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República Dominicana

¡Que se desintegren!

Fuentes: Rebelión

En días recientes se han expresado «preocupaciones» por las fracturas que afectan al Partido Revolucionario Dominicano-PRD, bajo el infeliz argumento de que el gobierno ilegitimo y la dictadura institucionalizada del pele-leonelismo se quedaría sin «oposición» si eso acontece. Me parece muy superficial ese criterio. El PRD -invadido y controlado por una partidocracia corrompida y sectores […]

En días recientes se han expresado «preocupaciones» por las fracturas que afectan al Partido Revolucionario Dominicano-PRD, bajo el infeliz argumento de que el gobierno ilegitimo y la dictadura institucionalizada del pele-leonelismo se quedaría sin «oposición» si eso acontece.

Me parece muy superficial ese criterio. El PRD -invadido y controlado por una partidocracia corrompida y sectores del gran capital, convertido en una corporación para negocios sucios- hace tiempo que dejó de ser «oposición» a todo eso, distanciándose paulatinamente del deseo de sus propias bases.

Una de las dos facciones de esa partidocracia es un instrumento de la cúpula oficialista del Partido de Liberación Dominicana-PLD y colaboró con la imposición fraudulenta del partido morado en las pasadas votaciones.

La otra ha hecho alianzas coyunturales con esa cúpula y aceptó pasivamente esa imposición, alejándose más del sentir de sus votantes. Ella, además, está integrada al sistema bipartidista y a la institucionalidad que reproducen el círculo vicioso que degrada la sociedad dominicana, saquea los recursos del país y empobrece al pueblo.

Nunca he deseado que desaparezca físicamente la gran franja popular perredeísta. Ni siquiera he acariciado semejante idea respeto a la militancia balaguerista del llamado Partido Reformista Socialcristiano, cuyo partido está en proceso de desintegración; hecho inocultable, aun con la ficción del 6% fraguada por la perversa mano morada.

Pero si creo que para salir de este proceso destructivo es bueno que el PRSC se esté desintegrando, que el PRD transite una ruta similar, que se agudicen las pugnas soterradas en el PLD y, sobre todo, que lo antes posible el pueblo – sin ajustarse obligatoriamente al calendario electoral oficial- le de una lección contundente, castigando e impugnando la ilegitimidad, el abuso y la corrupción que representa como partido-estado.

Nadie habrá de verme preocupado, sino alegre, porque este sistema de partidos y esta seudo-democracia entren en crisis, camino a desaparecer o desintegrarse. Contribuir a eso es una de nuestras metas.

Aquí no hubo elecciones, sino votaciones viciadas.

Aquí no hay partidos tradicionales democráticos, sino entidades convertidas en compañía por acciones y controladas por mafias políticas y empresariales.

Aquí no hay democracia, sino dictadura institucionalizada y corrompida, integrada por momento por dos partidos y por momento por uno, como ahora.

Aquí hay un gran vacío en cuanto a hacerle oposición a toda esta porquería, que será llenado paso a paso por una nueva fuerza política-social en progresiva gestación al compás de la agudización de todas las vertientes de la crisis del capitalismo, de su neoliberalismo y de su partidocracia.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.