Recomiendo:
0

Voces inocentes…

Fuentes: Rebelión

Para los niños y adolescentes trabajadores (NAT) del Paraguay, organizados en la Coordinación Nacional de Niños y Adolescentes Trabajadores (CONNAT), está muy claro que la explotación infantil no es lo mismo que el trabajo infantil, en varias reuniones, congresos y encuentros estos pequeños y pequeñas trabajadoras afirman que el trabajo es lo que les ayuda […]

Para los niños y adolescentes trabajadores (NAT) del Paraguay, organizados en la Coordinación Nacional de Niños y Adolescentes Trabajadores (CONNAT), está muy claro que la explotación infantil no es lo mismo que el trabajo infantil, en varias reuniones, congresos y encuentros estos pequeños y pequeñas trabajadoras afirman que el trabajo es lo que les ayuda a vivir dignamente, es decir, lo que les permite comer, costear sus estudios, vestirse, aprender responsabilidades y colaborar con sus familias; por lo que ser reconocidos como trabajadores y trabajadoras les daría la posibilidad de mayor protección ante situaciones de abuso y/o explotación. Sin embargo, para varios organismos internacionales y estatales, esto que claramente expresan los NAT no tiene relevancia e insisten en que se debe erradicar el trabajo infantil, desechando así la opinión de los niños que trabajan e ignorándolos como sujetos sociales, como personas que tiene la capacidad de reflexionar y pronunciarse sobre su realidad, sobre su cotidianeidad, sobre sus vidas.

Es así -que muy lejos de estos niños- la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con el apoyo del Banco Mundial, prepara su conferencia mundial contra el trabajo infantil en La Haya, Holanda, en la que se realizará un plan de erradicación del trabajo infantil 2010-2016, esperando obtener como resultado una hoja de ruta que permita lograr su objetivo.

Una vez más la prepotencia de los organismos que trazan los planes globales para las vidas de las personas sale a relucir, obviando la participación en dicha conferencia de los NAT organizados de América Latina y otros continentes (www.molacnats.org). En la conferencia participaran adultos de todas partes del mundo, seguramente irán llegando en diferentes vuelos de primera clase, esas personas bien vestidas con elevados y sustanciosos salarios, que no huelen a pobreza pero que reciben fuertes sumas de dinero para luchar contra ella, dentro de los parámetros establecidos por el Banco Mundial.

La no invitación a los movimientos de NAT constituye un atentado contra La Convención Internacional por los Derechos del Niño y de la Niña, que expresa en su artículo 12: «Los Estados Partes en la presente Convención garantizarán al niño que esté en condiciones de formarse un juicio propio, el derecho de expresar su opinión libremente en todos los asuntos que afectan al niño, teniéndose debida cuenta las opiniones del niño, en función de la edad y madurez del niño «. Y por otro lado, evidencia que no se busca discutir en divergencia, que no se apuesta al debate y a la confrontación de ideas, de visiones de mundo, de infancias, imponiendo paquetes técnico burocráticos que supuestamente alejarán a los niños y niñas del trabajo.

La hoja de ruta que se pretende «construir» en este encuentro mundial debería tener como punto de partida por lo menos la intención de escuchar e incluir a los NAT organizados; pero como no es así, esa hoja de ruta carecerá de señales fundamentales que podrían haber aportado los protagonistas del tema, los NAT, los pequeños grandes ausentes en la conferencia del 10 y 11 de mayo en La Haya.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

rCR