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Honduras

Un plan normalizador privilegia los negocios en medio de la violencia

Fuentes: Nicaragua y más

Regresan embajadores europeos. Nadie quiere hablar de la constante violación de los derechos humanos.

Pese a no haber aún reconocido formalmente al gobierno de Porfirio Lobo Sosa, los países europeos comenzaron a normalizar las relaciones diplomáticas con Honduras, enviando de vuelta a sus embajadores, tal como lo hicieron España y Francia la semana pasada y como lo van a hacer Italia y Alemania en los próximos días.

Volver a integrar lo más pronto posible a Honduras en la negociación del Acuerdo de Asociación, AdA, entre la Unión Europea y Centroamerica, para finiquitarlo el próximo 18 de mayo en Madrid, España, con ocasión de la Cumbre Iberoamericana, parece ser parte del proceso normalizador que está impulsando un sector de la comunidad internacional, considerando el tema económico mucho más importante que lo que a diario ocurre bajo el nuevo gobierno de Porfirio Lobo.

Esa actitud quedó muy bien evidenciada en las declaraciones brindadas hace unos días por el embajador de la Unión Europea para América Central, Mendel Goldstein, quien afirmó que «todos sabemos lo que pasó en Honduras. La salida de un país, digamos de la constitucionalidad, es lo que causó esa interrupción de las negociaciones desde finales de junio (2009), pero después de ayer (día de la toma de posesión de Porfirio Lobo Sosa) ya estamos viendo que está llegando una normalización rápida de la situación».

Asimismo, la comisaria europea de Comercio, Benita Ferrero-Waldner, aseguró que la Comisión Europea siempre estuvo a favor de que el negociador hondureño participase en la reunión informal entre el bloque europeo y el centroamericano que se realizó a final de enero en Bruselas, y espera que Honduras pueda participar plenamente en la vuelta a las negociaciones programadas para finales de febrero.

«Naturalmente queremos ver una evolución de la situación política en Honduras y todavía faltan algunos detalles. Hubo un buen paso con la investidura del nuevo presidente hondureño, Porfirio Lobo, así como con la salida del país de (Manuel) Zelaya, la posibilidad de una amnistía y la salida total del presidente de facto (Roberto Micheletti)», dijo Ferrero-Waldner a EFE.

Negocios y más negocios

Mejores condiciones para las empresas europeas instaladas en Centroamérica, parece ser el verdadero objetivo de esta nueva aceleración para cerrar el Ada, dejando los otros dos pilares – cooperación y diálogo político – como simples adornos para aparentar ser algo diferente del CAFTA-DR, acuerdo comercial firmado entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana.

«El propósito de la UE es construir un área «Eurolatinomaéricana» de libre comercio para el año 2010. Algo muy parecido al antiguo proyecto de Estados Unidos de construir un área de libre comercio (Alca) – dijo Raúl Moreno, director del Área de Investigación de la Fundación de estudios para la aplicación del derecho, Fespad, en una entrevista con Comunica en línea -.

No obstante, los europeos presentan un paquete mucho más seductor. Se habla de un Acuerdo de Asociación y se planteó que no estamos ante un Tlc, sino un Ada que tiene dos componentes adicionales, un acuerdo de cooperación y una mesa de diálogo político. Pero la verdad es que el acuerdo de cooperación y la mesa de diálogo político son el adorno que tiene este paquete que es fundamentalmente un tratado de libre comercio.

La inversión, la propiedad intelectual, los servicios, las compras gubernamentales, son los elementos que están detrás de la negociación, no es tanto el comercio», explicó el catedrático.

En la ronda de negociación que se llevará a cabo en Bruselas, Bélgica, a finales de febrero y donde se espera se integre Honduras, se va a abordar el restante 10 por ciento del acuerdo, es decir todos los puntos más sensibles para los países centroamericanos. Hasta el momento, Nicaragua parece ser el único país de la región que sigue manifestando serias dudas sobre este proceso y sobre un posible reconocimiento del actual gobierno hondureño y su inclusión en la ronda de negociación.

¿Derechos humanos en el olvido?

A pocos días de la Cumbre del Grupo de Río (22 y 23 de febrero en Cancún, México), en la que los países latinoamericanos tratarán temas muy controvertidos como la situación en Haití, el proceso político en Honduras después del golpe de Estado, y posiblemente, la instalación de bases militares estadounidenses en Colombia, todo hace pensar que también en la región centroamericana hay mucho apuro en querer normalizar la situación hondureña.

No es casualidad que en los días pasados el presidente guatemalteco Álvaro Colóm, realizó una visita relámpago a Nicaragua para tratar de «suavizar» la posición del presidente Daniel Ortega, en búsqueda de un acuerdo centroamericano para reconocer formalmente el nuevo gobierno hondureño durante la Cumbre del Grupo de Río.

