El sindicalista uruguayo Sergio Pereira califica que el gobierno de José Mujica es peor que el gobierno del ex presidente Tabaré Vázquez. Así fue como sintetizó la situación uruguaya en las actividades que ha participado en Suecia. «En los últimos años, la economía del país creció y junto a ella crecieron diez veces los ingresos […]
El sindicalista uruguayo Sergio Pereira califica que el gobierno de José Mujica es peor que el gobierno del ex presidente Tabaré Vázquez. Así fue como sintetizó la situación uruguaya en las actividades que ha participado en Suecia. «En los últimos años, la economía del país creció y junto a ella crecieron diez veces los ingresos del 10% más rico de la población, pero el 20% más pobre no vio incremento alguno de sus ingresos, llegando a la pérdida de poder adquisitivo si lo comparamos con las cifras de 15 años atrás», dice en el inicio de su encuentro con el semanario Liberación, en la ciudad de Estocolmo.
No se anda con rodeos cuando señala las deficiencias del gobierno de Mujica. La impunidad, la corrupción y las perspectivas de una izquierda revolucionaria que no ha renunciado a la lucha por el socialismo en Uruguay, han sido temas en este diálogo con Sergio Pereira, que recorre algunos países de Europa por gestiones del Frente de Acción Revolucionaria de Argentina (FAR) y las Brigadas por la Solidaridad y la Paz de Italia (BRISOP), como parte de la campaña por la libertad de los presos políticos y el desprocesamiento de los luchadores sociales.
Sergio Pereira es Secretario político del Movimiento Revolucionario Oriental, (MRO), tiene una larga trayectoria en el campo sindical, es secretario General del Sindicato del Taxímetro y Telefonistas (SUATT) de Uruguay, miembro de la Tendencia Clasista y Combativa (TCC), miembro de la Coordinadora Guevarista Internacionalista, integrada por el Frente de Acción Revolucionaria (FAR Argentina), las Brigadas de Solidaridad y por la Paz (BRISOP de Italia) y el MRO de Uruguay, la cual ha desarrollado en mayo de este año su IV Encuentro Internacional con la participación de organizaciones de varios países.
Jaime Padilla (JP).- ¿El motivo de su visita por Europa?
Sergio Pereira (SP).- Motiva mi visita la decisión de la Coordinadora Guevarista Internacionalista, junto al Frente de Acción Revolucionaria de Argentina (FAR) y las Brigadas por la Solidaridad y la Paz de Italia (BRISOP), como parte de la campaña por la libertad de los presos políticos y el desprocesamiento de los luchadores sociales. Asistimos a un recrudecimiento represivo en nuestros países que viene dando como resultado el encarcelamiento de varios dirigentes obreros, campesinos, partidarios y el procesamiento a miles de luchadores sociales, bajo las leyes antiterroristas de reciente aprobación por la presión del imperialismo yanqui sobre los gobiernos cipayos del continente americano. De esta norma no se salva ningún gobierno, salvo la heroica y ejemplarizante Cuba Revolucionaria, bajo 50 años de bloqueo criminal y con 5 de sus mejores hijos encarcelados hace 13 años acusados falsamente de terrorismo, cuando en realidad su tarea era la de prevenir los ataques terroristas sobre Cuba y otros países.
JP.- Hablemos de Uruguay; a un año y medio del inicio del gobierno del presidente José Mujica, ¿se está mejor o peor que durante la gestión del ex presidente Tabaré Vázquez?
SP.- En Uruguay se han sucedido gobiernos de diferentes partidos, pero se han mantenido las mismas políticas fondomonetaristas, neoliberales y, por lo tanto anti-populares. El problema, según nuestra opinión, no es cómo está el Uruguay. Hay un crecimiento sostenido en los últimos 8 años, luego del llamado efecto rebote después de la crisis del 2003. Pero la distribución de la riqueza ha empeorado al mismo tiempo de la recuperación económica. Hoy, en el gobierno de Mujica es peor que en el gobierno de Vázquez.
