En un clima de tensión y falta de acuerdos se llevó a cabo la reunión de cancilleres de los países miembros del Mercado Común del Sur (Mercosur), en la que se discutió la flexibilización comercial del bloque y las rebajas en el Arancel Externo Común (AEC), con la excusade negociar en mejores condiciones con otros mercados del mundo.
En la reunión virtual quedaron expuestas las diferencias políticas, ideológicas y económicas que reinan en el bloque en el contexto de la pandemia de coronavirus que afecta al mundo. Brasil y Uruguay son aliados en la propuesta de la apertura del mercado común a una mayor flexibilización comercial, mientras que Paraguay tiene una posición más moderada y Argentina, que ejerce hasta mayo la presidencia “pro témpore”, quiere que pase lo peor de la pandemia para adoptar medidas al respecto.
La cancillería uruguaya informó que “con el apoyo total de Brasil, la propuesta de Uruguay sobre flexibilización y arancel externo común ingresa formalmente al Mercosur”. El arancel externo común es el impuesto que paga cada mercancía para ingresar al Mercosur y está en discusión desde hace dos años, sin lograr zanjarse.
Asimismo detalló que Argentina, que ostenta la presidencia pro témpore del bloque, convocó a una reunión extraordinaria presencial del Consejo del Mercado Común (CMC) integrado por los cancilleres y ministros de Economía de los cuatro miembros del Mercosur para la segunda quincena de mayo en Buenos Aires, cuando se tomará una decisión final sobre si los socios avanzan con el plan presentado por Uruguay.
Si bien no está incluido en la información oficial, se desprende que Argentina y Paraguay no dieron un apoyo formal a la iniciativa de Uruguay, que sí es respaldado por Brasil. El gobierno argentino manifestó previamente su rechazo a la flexibilización, pero está dispuesto a discutir el arancel externo común.
Uruguay y Brasil quieren cerrar acuerdos de manera individual con terceros países sin la necesidad del aval unánime de los otros socios del bloque regional. Se trata de una ecuación económica -con efectos geopolíticos- que Argentina no acepta en esta coyuntura histórica, debido a la pandemia de coronavirus.
Además de los cancilleres Felipe Solá (Argentina), Carlos Alberto Franco França (Brasil), Euclídes Acevedo (Paraguay) y Francisco Bustillo (Uruguay), participaron ministros de cada uno de los países. Durante la reunión hubo un cruce entre el ministro de Economía de Argentina, Martín Guzmán, y su par brasileño, el neoliberal Paulo Guedes, quien fuera funcionario del dictador chileno Augusto Pinochet.
“La mano invisible de Adam Smith es invisible porque no existe”, dijo Guzmán. ““Nosotros conocemos muy bien a los economistas que cita el ministro Guzmán, pero más de la mitad de los premios Nobel los ganaron economistas de la Universidad de Chicago”, le respondió el funcionario de Jair Bolsonaro.
Durante la cumbre virtual de presidentes del Mercosur – el 26 de marzo a 30 años de su creación- se produjo un duro cruce entre el presidente derechista uruguayo Luis Lacalle Pou y su par argentino, el progresista Alberto Fernández. El uruguayo afirmó no estar conforme con las condiciones actuales en las que funciona el mercado común y dijo que le generaba “frustración” la imposibilidad de avanzar en acuerdos extrarregionales.
Sus palabras más potentes fueron cuando manifestó que esos límites representaban “un lastre” y “un corsé” para el desarrollo de su país. Notoriamente incómodo el jefe de Estado argentino le contestó que el Mercosur no debía transformarse en “una carga o un lastre para nadie” e invitó a quienes se sintieran disconformes a“tomar otro barco”. Ese episodio desnudó las rispideces que conviven entre sus miembros.
El documento uruguayo
El documento que elevó Uruguay -difundido hoy por la cancillería- incluye, por un lado, un listado de distintos países o bloques comerciales con los que hay negociaciones o interés en avanzar en acuerdos (donde aparecen China y Estados Unidos) y, por otro, un menú de opciones para que los países puedan negociar con distintos grados de libertad.
Una posibilidad es que para las negociaciones en conjunto del Mercosur cada nación pueda avanzar en ofertas individuales con la contraparte, otra es que se pueda negociar un acuerdo con distintos plazos de aplicación en función de la realidad de cada país, y una tercera es avalar distintos ritmos en la negociación.
En un agregado se establece un mecanismo independiente de lo anterior, que permite negociaciones individuales por fuera del bloque a partir del segundo semestre, en caso de que no se llegara a un acuerdo mediante el primer mecanismo. Se contempla que si el país negociador logra mejores condiciones que las vigentes para el Mercosur con la contraparte, esos beneficios deberán extenderse a todo el bloque.
La posición argentina
Para Argentina existe “un Mercosur dormido” y se deben hacer algunas modificaciones con el objetivo de revitalizarlo. Para eso estiman que es necesaria una modernización y una adaptación de los países que lo conforman. “Estamos de acuerdo en que la integración es de fundamental importancia, pero la integración debe servir como medio y no como fin”, sostienen.
El camino al desarrollo de la región debe incluir un dinamismo que permita aumentar la competitividad y la productividad. “El crecimiento de las exportaciones es una condición necesaria para que nuestros países cuenten con las condiciones para un crecimiento sostenible en las economías y en sus mercados internos”, sostuvo Guzmán en su alocución. Para Argentina, “la agenda de desarrollo tiene que encarar el problema de la sustentabilidad ambiental”.
“Hay un gran valor al trabajar como bloque, que requiere reconocer que hay asimetrías. Argentina reconoce las distintas situaciones que están experimentando los distintos países del bloque. Por eso es importante reconocer la necesidad de la flexibilidad para lidiar con esas situaciones. Pero también es importante no olvidar que a la integración la estamos pensando como un medio para el fin del desarrollo”, destacó Guzmán.
El próximo capítulo se dará en la reunión extraordinaria presencial del Consejo del Mercado Común (CMC) integrado por los cancilleres y ministros de Economía de los cuatro miembros del Mercosur, en la segunda quincena de mayo en Buenos Aires.
Claudio della Croce. Economista y docente argentino, investigador asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)