
Se trata del primer informe de Unicef sobre a las consecuencias del cambio climático sobre niñas y niños, en relación a fenómenos asociados como calores extremos, inundaciones y ciclones. Piden a los Estados medidas para garantizar el acceso a sistemas de saneamiento y educación; también reclaman la reducción de emisiones de carbono para evitar que la situación empeore y una mayor participación de las infancias en la toma de decisiones.