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Tres eventos estelares

Fuentes: Rebelión

El año 2018 ha sido rico en acontecimientos importantes, lo que dificulta escoger los más significativos. Antes de emitir opinión alguna se analiza lo que ha pasado. El mensaje del Presidente Putin del 1 de marzo de este año, marca un antes y un después en la geopolítica mundial y explica por qué Moscú desarrolló […]

El año 2018 ha sido rico en acontecimientos importantes, lo que dificulta escoger los más significativos. Antes de emitir opinión alguna se analiza lo que ha pasado. El mensaje del Presidente Putin del 1 de marzo de este año, marca un antes y un después en la geopolítica mundial y explica por qué Moscú desarrolló nuevas armas, que restablecieron la paridad estratégica, luego de que EEUU expusiera una doctrina nuclear, que le faculta emplear armas nucleares cuando quiera y contra el que quiera, abandonara el Tratado de Misiles Antibalísticos, ABM, instalara alrededor de Rusia cerca de 400 bases militares y un sistema antimisiles que vulneraba el equilibrio estratégico alcanzado.

El asunto tiene precedentes. No se asusten, este sistema es contra Irán y Corea del Norte, dijo Washington a Moscú. A otro perro con ese hueso. Al romper el ABM, ustedes nos amenazan directamente; por lo menos, dennos garantías de que no van a agredirnos, reclamaron los rusos. Garantías no damos, hagan lo que les dé la gana, contestaron los norteamericanos. No creyeron que Rusia les iba a responder de manera alguna. Siempre la presentaron como un país semisalvaje, sin cultura, ciencia y tecnología. Pero resulta que sí tenía cultura, ciencia y tecnología, no inferiores a las de EEUU, como lo demuestra crear en tan corto lapso misiles estratégicos que esquivan cualquier sistema de defensa; probar con éxito armas hipersónicas que ingresan a la atmósfera soportando temperaturas de hasta 2.000 grados centígrados y el misil, Sarmat, capaz de desplazarse a cualquier lugar del planeta; desarrollar un torpedo capaz de viajar a cien kilómetros por hora en una profundidad de mil metros para destruir un objetivo que se encuentre a 10.000 kilómetros de distancia. Este increíble salto tecnológico, que vuelve espantapájaro al paraguas antimisil instalado alrededor de Rusia y China, no lo esperaba nadie.

Ahora EEUU notifica que «no existen contramedidas» para enfrentar a la nueva generación de armas hipersónicas de Rusia y China. Por lo que, al no poder competir contra estas armas, Washington rompe los tratados de desarme existentes. Para ello traslada proyectiles de corto y mediano alcance cerca de la frontera rusa, convirtiendo a Europa en un campo de batalla lejano al continente americano y esperando derrotar a China y Rusia en la nueva carrera de armamentos que van a desatar ellos.

Pero más sabe el diablo por viejo, que por diablo, y China, que tiene con Europa un comercio que supera el medio billón de dólares, como previó las acciones de EEUU, va a reeditar las antiguas vías comerciales del Cinturón y de la Ruta de la Seda, proyecto de un costo de tres billones de dólares, que busca construir redes de líneas de trenes de alta velocidad con vagones de carga, que recorrerán los 9.191 km desde Shanghai hasta Londres en tan solo 15 días, menos de la mitad de los 40 días que actualmente se tarda en transportar estas mercancías por barco; además, surgirán carreteras y puertos y el petróleo y el gas fluirán por nuevos conductos que conectarán a decenas países y convertirán a Eurasia en una zona que integre Asia y Europa. También se celebró, en la ciudad china de Qingdao, la cumbre de la Organización del Comercio de Shanghay, que abarca al 60% de Eurasia, casi la mitad de la población mundial, y más del 20% del PIB del planeta. Estas actividades, que no son cosa de poca monta, en cierta manera explican la guerra comercial que ha desatado Trump contra China.

Otro evento de destacar es el asesinato de Jamal Khashoggi. El The Washington Post escribe que, según la CIA, el crimen fue ordenado por el príncipe heredero Mohammed bin Salman. Sin embargo, queda sin aclarar el porqué las agencias de inteligencia estadounidenses no advirtieron a Khashoggi del plan para terminar con su vida ni le protegieron, puesto que, según ese mismo periódico, la CIA interceptó conversaciones en las que las autoridades sauditas discutían la manera de capturarlo.

En Estados Unidos, la prensa y algunos miembros del Congreso exigen al Presidente Trump adoptar sanciones contra Arabia Saudita, lo que traería cola explosiva. Si EEUU intentara castigar a bin Salman, que ha demostrado ser el que maneja a su país, las relaciones con los saudíes podrían llegar a niveles más que bajos. Turki al Dakhil, consejero del príncipe bin Salman, afirma que Arabia Saudita puede echar abajo el orden mundial si es que Estados Unidos adoptara sanciones en su contra. Como mejor es evitar que remediar, Trump se olvidó de los famosos derechos humanos y afirmó que la CIA no tenía una respuesta definitiva sobre si el príncipe bin Salman conocía sobre ese asesinato. Añadió que «Estados Unidos tiene la intención de seguir siendo un firme socio de Arabia Saudita para garantizar los intereses de nuestro país, Israel y todos los demás socios en la región».