Esto no sólo lo decimos nosotros, esto lo plantea el instituto Nacional de Estadísticas, organismo oficial del gobierno. La apertura al capital financiero y las multinacionales ha sido total. Se han extranjerizado casi 5 millones de hectáreas de las mejores tierras para el monocultivo de eucaliptus y soja, desplazando la producción, sobre todo el minifundio agrícola y lechero. Existen propiedades de más de 100.000 hectáreas en manos de consorcios que nadie sabe quiénes son los dueños. Las zonas francas se han multiplicado, transformándose en enclaves económicos de países extranjeros dentro de nuestro propio territorio, no se explica de otra manera que el segundo destino de exportación de Uruguay sea a la planta de celulosa de UPM en Fray Bentos, localizada a unos 300 kilómetros de Montevideo.
El gobierno uruguayo ha sido observado por la Corte Internacional de Derechos Humanos por la violación de los mismos en el sistema carcelario. Existe un crecimiento exponencial de la población carcelaria dando como resultado un hacinamiento en las cárceles que provoca segregación, exclusión y la reproducción de la delincuencia de tipo social. La deuda externa se ha multiplicado y se ha adoptado en los dos períodos de gobierno frente-amplista el canje de vencimiento de deuda que implica un endeudamiento mayor y a largo plazo, alcanzando los vencimientos a 2035. El sistema educativo hace agua por todos lados, el tan promocionado 4,5% del PBI para la Educación tan solo llega al 3,8%, puesto que se ha incluido dentro de él, el presupuesto de la Escuela Militar y de la Escuela Policial, destinando recursos genuinos de la Educación en forma tangencial a los ministerios del Interior y de Defensa. Muchos de los edificios de escuelas primarias y secundarias están en ruinas y lo peor es que las partidas no ejecutadas hasta septiembre son volcadas a Rentas Generales, es decir a el pago de los intereses de la deuda externa. Por lo tanto, tomando en cuenta estos datos, que no son los únicos, sino una apretada síntesis, los habitantes de nuestro país no están mejor, sino peor que antes en medio de un crecimiento económico incomparable.
JP.- ¿Cuáles son los principales problemas políticos que agobian a Mujica?
Esa pregunta tiene doble respuesta. Por un lado yo podría decir que la respuesta la tiene el propio Mujica y su partido en el gobierno. Por otro el análisis que nosotros hacemos es sobre los desafíos que tiene la clase obrera y el pueblo explotado en nuestro país, y estos pasan por cómo enfrentar la política cada vez más al servicio de las multinacionales y del imperialismo de un gobierno que se dice de izquierda y, en cómo vamos a hacer para que las consecuencias de la crisis internacional que, sin duda alguna, golpearán nuestro país, no sean pagadas, como se pretende, por los trabajadores y jubilados.
JP.- Se observa que no hay puntos de coincidencia del programa del Frente Amplio con el discurso pre-electoral de Mujica. ¿Pueden las tensiones estallar dentro del FA?
Las tensiones han estallado dentro del Frente Amplio desde hace tiempo. Nosotros somos una organización política que fundó el FA en 1971 y nos fuimos en 1993 cuando ya se hacían patentes la falta de democracia interna, la rebaja programática, los compromisos con el BID desde la Intendencia de Montevideo y porque se le había levantado la mano al pueblo reprimiendo a los vendedores ambulantes en 18 de Julio, la avenida principal de la ciudad. Posteriormente a las elecciones de 2005, donde triunfara a nivel nacional por primera vez el FA, se han ido otros grupos. Se fue el Movimiento 26 de Marzo, se fue Helios Sarthou, abogado laboralista, quien fuera senador y diputado por el FA, se fueron varios grupos de base y centenares de militantes de varios partidos del FA, entre ellos núcleos enteros del Partido Comunista Uruguayo (PCU) y del Movimiento de Participación Popular (MPP).
Cuando una dirección política decide conscientemente ir desmontando uno a uno los cimientos sobre los cuales ha sido construida la organización, es más que evidente que estallarán tensiones. A esto se deben agregar las tensiones dentro del aparato político por las cuotas de poder, por el manejo de fondos y por el acceso a cargos burocráticos. Ha habido duros enfrentamientos entre figuras relevantes del FA por estos motivos que han sido recogidos por medios locales e internacionales.
