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Reseña editorial del libro “Es lógico que una sociedad agredida se defienda”, de Tomás Palau Viladesau

Un texto urgente sobre Paraguay

Fuentes: Rebelión

Quisiera compartir con ustedes una urgencia; subrayar la necesidad -política- de la reciente publicación «Es lógico que una sociedad agredida se defienda«, compilación de artículos (2008-2011) de Tomás Palau Viladesau (edt. Aranduña, junio 2012 1), para el debate latinoamericano actual. Esta colección de 33 artículos se lee con una intensidad muy particular, como si cada palabra fuera una denuncia profunda y […]

Quisiera compartir con ustedes una urgencia; subrayar la necesidad -política- de la reciente publicación «Es lógico que una sociedad agredida se defienda«, compilación de artículos (2008-2011) de Tomás Palau Viladesau (edt. Aranduña, junio 2012 1), para el debate latinoamericano actual. Esta colección de 33 artículos se lee con una intensidad muy particular, como si cada palabra fuera una denuncia profunda y certera. El lector se siente incitado (una y otra vez!) por una fuerza y un empuje que ponen de manifiesto una reflexión que por profunda y compleja, no pierde su carácter militante y comprometido con los sectores populares del Paraguay. Pero principalmente la publicación es un enorme aporte a los debates contemporáneos sobre los rumbos a seguir por los movimientos de resistencia latinoamericanos.

Tomando como base fuentes diversas y otros disparadores (como diálogos de películas, lecturas de libros… ¡y hasta un informe meteorológico!) Tomás dibuja un panorama que primeramente se nos muestra desolador y crudo: un Paraguay polarizado, neo-colonial, explotado, sojuzgado y profundamente desigual; un estado engrillado en una relación de fuerzas que lo vuelve estructuralmente represivo y reproductor de los esquemas de poder colorados; un macro-contexto económico mundial y regional que responde a los mismos (y a nuevos) patrones de explotación y empobrecimiento. Pero, al mismo tiempo, logra dotar a este relato de una organicidad, simpleza y coherencia poco comunes en los analistas críticos actuales 2. Y es que Tomás dedica gran parte de su producción de estos cuatro años aquí compilados a la realización de artículos de difusión y debate (principalmente publicados para la Revista Acción), con lo cuál podemos abordar su pensamiento desde un lenguaje ameno y políticamente más provechoso que desde los tecnicismos a los que nos tiene acostumbrados la academia. Por otra parte esta colección, leída en su conjunto, es un genuino texto vivo en cuanto el lector percibe un desarrollo, articulación y reformulación constantes de sus reflexiones.

Entre el abordaje de distintos temas (seguridad alimentaria, criminalización de la protesta, dinámicas migratorias, etc.) y enfoques (sociología analítica, ensayismo, teoría del estado), esta compilación de textos recientes trata principalmente de una fuerte, pero honesta y profunda, lectura crítica y sin concesiones a la gestión de Fernando Lugo. A lo largo de los distintos artículos, y haciendo hincapié en temas diversos, Tomás parece tener siempre entre aspas la contradicción de un gobierno de base popular (y de ruptura con 50 años de dominación colorada) que reproduce en cada paso los intereses de los sectores siempre encumbrados. Comienza esbozando como hipótesis que la imposibilidad de generar un genuino programa de cambio viene dada por el carácter de alianza del gobierno (con el partido liberal) y las consecuencias derivadas de la distribución de cargos -o política de cuoteo (p. 25). A esta conclusión parcial en sus escritos posteriores le agregará las consecuencias del discurso de la inestabilidad política; Tomás observa cómo los imperativos de una noción de gobernabilidad (generalizada por la derecha interna y externa al gobierno) que sólo toma en consideración la instauración del orden -represivo- y la estabilidad económica general, hicieron a Lugo descansar mucho más en las alianzas con partidos y referentes políticos moralmente averiados que en las fuerzas sociales que lo llevaron al poder (p. 106). 3

