No hay otra solución que la más completa independencia nacional. Que comienza con reconocer por la potencia colonizadora la nulidad radical del Tratado de París y la devolución de todos los poderes de la soberanía nacional conculcados por la invasión de 1898 y el sistema colonial instaurado.
Eduardo Báez Galib, líder del PPD dice en entrevista en El Nuevo Día que su partido no tiene nada que celebrar el 25 de julio ya que el ELA “está huérfano”.
Dice: “Está huérfano completamente el ELA. No tiene quién lo apoye o quién lo apuntale para tratar de darle la energía que necesita ante una realidad geopolítica que es que Estados Unidos no va a dar la estadidad, Puerto Rico no quiere la independencia y estamos en un limbo en el cual tenemos que seguir lo que tenemos, pero lo que tenemos está huérfano. Estamos en un verdadero limbo”, agregó el también excomisionado electoral y e secretario general del PPD.”
El Presidente del PPD José Luis Dalmau tiene serios enredos de ideas. Desvinculó los pleitos judiciales recientes en los que el Tribunal Supremo de Estados Unidos, ha reconocido al ELA como un status colonial. Indica el flamante presidente de la pava:
“Los casos recientes que se han visto, incluso los casos insulares, tratan asuntos específicos de la relación política, no la relación como tal”, señaló Dalmau, tras describir como única la relación política entre Puerto Rico y Estados Unidos.”
Todavía vemos a líderes del PPD hilvanando quimeras con un ELA culminado con ciudadanía norteamericana, autonomía tributaria, defensa común, unión permanente, respeto al idioma y cultura, garantía de vida plena y feliz con todos los servicios y reformas necesarias. ¿Donde viven? ¿Habrán comprendido que al ELA se le declaró en quiebra, que se impuso la Ley Promesa, que en Puerto Rico opera un enclave de explotación que favorece al capital foráneo, a los acreedores de la deuda odiosa impagable , proceso de explotación que evita el ahorro y desarrollo integrado de las fuerzas productivas nacionales?
Báez Galib se queda corto. Es que Puerto Rico, los puertorriqueños, sus fuerzas productivas están secuestradas. Eso es el colonialismo, un secuestro colectivo, una esclavitud, una perversión.
No hay otra solución que la más completa independencia nacional. Que comienza con reconocer por la potencia colonizadora la nulidad radical del Tratado de París y la devolución de todos los poderes de la soberanía nacional conculcados por la invasión de 1898 y el sistema colonial instaurado.
Completamente libres gobernaremos nuestra patria. Talento idóneo tenemos y tendremos para poner en marcha el desarrollo de las fuerzas productivas nacionales. Pero como el colonialismo es crimen que da derecho a reclamar reparaciones conforme al derecho imperativo internacional, la potencia colonizadora no puede escapar a su obligación de pagar la restitución por los daños causados y que serán necesarios para un periodo de transición. Y que muchas instituciones generadas durante la colonización perdurarán como derechos adquiridos. Puesto que un secuestro nacional de 124 años crea efectos tangibles en el territorio y pueblo colonizado.
**Abogado, profesor, escritor de múltiples ensayos, autor de los libros La Deuda Odiosa y la descolonización de Puerto Rico (Publicaciones Librepensador, 2018) y Enhebrar las Cuentas: Escritos Contemporáneos sobre Puerto Rico (Publicaciones Gaviota, 2022), egresado de Harvard, Magna Cum Laude (1987).
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