Nosotros estamos cansados también. Tal vez no estemos enfrentando las mismas condiciones, ni exactamente los mismos problemas, pero también estamos puteados, e «indignad@s». Pero sí tenemos en común que enfretamos los mismos retos y estructuras opresivas: las corporaciones y bancos que sacan a gente de sus casas son las mismas que nos explotan. De Túnez […]
Nosotros estamos cansados también. Tal vez no estemos enfrentando las mismas condiciones, ni exactamente los mismos problemas, pero también estamos puteados, e «indignad@s». Pero sí tenemos en común que enfretamos los mismos retos y estructuras opresivas: las corporaciones y bancos que sacan a gente de sus casas son las mismas que nos explotan.
De Túnez a Wall Street, de Egipto a España, de Providence a Costa Rica, nuestro desempleo, pobreza, corrupción, todo viene de la misma fuente. Los políticos que supuestamente elegimos, en verdad son escogidos por los que tienen el dinero para comprarlos. Pensamos que vivimos en una democracia, ya que eso es lo que nos repiten las loras en la televisión, pero no es cierto. Vivimos en una ilusión, y nuestro destino fue determinado para que seamos consumistas mansos.
Los pueblos de Egipto, Túnez y demás países del Medio Oriente y África lucharon contra dictadores. Pero esos dictadores se mantuvieron en el poder porque servían intereses económicos y geopolíticos. En el caso de España, Estados Unidos y aquí, los políticos cambian de cara, pero sus objetivos no. Todos son sirvientes del capital.
A nosotros nos quieren privatizar todo, la electricidad, la salud, el agua. Nuestras tierras las regalan a inversionistas para el «desarrollo» o para el turismo, y muchos de ellos ni siquiera tienen que pagar impuestos. Nuestras calles estan hechas leña, mientrás los mejores servicios los reciben los extranjeros en un hotel de lujo. Trabajamos en sub-empleos y máquilas mentales diseñadas para ser flexibles e irse cuando hayan obreros que cobren menos sueldo. A eso le llaman libre comercio, a la habilidad de las empresas irse cuando les de la gana, y dejar desempleada a comunidades enteras. Es por eso que debemos lanzarnos a las calles. Porque nosotros tenemos dignidad.
Sin embargo, más que una marcha de solidaridad, debemos iniciar nuestro propio movimiento. Adaptemos las buenas prácticas que se han elaborado en las ocupaciones de España y Estados Unidos. No son perfectas, pero es un laboratorio de experimentación en las posibilidades dentro de la democracia participativa. Las asambleas tienen un proceso político que se basa en el respeto mútuo, tratando de incluir toda voz en las decisiones, donde hay grupos de trabajo buscando soluciones a problemas inmediatos (comida, camas, etc) pero también a los fundamentales. Aquí hay una guía del proceso (en inglés).
Pero parte que ha ayudado al movimiento ha sido la ocupación en sí. Tener un lugar o espacio donde pacientemente se puede ir desarrollando una comunidad que nos da la oportunidad de interactuar con otros para debatir, y luego coordinar nuestras acciones, es esencial para que prevalezca cualquier movimiento. Es por eso, que debemos intentar verdaderamente ocupar las plazas. Sí, está lloviendo mucho estos días. Entonces busquemos otros espacios donde ocupar. Tal vez hasta podemos comenzar con espacios virtuales (Amauta por cierto esta en proceso de elaborar un espacio libre para la participación, se puede leer un poco más aquí), o por lo menos nuestros espacios mentales. Pero si queremos ser verdaderamente libres, tenemos que crear espacios de poder en donde podamos practicar esa libertad.
Este movimiento trata no tanto de demandas, pero de realzar conciencias a través del proceso participativo democrático, de la experimentación, y dentro de la comunidad. No busca solucionar un problema específico, sino el problema estructural que nos ha afectado por siglos. Entonces sí, podemos salir a protestar, estar en solidaridad global, y luego regresar a nuestros hogares y continuar a vivir las mismas rutinas de siempre. Pero podemos ir más allá, y enfrentarnos a las clases políticas y económicas que nos han mantenido adormecidas, a su sistema que sólo les sirve a ellos, y retomar nuestro poder para construir una sociedad que sí sería nuestra.
Como Naomi Klein dijo en Occupy Wall Street, «hay demasiado en juego para que nosotros no aprovechemos este momento al máximo». Es hora de recrear nuestros espacios, nuestra Costa Rica, a través de actos revolucionarios en nuestra vida diaria.
Más información:
Para seguir la discusión de crear espacios libres: OcupaCR
Sitio de la convocatoria mundial: 15october.net/
Sitio de la convocatoria tica: Recuperemos la Plaza – Unidos por el Cambio
Fuente: http://revista-amauta.org/2011/10/ocupemos-costa-rica/