Sin embargo, ni la Unión Europea, ni los países centroamericanos, exceptuando a Nicaragua, parecen interesados en profundizar sobre lo que ocurrió a partir del 28 de junio en Honduras y la situación de constante violación de los derechos humanos, que no ha parado después de asumir el nuevo gobierno.

La estrategia normalizadora, cuyos instrumentos principales han sido el Plan Árias-Acuerdo de San José y el Diálogo Guayamuras-Acuerdos Tegucigalpa-San José, apunta ahora a iniciar su capítulo final a través de una supuesta Comisión de la Verdad, presidida por el ex vicepresidente guatemalteco Eduardo Stein y fuertemente rechazada por las organizaciones de derechos humanos y el Frente Nacional de Resistencia Popular, FNRP.

En un nuevo comunicado dado a conocer la semana pasada, el Comitè de familiares de detenidos desaparecidos en Honduras, COFADEH, evidenció cómo «el terrorismo de Estado implementado desde el 28 de junio contra el pueblo hondureño continúa con los crímenes selectivos, la persecución política y otras violaciones de derechos humanos, y contradice el discurso de reconciliación y la instalación de una Comisión de la Verdad».

Para el COFADEH hay una doble moral en el actual régimen «que busca limpiar una imagen inundada de sangre y terror, para presentarse como un gobierno de conciliación ante la comunidad internacional.

Sin embargo, la realidad es otra. Mientras se toman vinos en elegantes hoteles para escuchar la misma historia de los que perpetraron el golpe de Estado y echar a andar sus órdenes en torno a la conformación de la Comisión de la Verdad – continúa el comunicado -, afuera hay secuestros, asesinatos y el afinamiento de estrategias perversas para desmantelar la resistencia».

Más violencia, más represión bajo Lobo

El 3 de febrero 2010 fue encontrado el cuerpo sin vida de Vanessa Yaneth Zepeda Alonso, de 29 años, activista del FNRP y del Sindicato de trabajadores del Instituto hondureño de seguridad social, Sitraihss.
Según varios testigos, la jóven, ya sin vida, fue lanzada de un vehículo después de haber desaparecido un día antes. Zepeda había denunciado constantes amenazas a través de mensajes escritos y persecución administrativa a través de audiencias de descargo en el Seguro Social. Abogados de las organizaciones de derechos humanos se personaron en la morgue para investigar el caso, sin embargo el personal no les permitió la entrada.

El 2 de febrero 2010 fueron secuestrados Manuel de Jesús Murillo y Ricardo Vázquez Vázquez, dos camarógrafos que laboraron en Casa Presidencial durante el gobierno de Manuel Zelaya y participaron activamente en las marchas de la Resistencia. Dos hombres vestidos de civil, con armas nueve milímetros y chapas de la Secretaría de Seguridad los encañonaron y los llevaron a una casa donde fueron interrogados y torturados.

Según el relato de los dos jóvenes, los bajaron de forma violenta del auto, los tiraron al suelo, les vendaron los ojos, les pusieron una mordaza y los ataron de pies y manos. Durante tres horas fueron torturados física y psicológicamente.

«Me colocaron un filoso machete entre los labios, luego me lo pusieron en la garganta y después en el cuello, y como no dijimos nada, me pusieron una capucha hasta que me desmayé», dijo Murillo recordando también cuando fue envuelto de pies a cabeza en una enorme bolsa plástica por los torturadores, quienes lo amenzaron de enterrarlo vivo si no hablaba sobre un supuesto depósito de armas.

Es por eso que el COFADEH y las demás organizaciones de derechos humanos piden a la comunidad internacional «no dejarse impresionar por cantos de sirena que llevan la finalidad de adormecer la lucha contra la impunidad».

Para Bertha Oliva, coordinadora de esta organización, «El establecimiento de la Comisión de la Verdad sin consultar al pueblo, tal como se está haciendo, tiene el propósito de vender la imagen internacional de que aquí en Honduras todas las cosas se resolvieron, pero internamente se está matando y persiguiendo a la gente.

El que salga responsable – continuó Oliva – debe asumir que violó la ley y que violentó la Constitución de la República, pero sobre todo en una Comisión de la Verdad las violaciones a los derechos humanos no son negociables porque son crímenes de lesa humanidad.

Una Comisión de la Verdad significa que no hay borrón y cuenta nueva, porque borrar la página es ser cobarde y no aceptar las responsabilidades Es necesario retomar las demandas que el soberano ha puesto en el tapete de la discusión y de allí empezar a analizar qué es lo mejor para este pueblo. Aquí hay una deuda sin saldar, hay una agenda pendiente, incluyendo lo que pasó en la década de los 80″, concluyó la defensora de los derechos humanos.

Sin embargo… no hay peor sordo que el que no quiere oír, no hay peor ciego que el que no quiere ver y no hay peor mudo que el que no quiere hablar.

Fuente: http://nicaraguaymasespanol.blogspot.com/2010/02/honduras-plan-normalizador-privilegia.html