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Trabajadoras domésticas del mundo piden leyes que las defiendan

Fuentes: Agencias

Sindicatos de trabajadoras domésticas de todo el mundo llamaron el sábado en Montevideo a que todos los países ratifiquen la Convención Internacional sobre Trabajo Doméstico y aprueben leyes nacionales que defiendan sus derechos. «Estamos entrando en una nueva era para los trabajadores domésticos», aseguró en la apertura del primer congreso internacional del sector Myrtle Witbooi, […]

Sindicatos de trabajadoras domésticas de todo el mundo llamaron el sábado en Montevideo a que todos los países ratifiquen la Convención Internacional sobre Trabajo Doméstico y aprueben leyes nacionales que defiendan sus derechos.

«Estamos entrando en una nueva era para los trabajadores domésticos», aseguró en la apertura del primer congreso internacional del sector Myrtle Witbooi, presidenta de la Red Internacional de Trabajadoras Domésticas (IDWN).

Lanzada en 2009 en Ginebra, la red reúne 47 organizaciones que representan a unas 300.000 trabajadoras domésticas de todo el mundo.

Bajo la consigna «¡Trabajadores y trabajadoras domésticas del mundo, únanse!», el congreso busca constituirse en una nueva fuerza del movimiento laboral mundial, con la meta de que cada vez más países ratifiquen la Convención Internacional sobre Trabajo Doméstico de la Organización Mundial del Trabajo (OIT), explicó la africana Witbooi.

«Tenemos que unir a todos los trabajadores», dijo Witbooi a la AFP, estimando que las mayores dificultades están en algunos países asiáticos y africanos.

«La convención de la OIT es para todos, pero si no se conoce, no puede aplicarse. Necesitamos educar y necesitamos encontrar a esos países que no tienen ni siquiera leyes nacionales, para que puedan aprobar leyes y ratificar la convención», explicó.

Anna Biondi, representante de la OIT en el congreso, celebró por su parte los avances en el sector en los últimos años, pero aseguró que «aún resta mucho por hacer» para transformar efectivamente la relación laboral y el respeto de los derechos».

El congreso se desarrolla en Uruguay porque el país sudamericano fue el primero en el mundo en ratificar, en 2012, la Convención Internacional sobre Trabajo Doméstico de la OIT.

El convenio «ya entró en vigencia, está aprobado por más de 10 países y hay cuatro o cinco países más en proceso de aprobación», destacó a periodistas el ministro de Trabajo de Uruguay, Eduardo Brenta.

En los últimos ocho años en Uruguay el salario de las trabajadoras domésticas se incrementó más de 400%, se logró la formalización del 66% de quienes trabajan en este sector, que de esta forma tienen derechos sociales y cobertura de salud para toda sus familia.

La Convención -aprobada en junio de 2011 en la 100ª Conferencia de la OIT en Ginebra- garantiza un tratamiento similar al que tienen ya otras categorías de empleados y exige a los gobiernos que verifiquen que los trabajadores domésticos comprenden las condiciones de sus contratos.

La OIT estima que los empleados domésticos -aseadoras, cocineros, jardineros, niñeras- representan una proporción significativa de la mano de obra, que representa entre un 4% y un 10% del empleo en los países en desarrollo y 2,5% en los países industrializado, es decir, al menos 52,6 millones de personas en el mundo.

Pero la OIT cree que la cifra real se acerca a los 100 millones de personas, dado que ciertos países dan estadísticas inferiores a la realidad.

Según los informes que debatirá el congreso hasta el próximo lunes, Asia, por ejemplo, alberga el 60% de las trabajadoras domésticas menores de edad de todo el mundo, estimándose 1,5 millones en Indonesia, 1 millón en Filipinas, 420.000 en Bangladesh y 100.000 en Sri Lanka.

A pesar de su alta cifra de trabajadores domésticos, la protección legal que tienen en Asia es mínima, según la OIT: los medios de prensa difundieron 797 casos de tortura en los últimos 10 años en Bangladesh, en Indonesia se comprobaron 472 casos de violencia y en Malasia, sólo en 2011, murieron 13 trabajadoras domésticas.

Además, el 97% de los países asiáticos no tienen protección legal para el descanso semanal y excluyen a estos trabajadores de las vacaciones anuales.

En América latina, en tanto, se estima que hay más de 14 millones de trabajadoras del hogar, y este empleo es la principal ocupación para las mujeres de la región.