JP.- En el año 2007 decía la Fundación Transparency International con sede en Berlín, que Uruguay está situado entre los países que tienen buen desempeño en materia de lucha contra la corrupción. ¿El Estado es frontal contra la corrupción?
SP.-No conozco ese informe, pero me da la impresión de que esa fundación no se ha enterado del escándalo por los casinos municipales donde están involucrados el contador Bengoa director de los casinos municipales (Vertiente Artiguista FA), el que fuera dos veces intendente de Montevideo Mariano Arana (Vertiente Artiguista FA), la doctora María Julia Muñoz, ex secretaria General de la Intendencia, ex Ministra de Salud Pública (Partido Socialista FA), Orestes González sub director de casinos municipales (MPP FA), entre otros. Parece que esta fundación no se enteró del escándalo de UMISSA una firma de casas prefabricadas que facturó una exportación a Venezuela por 300 millones de dólares y aún no hay una sola casa construida, escándalo demasiado grande para estallar y que los gobiernos de Uruguay y Venezuela sepultaron rápidamente. Tampoco sabe nada del escándalo que involucró al actual ministro de Defensa Nacional, ex senador y ex diputado Eleuterio Fernández Huidobro, dirigente de la Corriente de Acción y Pensamiento Libertad (ex MPP, FA) y su señora esposa poseedora de una empresa de limpieza que sobre facturó más de 5 millones de pesos en los hospitales públicos Maciel y Pasteur por servicios que nunca cumplió.
Debo mencionar también la corrupción legalizada al votarse aumentos de sueldos para directores, senadores y diputados que rondan los 45.000 pesos uruguayos mensuales, mientras votaban, los mismos senadores y diputados, aumentos de 500 pesos para los jubilados y pensionistas.
JP.- La Ley de Caducidad, las idas y vueltas en torno a su anulación minaron la popularidad presidencial. ¿Sin la anulación en algún momento el pueblo uruguayo podrá superar el pasado?
SP.- Mire la «popularidad presidencial» no está minada sólo por eso, sino por la serie de sucesos que narro al responder a sus preguntas. El gobierno del FA es el principal responsable de que se mantenga la impunidad en nuestro país, ha tenido las mayorías parlamentarias para anular una ley que no sólo no es legítima desde un punto de vista ético, sino que es ilegal desde todo punto de vista jurídico. La impunidad en nuestro país y en cualquier lugar del planeta, no tiene que ver con divisiones de los compatriotas, ni con poner la vista en el futuro, ni con sellar las heridas, ni con la teoría de los dos demonios.
La impunidad es una herramienta de clase, lo fue en el pasado y lo es ahora. Es el tributo que deben ofrecerle las clases dominantes y su actual servidor el gobierno del FA, al brazo armado al servicio de la burguesía, que son las Fuerzas Armadas. No se puede entender de otra manera el que la Justicia, el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo avalen que los crímenes cometidos durante la dictadura cívico militar en nuestro país, no sean delitos de lesa humanidad y puedan prescribir en el próximo mes de noviembre de este año. Los crímenes cometidos no fueron producto de las desviaciones mentales de un grupo de desquiciados, fueron la política aplicada por el imperialismo y la burguesía en todos y cada uno de los países de América Latina. Además, desde nuestro punto de vista, un pueblo que olvida su pasado está condenado a que puedan volver a caer sobre él este tipo de atropellos. La organización que represento, junto a otras del campo popular seguimos sosteniendo que debe haber juicio y castigo a los culpables, porque sin castigo, volverán.
JP.-El gobierno sostiene que la economía uruguaya se encuentra estable y en crecimiento y la inflación está relativamente bajo control.
SP.- Eso no tiene porqué ser una mentira. En los últimos años, la economía del país creció y junto a ella crecieron diez veces los ingresos del 10% más rico de la población, pero el 20% más pobre no vio incremento alguno de sus ingresos, llegando a la pérdida de poder adquisitivo si lo comparamos con las cifras de 15 años atrás.