No le exijan más a Trump, ese es su mundo. Necesita aliarse con Arabia Saudita, para cumplir con el ultimátum que le dio al mundo: no le compres petróleo a Irán si quieres evitar sanciones. Como para combatir la ilegalidad que EEUU le impone, a Irán no le quedaría otra medida que cerrar el Estrecho de Ormuz, colocando minas y, posiblemente, atacar las tropas de la OTAN que se encuentran en la zona, con lo que los precios del petróleo subirían sin parar y el mundo se encontraría al borde de la apocalipsis. Si además, Arabia Saudita cumple con la amenaza de reducir la producción de petróleo y establecer buenas relaciones con Teherán, a EEUU le quedaría sólo Israel de aliado en el Oriente Medio. En medio de esta crisis, Erdogan tiene las llaves del triunfo, si calla la boca, EEUU le permitirá ingresar a Siria para combatir a los kurdos y le entregará en bandeja de plata la cabeza de sus opositores.

También, Trump necesita que la UE vuelva al redil. Al fundarse la UE hubo un nuevo escenario que se fortificó con la existencia de una moneda común y una urdimbre comercial, financiera y productiva; únicamente le hacía falta establecer una estructura militar propia y una diplomacia externa común, que estableciera relaciones estrechas con todo el mundo. Al contrario, la UE apoyó sumisamente la intervención de EEUU en el Medio Oriente y aportó con tropas la invasión a Afganistán organizada por el Pentágono. La supremacía militar de EEUU sobre la UE le sirve de instrumento para descargar sus problemas sobre los hombros europeos. Por algo, cuando durante la campaña electoral le preguntaron a Trump sobre cómo iba a enfrentar la enorme deuda pública de EEUU, contestó con gran solvencia: ¿Qué deuda? Es a nosotros a los que deben. Ahora piensa cobrar a todos, si le dejan. El ser o no ser de la UE se enmarca en la disyuntiva de seguir encadenados al «Destino Manifiesto» de Estados Unidos o independizarse de su férula negativa. Estados Unidos s iempre puede complicar el panorama económico de la UE incrementando el temor de su sector financiero de la difícil situación del continente, multando a las compañías europeas que no le obedezcan, sancionando a los gobiernos que no se sometan a su férula, para provocar una crisis incontrolable que haga que las empresas de la UE pierdan el resuello y que algunos países europeos abandonen, en estampida, la zona del euro. La diplomacia del garrote es desde ahora también para la UE. ¿Resistirá la UE esta embestida? Ojalá encuentre su camino en una Europa nueva, exenta de los prejuicios de antaño, fundada como una comunidad de pueblos libres, con justicia social y equidad en todos los sectores de su sociedad.

Un poco de historia. En mayo de 1968 se dio la revuelta de París, a la que se unió el movimiento sindical y el Partido Comunista Francés. La magnitud del levantamiento puso en entredicho al gobierno de De Gaulle, fruto del golpe de Estado de 1958, que derrocó la IV República y lo subió al poder de la V República. Para terminar con las protestas, De Gaulle anunció elecciones anticipadas, tras las cuales se emprendió una política de reformas profundas para enfrentar el malestar social existente. Para el referéndum de abril de 1969, De Gaulle amenazó con dejar la presidencia si no triunfaba el SÍ; triunfó el NO. Un año después murió De Gaulle. En ese lapso debió pensar en los engranajes de la guerra secreta que para eliminarlo se desarrolló en Francia.

El Estado francés se encontró bajo el asedio de fuerzas ocultas y De Gaulle mismo fue objeto de numerosos intentos de asesinato durante la V República, lo que le motivó a desconfiar de la CIA, sospechosa de estas operaciones clandestinas.

Luego de la creación de la OTAN, Francia fue sede de su cuartel general. Cuando De Gaulle dio el ultimátum de poner bajo el control de París las bases militares de la OTAN en territorio francés o desmantelarlas, no le respondieron. El 7 de marzo de 1966 expulsó a la OTAN del territorio francés. Washington nunca le perdonó este paso audaz, más que nada porque De Gaulle anuló, luego de denunciar como una violación de la soberanía nacional, los acuerdos secretos contra la subversión comunista, firmados entre Francia y Estados Unidos. La revuelta de mayo de 1968 pudo ser una operación de la CIA, que lo historia confirmará o no.

Hoy en París nacen los chalecos amarillos. Protestan contra las reformas económicas del gobierno de Macron, que impone impuestos exorbitantes y no sube los bajos salarios de los trabajadores, al mismo tiempo que legisla en favor de los ricos. Poco antes, Macron había propuesto que la Unión Europea tenga su propio ejército para proteger a Europa contra EE.UU., China y Rusia. ¿No estará la CIA detrás de estos eventos? La pregunta es válida porque pese a que Macron no es De Gaulle, tampoco Trump responde al momento de las revueltas de mayo y lo que tiene en su cabeza no lo conoce ni siquiera Ivanka. Hay que tomar en cuenta que el Secretario de Estado de EE.UU. es Pompeo, por lo que todo es posible.

Los chalecos amarillos mandan al diablo a los que se auto titulan demócratas cuando no son más que criminales de la peor ralea, igualmente a la prensa, creadora de una realidad falsa, y exigen una justa redistribución de la riqueza, la salida de Francia de la OTAN y la Unión Europea, que se ha convertido en un vasallo que cumple los dictados del hegemón estadounidense.

De lo antedicho se desprende que el mensaje de Putin, el asesinato de Khashoggi y la aparición de los chalecos amarillos son los tres eventos más importantes del año.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.