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Nicaragua: Anticipar las elecciones

Fuentes: Rebelión

Mes tras mes, la crisis institucional que sufre Nicaragua se encona más. Mientras gobierno, grandes partidos e instituciones agudizan sus contradicciones, el país paga el desgobierno. Se arguye, desde el gobierno, que defender la permanencia de Bolaños es defender la democracia. Nada más falso. Bolaños es la negación de cualquier sistema democrático. De entrada, carece […]

Mes tras mes, la crisis institucional que sufre Nicaragua se encona más. Mientras gobierno, grandes partidos e instituciones agudizan sus contradicciones, el país paga el desgobierno.

Se arguye, desde el gobierno, que defender la permanencia de Bolaños es defender la democracia. Nada más falso. Bolaños es la negación de cualquier sistema democrático.

De entrada, carece de partido político que le respalde. Él es él y su cuerpo de burócratas, pagados con dinero del Estado. No sólo carece de bancada. El parlamento está en su contra.

Es, simplemente, un oligarca aferrado al cargo. Sin plataforma nacional que le respalde, acude a la injerencia extranjera como sostén. La embajada yanqui en primer término.

Toda su actitud niega la democracia. Es una apología de la injerencia extranjera. Una loa del estatus bananero de Nicaragua. Sacrificada otra vez a intereses mezquinos y grupales.

Si un gobierno pierde su capacidad de gobernar, debe patrióticamente convocar elecciones. Llamar al pueblo para que se pronuncie. Superar la crisis consultando a los ciudadanos.

Pasó en Alemania, cuando el gobierno perdió apoyo parlamentario. Lo mismo ha pasado en Bolivia, tras la caída de su penúltimo presidente. Es extensa y plural la lista de ejemplos.

Esa, no otra, es la sustancia de la democracia. Su negación provoca la crisis. Crea miseria.