Lo que se debe analizar es con qué mecanismos esto es posible. La economía uruguaya está totalmente abierta a la inversión extranjera de la cual depende para mantener un coeficiente de balanza de pagos aceptable para el FMI, el BM y el BID, lo que le permite contraer deuda con relativamente bajo interés. Digo relativamente bajo puesto que una economía como la uruguaya no es muy apetecible para los capitales que, en momentos de crisis como el actual, buscan plazas más seguras como la de EEUU, aunque su interés sea casi cero, porque la seguridad no la dan sólo los intereses que los países pagan o se comprometen a pagar, sino si se trata de economías centrales o imperialistas o de economías subdesarrolladas como la nuestra.
La inflación está siendo controlada por dos mecanismos, el primero es el mantenimiento de un dólar bajo que permite que el endeudamiento en dólares sea un porcentaje menor del PBI. Esta variante no depende del Ministerio de Economía de nuestro país y por eso la vulnerabilidad es extrema, teniendo el Banco Central que intervenir en varias ocasiones con compra o venta de dólares para mantener lo que llaman banda de flotación dentro de los estándares permitidos. La otra variante es la del consumo y el endeudamiento interno, sea éste social o productivo. Por el lado del consumo el mismo se ha focalizado en una porción muy restringida que tiene acceso al crédito bancario o financiero. Esta porción de población integrada por las capas medias y por sectores de lo que podemos llamar aristocracia obrera posee un alto nivel de endeudamiento, llegando en algunos casos a más del 80% de sus ingresos.
Por otro lado la gran mayoría de la clase obrera tiene salarios deprimidos, un 56% de los trabajadores ganan en promedio menos de un cuarto de la canasta básica situada en los 44.000 pesos uruguayos. Esto posibilita un panorama de relativa estabilidad al costo del infra consumo de los trabajadores, es decir de la miseria no ya de los que no pueden vender su fuerza de trabajo, sino de aquellos que todos los días la venden.
JP.- En materia de relaciones exteriores, aparentemente, Uruguay ha mejorado en los últimos meses sus relaciones con Argentina. ¿Cuál es la situación del conflicto entre ambas naciones por las plantas de celulosa?
SP.- Con respecto a esto debemos señalar con meridiana claridad que no estuvieron enfrentados las naciones o los pueblos. Estuvieron enfrentados los gobiernos producto de la puja por quién se quedaba con un negocio multimillonario y quién otorgaba más o menos facilidades a las multinacionales.
Los discursos chovinistas adoptados por los gobiernos de Uruguay y de Argentina ocultaron por un tiempo una realidad que hoy explota frente a los ojos de todo el mundo, las empresas multinacionales, saqueadoras de nuestros recursos y que envenenan el medio ambiente, se instalan donde mejor «clima de negocios» exista, es decir conde puedan obtener ganancias más rápido y donde menos controles y restricciones tengan. Así las pasteras se están instalando en Uruguay y las minas a cielo abierto en Argentina. Además el buen relacionamiento obedece a que buena parte de los capitales sojeros, los llamados pules de siembra, que están instalados en Argentina se están expandiendo hacia Uruguay y eso en cierta forma hace más interdependientes las economías.
El teatro entre Mujica y Cristina Kirchner, no es otra cosa que la puesta en escena para que los capitales inviertan en la región. Esto se basa en la famosa teoría del desacople, muy manida en el Cono Sur y que hasta ha logrado cautivar a más de un incauto. Los gobiernos dicen que la crisis mundial no afectará las economías de nuestros países, que existen posibilidades de pensar en relaciones económicas sur-sur y para demostrar que es posible implementan alguna que otra medida de impacto. Una de ellas fue la inauguración del ferrocarril de pasajeros que unirá en un futuro incierto la ciudad de Tacuarembó al norte de Uruguay con la de Buenos Aires. Un trayecto de 800 kilómetros que no podrá ser recorrido en menos de 16 horas debido al estado desastroso de la red ferroviaria en nuestro país.
JP.-Algunos medios uruguayos no hace mucho que acusaron que el Mercosur perjudica a Uruguay. ¿De qué manera Uruguay se siente afectado?
SP.- No creo que sea un problema de sentimientos, sino un problema real de la economía y en ese aspecto, dentro del capitalismo no existen sentimientos en esa materia, lo que existen son negocios y la puja por el mantenimiento de la tasa de ganancia.
