los Estados nacionales.
Estas migraciones han venido aumentando desde la segunda mitad del siglo XX y son resultado del aumento de la desigualdad y de las dinámicas internacionales de pauperización, así como de la reducción del aparato productivo y el decremento de la oferta laboral y la contracción del valor de los salarios de los Estados nacionales de diversas regiones del sur global. No obstante, en la producción de estas migraciones un papel no menos relevante alude a la necesidad/demanda de mano de obra (trabajadores) de los países del norte global. En el escenario mundial, el continente americano es una de las regiones con muchas poblaciones en condición migratoria. Una parte considerable de estas poblaciones migrantes en las Américas va hacia (Estados Unidos América) EUA, en condiciones de irregularización, y buscando salarios reales mucho más elevados que los de sus Estados nacionales de procedencia.
Dentro del panorama descrito, las migraciones del norte de Centroamérica en condición irregularizada (MNCI) tienen grandes dimensiones demográficas (anualmente decenas de miles), y acontecen en procesos de violencia y exclusión en su paso por los países de tránsito y destino. Las poblaciones en MNCI se dirigen a EUA buscando mejores condiciones materiales de existencia, y escapando de la precariedad económica (bajos salarios, carencia de oportunidades de trabajo), la violencia (criminal, estatal e intrafamiliar) y los efectos de fenómenos medioambientales sobre las sociedades de los países de origen (como los huracanes Eta e Iota), y, también y de forma reciente, de la emergencia sanitaria de la pandemia del Covid19. Desde hace muchos años, México se ha convertido para las poblaciones de las MNCI en un martirio, así como un espacio de tránsito obligado y de diferentes dinámicas de variadas violencias (de corte estatal, criminal, etcétera).
En este contexto, recientemente se publicó el libro Migraciones centroamericanas en México. Procesos socio espaciales y dinámicas de exclusión. Esta obra parte de un encuadre que visibiliza y aborda de lleno la condición forzada de las MNCI y sus causas histórico-estructurales (económicas, sociopolíticas y medioambientales). Reconoce que, dichas migraciones, más que tener una condición indocumentada, presentan procesos de “irregularización” por parte de los Estados nacionales de origen, tránsito y destino (quienes son los que les exigen a los migrantes procedimientos y documentos para poder migrar). Además, considerando que el destino principal es EUA, México se ha convertido en un territorio violento de tránsito y un espacio de contención, dentro de un amplio marco regional (Centro-Norteamérica); y esto acontece en contextos de mucha violencia (en el tránsito y destino) y de diversas agencias migrantes (como las caravanas). Sobre esta base, el eje del texto, a través del recorrido de los diferentes capítulos, es abordar la relación entre migraciones, políticas estatales hacía las poblaciones extranjeras y la construcción de fronteras.
El principal aporte del texto reside en tratar la dimensión temporal y espacial de las MNCI en tránsito por México (durante la década del 2010). Pero, también y especialmente, en indagar las diferentes dinámicas socioculturales y políticas relacionadas a las migraciones en contextos fronterizos. Por un lado, en los capítulos 1 y 2, se describe la dimensión política y estructural de la historia y características de la producción de las migraciones irregularizadas en tránsito por México, particularmente de las MNCI. Por otro lado, en los capítulos 3 y 4, se da el tratamiento de las diferentes construcciones/producciones de múltiples fronteras (en el sur de México y el norte de Centroamérica), abordando de manera explícita diversas escalas geográficas, y variados órdenes (estatales y no estatales). Finalmente, en los capítulos 5 y 6, se estudian, respectivamente, los procesos de agencia migrante y las configuraciones étnicas (de la migración garífuna), así como los espacios sociales de construcción de corporalidades migrantes de diversidad sexual en ciudades en contextos fronterizos (del sur de México).
En este sentido, este trabajo plantea nuevos derroteros. En el marco de las drásticas transformaciones y efectos acontecidos por la pandemia a corto y mediano plazo -y en diferentes escalas (local, nacional y regional)-, plantea que es necesario generar nuevas líneas de indagación sobre los cambios que trajo la emergencia sanitaria del Covid19, especialmente los procesos migratorios irregularizados en contextos regionales hacia EUA. En este sentido, es fundamental continuar el estudio de las construcciones socioculturales y políticas de las fronteras y de las dinámicas de exclusión y violencia hacia los migrantes.
Finalmente, es urgente seguir con las labores de diagnóstico e investigación sobre las situaciones de exclusión que viven las poblaciones del MNCI; también es imprescindible ahondar en las estrategias de agencia de los migrantes. Pero, teniendo como eje cuestionar/criticar la “criminalización” estatal del migrante y el cierre de fronteras a poblaciones extranjeras precarizadas. Es necesario visibilizar que las políticas migratorias basadas en la “seguridad nacional”, difícilmente pueden garantizar el respecto de los derechos y necesidades de los migrantes.
Referencias
° (2023) Migraciones centroamericanas en México. Procesos socio espaciales y dinámicas de exclusión. UNAM, México.
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