La OPAQ, organización de para la prohibición de armas químicas, con sede en los países bajos, recibió en 2013 el premio nobel de paz, considerando que sus esfuerzos son valiosos para el desarme de este tipo de armas, cuyas principales huellas recuerdan cuerpos calcinados, desmembraciones, deformaciones y estelas de descomposición producidas por el uso del […]
La OPAQ, organización de para la prohibición de armas químicas, con sede en los países bajos, recibió en 2013 el premio nobel de paz, considerando que sus esfuerzos son valiosos para el desarme de este tipo de armas, cuyas principales huellas recuerdan cuerpos calcinados, desmembraciones, deformaciones y estelas de descomposición producidas por el uso del agente naranja contra el pueblo de Vietnam, que dos generaciones después aun padece esta letal agresión, producida por el mismo estado U.S.A., que hoy reclama bajo amenaza de acción militar humanitaria la destrucción de un país ajeno, mientras se niega a dar cuenta de sus propios arsenales y laboratorios de producción de dichas armas.
La OPAQ, aunque cumple una noble tarea está sujeta a las decisiones de la real politik global que imponen los Estados Unidos en el seno de las Naciones Unidas. Fue constituida en 1993 por 189 estados miembros, entre los que no figuran dos protegidos de U.S.A., Israel y Egipto como tampoco Siria y Corea. El objeto de la OPAQ es comprobar la destrucción de armas químicas existentes y cuidar que no se produzcan más, a la vez que promover la cooperación para el desarrollo de la química con fines pacíficos. Tiene un Consejo Directivo conformado por 41 miembros que cumplen periodos de 2 años conforme a características de distribución geográfica equitativa, importancia de la industria química e intereses políticos y de seguridad. África, tiene nueve miembros, Asia nueve, Europa Oriental cinco, América Latina y el Caribe siete, Europa occidental y otros diez miembros y un adicional. Se rige por los términos de la convención de prohibición de armas químicas compuesta por un preámbulo, 24 artículos y 3 anexos sobre sustancias químicas, verificación y confidencialidad, que atienden a garantizar la exclusión total del empleo de armas químicas en cualquier conflicto, advirtiendo que no se podrán desarrollar, producir, adquirir, almacenar o conservar armas químicas ni transferirlas a nadie, directa o indirectamente. Se trata de la eliminación total del uso de sustancias químicas tóxicas (seguramente aquí caben los gases de uso reiterado por fuerzas antidisturbios), precursores, antiguas armas químicas, armas químicas abandonadas, agentes de represión de disturbios e instalaciones de producción.
El Premio Nobel de la Paz se entrega «a la persona que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración y promoción de procesos de paz», El Nobel de Paz se ha entregado a 98 personas y a 20 organizaciones desde su creación en 1901. U.S.A., principal país comprometido con las guerras del siglo XX y lo que va del XXI ha recibido el premio el mayor número de veces 20, Reino Unido 12, Francia 9 y Organizaciones Internacionales como Cruz Roja, ACNUR, OPAQ, otros 20. De América se destacan los premios recibidos por Adolfo Pérez Esquivel, Rigoberta Menchú, Luther King, Oscar Arias, Roosevelt. Entre los aspectos más destacados en la entrega de este premio se cuenta la renuncia a recibirlo en 1973 por parte de Le Duc Tho un activista vietnamita, por considerar que su país era un objetivo de guerra invadido por los Estados Unidos y en esas condiciones no se podía hablar de paz y menos recibir un premio personal por ello, en su defecto le fue entregado a Henry Kissinger corresponsable de la invasión a Vietnam; la postulación en 1939 de Adolfo Hitler y premios cuestionados como el entregado a Obama en 2009.
Para 2013 hubo 239 postulados entre los que se destacaron Snowden, Putin, Malala. Su entrega pone al descubierto, tanto la carencia de unas dinámicas reales de paz global, hoy reducida a una ambigua formula de estabilidad para los mercados y el libre tránsito del capital y las mercancías, como de la reducida capacidad de autonomía del premio. U.S.A., se beneficia directamente con esta mezcla que le favorece su interés por posicionar el tema de las armas químicas, que ha venido agitando para ganar legitimidad frente a un ataque a Siria que no ha logrado consensuar incluso entre sus más fervientes aliados.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.