No existe en el mundo otro país, aparte de Honduras, cuyos gobiernos (des)gobiernan a su pueblo como si fuera un tumulto de bestias inútiles, temerosos al látigo y obedientes a la prepotencia del amo. Esta es la idea que tienen del pueblo hondureño las élites gobernantes, y actúan en consecuencia. Si bien la historia republicana […]
No existe en el mundo otro país, aparte de Honduras, cuyos gobiernos (des)gobiernan a su pueblo como si fuera un tumulto de bestias inútiles, temerosos al látigo y obedientes a la prepotencia del amo. Esta es la idea que tienen del pueblo hondureño las élites gobernantes, y actúan en consecuencia.
Si bien la historia republicana de Honduras está surcada por interminables guerras civiles, dictaduras, masacres, etc. Sin embargo, no existe en la memoria inmediata del pueblo un ensañamiento brutal, por parte de un gobierno, en contra de sus educadores/as, como acontece actualmente.
Por dos semanas consecutivas el régimen actual, igual o peor represor que el del dictador Roberto Micheletti Bain, reprime, intoxica, persigue, encarcela y asesina al sector magisterial movilizado, ahora, en defensa de la educación pública y gratuita. Aunque Ud. no lo crea ¡Hasta en sus domicilios están persiguiendo y capturando, bajo las sombras nocturnas, a las y los docentes que están dispuestos a dar lo última lección a Honduras en defensa de la educación y la dignidad del país.
¿Por qué tanta saña contra los maestros?
El magisterio hondureño, divido en 6 organizaciones gremiales, pero, ahora, aglutinados en una sola confederación, es quizás el único gremio que no sucumbió a las garras desgarradoras del neoliberalismo vigente en el país desde la década de los 90 del pasado siglo. Todos los gremios fueron cooptados por el bipartidismo letal, y desarticulados/domesticados por el neoliberalismo. El magisterio, no. Las y los maestros, con sus luces y sombras, se constituyente en una amenaza real en contra de los intereses de la irreflexiva dictadura neoliberal en Honduras. De allí viene el ensañamiento contra los maestros.
La actual dictadura neoliberal, en los meses anteriores, transfirió el agua, los ríos, las tierras, los yacimientos mineros, los bosques, las costas del Caribe y hasta territorios con soberanía, al dominio de las empresas privadas y transnacionales. Y nadie dijo nada.
El caso del agua fue patético. Se inició con la municipalización del agua en el 2003. Actualmente, el agua de San Pedro Sula (segunda ciudad más grande del país) se encuentra en manos de la empresa privada. Las ciudades de Comayagua y Siguatepeque, corren la misma suerte. El pueblo tampoco despertó.
Pero, con la intención de la privatización de la educación, vía municipalización y descentralización, las ambiciones neoliberales, encontraron una férrea resistencia en el sector magisterio.
Además, el magisterio, aparte de ser la columna vertebral para la existencia del Frente Nacional de Resistencia Popular, es el sector, que con sus grandezas y flaquezas, aportó y aporta al proceso del despertar y emancipación del pueblo hondureño. Muchas maestras y maestros han despertando de su letargo, con el último golpe de Estado, y, ahora, promueven la duda y la sospecha en la mente y en el corazón de sus educandos/as.
Las y los maestros conscientes se constituyen en tábanos que aguijonean al aún dormido pueblo hondureño. Adicto a las costumbres feudales y sumiso al temor religioso.
La dictadura neoliberal hondureña sabe que si el pueblo despierta, no sólo sus intereses perversos están en peligro, sino la misma existencia de la oligarquía. He aquí otra de las razones para el ensañamiento sangriento contra el magisterio.
En estas circunstancias dolorosas, pero también de purificación para el sector magisterial, los sectores aún dormidos del pueblo hondureño deberían salir, no en defensa de los maestros, sino del sistema de la educación pública y gratuita. Porque ésta es la demanda de las y los aguerridos maestros, que ahora desafían al régimen golpista neoliberal que en casi 2 años no ha logrado consolidarse, ni legitimarse en el país. Ya comenzaron con la privatización del agua. Ahora, intentan adueñarse de la educación. Mañana será la salud. ¿Qué heredaremos a nuestras hijas e hijos? ¡No hay mejor herencia que la educación!
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