Con posterioridad nos encontramos con algunas reflexiones más estructurales, donde Tomás nos propone una lectura histórica de las particularidades de la formación de las fuerzas sociales hegemónicas en Paraguay para interpretar su actualidad política. En ella nos encontramos con un Paraguay que, a diferencia del resto de los estados de Sudamérica 4, no vivió un proceso de industrialización, sino que pasó de un modelo dependiente de las exportaciones primarias a otro distinto, pero también de casi exclusiva actividad primaria. No vivió la experiencia de la urbanización por atracción migratoria, no consolidó una clase obrera de alguna importancia cuantitativa, ni conformó una burguesía industrial (p. 220). Este legado neo-colonial enhebra un Paraguay donde la acumulación se ve signada por una mitad de feudalidad y otra mitad de capitalismo 5, y donde la formación del derecho positivo es resultado de algo, ese algo es la defensa por parte de los propietarios de las formas y mecanismos de acumulación de capital que son propias de un país como Paraguay (p. 97). Tras la instauración de la dictadura más longeva de la región, se termina de conformar un poder real de articulación diversa entre empresas trans-nacionales, narcotráfico, oligarquía ganadera y sectores empresariales ligados al stronnismo (p. 226). Desde allí Tomás se propone leer las continuidades gubernamentales de la violencia y la represión (en sus nuevas formaciones de expulsión campesina, y criminalización y asesinatos selectivos a dirigentes populares) y la naturaleza conservadora del estado paraguayo, incluso dada la emergencia de un gobierno de base popular.

Este es un texto urgente tanto por fuerza propia del mismo como por los factores contextuales que hacen de su lectura una necesidad para interpretar la actualidad latinoamericana.

Urgente por fuerza propia por lo que denuncia (criminalización de la protesta y emergencia del estado represivo, disputa por la tierra como eje articulador del poder en Paraguay, reforma agraria integral como estrategia de lucha, transformaciones político-económicas de la implantación del agro-negocio, factores estructurales del estado paraguayo, etc.) y por lo que incita en el lector; urgente por la sencillez y profundidad de su análisis y por la actualidad de sus reflexiones (en este sentido cobra particular relevancia el acierto de este homenaje del equipo de BASE IS, al optar por publicar sus trabajos más recientes).

Urgente por fuerza de un contexto donde el golpe institucional del 22 de junio (ocurrido el mismo mes de la publicación, y sólo tres meses después del fallecimiento de Tomás) se asoma como una violenta y dolorosa corroboración de los análisis del autor. Donde la instauración de estados represivos, la profundización de la criminalización de la protesta y las sistemáticas muertes de dirigentes del movimiento campesino latinoamericano (en Chile, Argentina, Perú, Nicaragua y Paraguay), empujan a una re-lectura estratégica y a la intensificación de la lucha. Donde la reciente 1ra Asamblea Continental de la CLOC en la golpeada (pero resistente!) Nicaragua llama a una integración de las luchas hacia dentro del movimiento campesino regional, y entre éste y el resto de los sectores marginados. Donde la reciente unión de la izquierda paraguaya en un nuevo Frente Guazú abre interesantes perspectivas electorales para el próximo año.

Para concluir estas notas, comparto la intencionalidad y la urgencia de la exposición de Tomás en el Foro de Soberanía Alimentaria y Derecho a la Alimentación, de hace sólo un año;

«En Paraguay ¿hay salida o no? Yo creo que no vamos a hacer nada solos. Estamos hablando de la necesidad de un cambio de época que va a significar alguna modificación en el sistema complejo capitalista, que no lo vamos a cambiar desde Paraguay, sino que tiene que ver con la internacionalización de las luchas de las organizaciones sociales. Si solos, los campesinos creemos que vamos a hacer la revolución estamos equivocados; hará falta la coalición de fuerzas sociales que digan basta. Repetiré la vieja máxima: información, organización y movilización. Esa sería la fórmula, para no quedarnos de brazos cruzados, hay que liderar una articulación con los demás movimientos anticapitalistas a nivel mundial» (p. 313)

Notas:

1. Disponible en la web de BASE IS: http://www.baseis.org.py/base/h_libros.php

2. En este sentido vale destacar el artículo «De cómo la crisis del capital financiero especulativo afecta la Seguridad Alimentaria Campesina», donde Tomás logró explicarme (¡como nadie en estos 3 años!) la formación de la crisis inmobiliaria norteamericana y sus impactos selectivos en Latinoamérica.

3. Ante esto Tomás propone una noción de legitimidad política basada en la perspectiva de los movimientos de resistencia, ante quiénes el estado debe responder. En este sentido nos advierte que la estrategia electoral no crea lealtades de masas hacia el poder político y por tanto no aparece la legitimidad de la autoridad como su resultado (…). Para que sean legítimos (…) los gobiernos pos autoritarios como el nuestro tienen que ser eficaces en el doble sentido de competencia técnica y administrativa, por un lado, y de voluntad política para enfrentar, aunque no resolver plenamente, los problemas sociales (p. 197-198).

4. Clara excepción de Bolivia

5. Similar al régimen feudal republicano del Perú post-revolucionario del que nos habla Mariátegui en El Problema de la Tierra.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.