«Nosotros, debatiendo el tema electoral y la toma del poder, y ellos repartiéndose y rifando lo que queda del país», decía uno de los presentes indignados en una jornada de reflexión sobre la situación actual del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP). Otro de los presentes, reflexionaba: «Los grupos de poder nos pusieron en la […]
«Nosotros, debatiendo el tema electoral y la toma del poder, y ellos repartiéndose y rifando lo que queda del país», decía uno de los presentes indignados en una jornada de reflexión sobre la situación actual del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP).
Otro de los presentes, reflexionaba: «Los grupos de poder nos pusieron en la agenda del Frente el falso debate electoral para distraernos de nuestro objetivo refundacional. El asunto de la toma del poder está acrecentando las divergencias internas en nuestro movimiento, y postergando el debate fundamental. ¿Quién quiere destruir al FNRP con este falso debate?»
En otro rincón de Honduras, en una asamblea mayor, uno de los campesinos planteaba: «Suponiendo que electoralmente ganemos y tomemos el poder. Seremos el peor gobierno en la historia del país, no sólo porque no tenemos programa aún, sino las condiciones del Frente no están dadas para ello».
Un sacerdote católico, integrante activo del FNRP, en una reunión ampliada, en sintonía con el sentir del grupo, concluía: «Si el Frente se vuelve un partido político, que vayan a buscarse otros lugares para sus reuniones. Los salones de mi parroquia no se prestarán para ello».
¿Quién agendó la cuestión electoral y la toma del poder en el FNRP?
El asunto electoral y la cuestión del poder político no son malos en sí mismos. Lo que pasa es que, en el imaginario colectivo, y en la intuición general de las bases del Frente, no son una prioridad, ni es el momento para debatir estos temas.
El FNRP se organizó, luego del golpe de Estado del 2009, como un movimiento social pro constituyente y refundacional. En la última asamblea del Frente, en Tocoa, Colón, en 2010, se ratificó este mismo objetivo. Y, entonces, ¿quiénes se encaprichan con el inoportuno debate electoral y la toma del poder?
El partido Liberal y el partido Nacional fueron y son eficientes instrumento para la domesticación del pueblo. A los propietarios de estos partidos, les interesa distraer al FNRP con el circo electoral. Ellos saben que el caramelo de la toma del poder atrae a varios dirigentes del Frente. Y, ¿quién está detrás de los partidos políticos tradicionales y de sus dueños? Nada menos que el vecino imperio del Norte. Lo triste es que incluso dirigentes del FNRP se prestan, quizás con «inocencia», a este juego.
El gobierno de los EEUU. está preocupado porque que el huracán anti imperial que cobra fuerza en Latinoamérica y Norte del África, puede tocar tierra en Honduras. EEUU. sabe que el golpe de Estado en Honduras, lejos de conseguir asustar a Honduras y a la región, dinamizó y acelera el despertar del pueblo. Por eso, ahora ensaya el circo electoral, para distraer a Honduras que despierta sigilosamente como un animal sedado. EEUU. y las élites hondureñas estarían dispuestos incluso a colocar nuevamente en el sillón presidencial a Manuel Zelaya Rosales, tan sólo para domar al pueblo y evitar el proceso refundacional del país.
¿Por qué en las bases del FNRP genera alergia el debate electoral?
La dirigencia del Frente tiene que bajar a las bases, y dirigir obedeciendo el sentir de este movimiento social. Los diferentes colectivos del FNRP no quieren distraerse en el juego electoralista porque tienen memoria histórica. Han sufrido y sufren en carne propia las consecuencias de este nefasto engaño. ¿Qué cambió en Honduras con el rito de las urnas cada cuatro años? Con democracia formal representativa o sin ella, el saqueo y el empobrecimiento del país siguió su curso.
La historia da derecho a desconfiar de la «buena» fe de quienes, ahora, plantean la toma del poder. ¿Por qué será que liberales o ex liberales plantean la toma del poder político? ¿No suena más a una venganza política entre liberales y nacionales? ¿Por qué no hemos avanzado lo suficiente en la organización, en los debates y consensos para la refundación del país, mediante el proceso constituyente?
Una joven dirigente del Frente decía en una reunión: «Más de quinientos años hemos estado en resistencia. Por qué desesperarnos ahora por la toma del poder. Organicemos y fortalezcamos con propuestas el FNRP para la refundación del país. En su momento se verá si queremos o no el poder político».
La dirigencia nacional del Frente tiene que volver a las bases, participar en los debates y escuchar el sentir colectivo generalizado sobre la cuestión electoral y la toma del poder. La Honduras profunda resentida y en resistencia está en busca de «otro país posible», «otro sistema de vida posible», y no tanto detrás del manipulable y desprestigiado sillón presidencial.
¿Qué debería debatir el FNRP en la próxima asamblea nacional?
En la próxima asamblea nacional del Frente, el 26 de febrero, en Tegucigalpa, se debe debatir:
Establecer una estrategia organizacional para articular a todas y todos los resistentes dentro y fuera del país. Para ello se debe posicionar en la conciencia individual y colectiva de la gente la demanda de la constituyente refundacional.
Establecer líneas de formación y concientización en los contenidos y alcances de la refundación en Honduras. Esto significar hacer alianzas con las ONGs, iglesias y otras organizaciones dedicadas a la formación e incidencia política. Una compañera proponía: «Hacer alianza con los maestros/as para que sensibilicen a las y los estudiantes mediante actividades extra curriculares».
Consensuar líneas para establecer una estrategia de comunicación y de difusión dentro y fuera del FNRP. Si bien la constituyente dejó de ser tabú, pero sigue siendo desconocida para amplios sectores del país.
El asunto de la construcción de propuestas, tanto para los contenidos de la nueva Constitución Política, como para la Ley de Convocatoria a la Asamblea Constituyente, debería ser una tarea obligatoria para todos los colectivos y organizaciones del Frente. Sólo así la gente en resistencia se sentirá parte del nuevo diseño de Honduras que se quiere construir. De lo contrario, el FNRP habrá pasado a la historia como un intento fallido.
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