Durante la presidencia de José Mujica, Uruguay comenzó a participar de modo secreto en las negociaciones del Trade in Services Agreement (TISA), un acuerdo impulsado por Estados Unidos que busca someter al capital privado trasnacional los servicios – de educación, salud y financieros, entre otros-. De las rondas de discusión son parte también los países […]
Durante la presidencia de José Mujica, Uruguay comenzó a participar de modo secreto en las negociaciones del Trade in Services Agreement (TISA), un acuerdo impulsado por Estados Unidos que busca someter al capital privado trasnacional los servicios – de educación, salud y financieros, entre otros-. De las rondas de discusión son parte también los países de la Alianza del Pacífico y la Unión Europea, lo cual despertó movilizaciones en contra en Europa. No obstante, el Gobierno presidido ahora por Tabaré Vázquez no brindó información sobre los alcances y el nivel de compromiso asumido con la nueva versión del libre comercio.
El Trade in Services Agreement (TISA) es un nuevo acuerdo comercial impulsado por Estados Unidos anclado en la privatización de servicios básicos médicos, educativos, de agua o financieros. Permitiría a las empresas pertenecientes a los países firmantes operar con menores restricciones en el territorio de cualquiera de las otras partes firmante. Una de sus particularidades, es que fue clasificado para mantenerlo en secreto durante las negociaciones, que en un comienzo fueron desarrolladas al margen la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Uruguay empezó a acercarse al TISA dos años atrás durante la presidencia de José Mujica a través de su Cancillería -luego de una iniciativa del Ministerio de Economía y Finanzas- y en febrero de este año fue habilitado a ingresar al grupo que integran Estados Unidos y países de la Unión Europea. Las negociaciones y reuniones las está llevando adelante el Ejecutivo Nacional -ahora en manos de Tabaré Vázquez- y hasta el momento no trascendió información sobre los avances y el nivel de compromiso asumido.
De Latinoamérica, también participan de las negociaciones los países de la Alianza del Pacífico, Chile, Colombia, México y Perú, además de Panamá y Costa Rica -quienes pujan por ingresar al círculo neoliberal de libre comercio en el continente americano-.
En medio del secretismo, en junio del año pasado el portal Wikileaks filtró nuevos documentos al periódico mexicano La Jornada, los cuales revelaron las negociaciones secretas del TISA. En consonancia con iniciativas como el Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (TTP) y el Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión (TTIP), busca limitar la capacidad estatal que regula la inversión extranjera.
Según un reciente comunicado de la Cancillería de Canadá, en la actualidad participan en las negociaciones Australia; Canadá; Chile; Taipei Chino; Colombia; Costa Rica; la Unión Europea; Hong Kong (China); Islandia; Israel; Japón; Liechtenstein; Nueva Zelanda; Noruega; México; Pakistán; Panamá; Paraguay; Perú; Corea del Sur; Suiza; Turquía; los Estados Unidos; y Uruguay.
También precisa que para el 2015 están previstas cuatro nuevas rondas de negociaciones, luego de las diez que se llevaron a cabo hasta el momento en Ginebra. La primera de este año ya se efectuó en febrero, y los debates se centraron en «los servicios de telecomunicaciones y el comercio electrónico, los servicios profesionales, servicios financieros, transporte y movimiento de personas físicas», informó el Ministerio de Relaciones Exteriores con sede en Ottawa.
El Canciller uruguayo, Luis Almagro, destacó en julio del año pasado que había margen para no suscribirlo pero defendió que el acuerdo buscaba «establecer un régimen de comercio más amplio, flexible y predecible (…) lo suficientemente claro para no impedir que cada gobierno ejerza su propia soberanía para regular ciertos sectores», citó el medio local La Diaria.
Luego, apeló a un informe de la Comisión Interministerial para Asuntos de Comercio Exterior (Ciacex) que concluyó que el país suramericano debía participar de las negociaciones «para poder asumir un papel más directo en ella, incidir en sus resultados y, de esa manera, posicionar los intereses de Uruguay de la mejor forma posible».
No obstante, en el 2013 el comisario europeo de Comercio, Karel De Gucht, sostuvo que el Gobierno uruguayo garantizaba compartir «los objetivos de las negociaciones del TISA» y que respetaría «los resultados de la negociación logrados por otros participantes si se une», citó en un artículo el Director del Instituto de Estudios Sindicales Universindo Rodríguez (INESUR), Antonio Elías.
En esa misma nota, Elías destaca el carácter secreto del ingreso de Uruguay al TISA. Incluso, señala que los principales referentes del Frente Amplio en el senado sobre asuntos internacionales consultados en aquel momento – Enrique Rubio, Eduardo Lorier, Alberto Couriel – «desconocían el tema y el asesor de la presidencia del FA en política exterior – José Bayardi – afirmó que no sé había discutido en la coalición».
En Europa ya existe un movimiento en contra del TISA que en octubre del año pasado movilizó a personas de más de 300 ciudades de veinte países en marchas que también repudiaron el TTP y el TTIP.
Fuente original: http://www.noticiaspia.org/uruguay-en-el-tisa-el-acuerdo-de-privatizacion-de-servicios-de-eeuu/