Las consecuencias del Mercosur son muy claras. Por un lado desde 1990 se destruyó el escaso parque industrial de nuestro país, desapareció la industria del vidrio, la siderúrgica, la fabricación ladrillera, la industria textil, el 70% de la industria frigorífica está en manos de capitales brasileros y la lista sigue.
El Mercosur es una gran mentira puesto que las economías no se integraron, sino que el ajuste productivo que se realizó fue de concentración de capitales y de destrucción de fuerzas productivas. Las diferencias competitivas producto de las disparidades de escala de las economías no podían arrojar otros resultados que los actuales, una dependencia casi total de la economía uruguaya de la economía brasilera y una interconexión tal que cualquier caída de la economía brasilera provoca un efecto dominó en la región.
JP.- Pasando a las luchas del movimiento sindical uruguayo, ¿éste aprueba o rechaza la política de Mujica?
SP.- En las organizaciones de masas más representativas del país se instaló hace un buen tiempo una casta burocrática al servicio del gobierno. Los dirigentes del PIT-CNT (central de trabajadores), de la FEUU (estudiantes universitarios), de la ONAJPU (jubilados y pensionistas) y de FUCVAM (cooperativas de viviendas), no sólo le firmaron un cheque al primer gobierno del FA, sino que han optado por sostener al gobierno de Mujica a toda costa. Esto ha arrojado como resultado que se rebajaran los programas, que se desmovilizara a los trabajadores y estudiantes y que operara una especie de transformación en el accionar sindical. De un pasado de independencia de clase se pasó al colaboracionismo infame con el gobierno, participando de la rebaja salarial y de las políticas represivas contra los trabajadores en huelga. El PIT-CNT justificó las medidas de esencialidad y la militarización de los servicios municipales el pasado año, ante una lucha de los trabajadores por mejoras de salario, respeto a la carrera funcional, contra la corrupción de los cargos políticos, etc.
Últimamente viene creciendo un descontento muy fuerte en las bases sindicales que la burocracia ya no puede ocultar y en muchos casos no puede detener. Está creciendo una corriente clasista unitaria en las bases sindicales que el pasado 1 de octubre realizó un encuentro nacional con más de 400 delegados de 12 de los 19 departamentos del país. Será en breve el XI congreso del PIT-CNT y los resultados del mismo van a poner sobre el orden del día temas muy candentes que pueden significar la profundización de las diferencias internas y hasta la ruptura de vastos sectores con este tipo de sindicalismo. Se abre un panorama que seguramente tendrá como resultado modificaciones sustanciales al sindicalismo que conocíamos hasta ahora en nuestro país.
JP.- ¿En Uruguay existe otra propuesta política de izquierda, fuera del FA?
SP.- ¡Sin duda alguna que la hay! Son varias las organizaciones que se fueron del FA y que no claudicaron al programa histórico emanado del congreso del pueblo. Existe una izquierda revolucionaria que no ha renunciado a la lucha por el socialismo, por poner definitivo fin a la explotación del hombre por el hombre.
Una izquierda antiimperialista que aun sostiene el principio de autodeterminación de los pueblos que sale a la calle y protesta contra las atrocidades del imperialismo, que denuncia los crímenes que cometen las tropas uruguayas que están ocupando Haití.
Una izquierda que se está vertebrando al calor de las luchas y con la bandera de la unidad de los revolucionarios. Una izquierda que no se vendió por treinta monedas y cuando evidenció que la mayoría del FA se deslizaba velozmente al charco del oportunismo y la entrega, rompió y se propuso un camino independiente. Puedo contar una docena de organizaciones o más. Por respeto no hablaré sobre sus posiciones políticas. Pero sí me parece importante nombrarlas, pues la visualización de nuestras organizaciones ayuda a desmitificar eso de que el FA es de izquierda.
Fuera del FA están: Partido de los Trabajadores, Asamblea Popular (PCR, MODEJU, PH, 26M, Avanzar), COMUNA (MRO, ADPP, MAR, FRAS), PROUNIR, Colectivo Militante, Militantes Guevaristas de la Costa, Partido Bolchevique del Uruguay, Federación Anarquista Uruguaya, entre otros grupos y desprendimientos más pequeños de militantes que no funcionan como organizaciones partidarias, pero son parte de la izquierda anticapitalista y de lucha por el socialismo.
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