Los últimos meses con la pandemia, la cuarentena, las restricciones, los estados de excepción, se ha profundizado una crisis generada por un sistema capitalista de muerte y dominación múltiple, patriarcal, colonial. Esta crisis estructural, mucho más grande y profunda que el COVID-19, si bien ha golpeado a toda la humanidad y planeta, también es necesario reconocer que los impactos más catastróficos, se dan en los sectores vulnerables e históricamente excluidos de la población de América Latina, y a la Madre Tierra fuente incesante de explotación para extracción de materias primas.
El primero de mayo de 1886 la clase trabajadora salió a la huelga en EEUU como parte de una lucha internacional contra la superexplotación capitalista bajo la bandera de las tres 8: “8 horas de trabajo, 8 horas de sueño, 8 horas de tiempo libre”. Los capitalistas y sus Estados respondían que eso era imposible, que si se reducía la jornada laboral a 8 horas la producción quebraría y todo se desmoronaría. Mucha sangre provocó la represión capitalista contra esta huelga, pero la lucha de la clase trabajadora conquistaría las 8 horas de jornada laboral a lo largo del mundo.
Bajo el neoliberalismo, los capitalistas con sus dictaduras a sangre y fuego nos arrancaron cada una de las conquistas obreras y populares del siglo XX, concentrando la riqueza, aumentando la desigualdad, eliminando derechos, flexibilizando el mercado de trabajo, mercantilizando los bienes comunes y la vida. Poco a poco se fue constituyendo una diferencia cada vez mayor, el 10% más rico de América Latina y el Caribe posee el 71% de la riqueza y tributa solo el 5,4% de su renta.La riqueza de unos pocos por medio de la explotación de la fuerza de trabajo es la miseria y la falta de derechos de una mayoría.
A su vez, este sistema capitalista se asienta sobre el saqueo de nuestros bienes comunes, la destrucción de la naturaleza, el modelo extractivista y contaminante que genera hoy el cambio climático , enfermedades y muerte con el único objetivo de seguir maximizando las ganancias de los grandes empresarios y grupos de poder para perpetuar una lógica de consumo exacerbado, que llevará a la destrucción del medio ambiente.
Esta forma de producción agroexportadora y de monocultivo sin soberanía alimentaria se lleva adelante a costa de nuestras vidas y de nuestra salud, e impide que los pueblos habiten dignamente el planeta. Las grandes aglomeraciones en las ciudades, el vivir en el hacinamiento, las dificultades para acceder a la salud, al trabajo, la educación, la vivienda y a ciertos recursos básicos e indispensables como el agua potable hace que seamos más propensxs a contraer nuevas enfermedades y que estas se vuelvan pandemias; o que viejas enfermedades ya superadas para algunos sectores de la población, sean letales para otrxs, como por ejemplo la tuberculosis, sarampión, el mal de Chagas o la malaria.
Todas estas consecuencias toman diferentes formas según el sector, poniendo en evidencia cómo el patriarcado es estructurante del capitalismo. Por ejemplo en todo el mundo las mujeres y las disidencias sexuales, las lesbianas, transexuales, bisexuales, no binares, trans, travestis son las que más sufren la desocupación y la precarización laboral. Esto se debe en gran parte a que son quienes realizan las tareas de domésticas y de cuidado en sus hogares sin recibir un salario a cambio o sosteniendo roles naturalizados sin que se compartan dichas tareas, y por lo tanto se hace muy difícil sostener esas largas horas de doble explotación y responsabilidades junto con un trabajo formal por fuera de la casa.
A su vez, si bien el movimiento feminista ha logrado grandes avances y se encuentra en alza protagonizando grandes gestas de luchas , la violencia patriarcal que va de la mano con el capitalismo, se cobra la vida de miles de mujeres e identidades disidentes a diario. Esta forma de violencia se sustenta en la dominación de los cuerpos y de la sexualidad de las mujeres, quintándoles sus saberes, deseos y decisiones, y queriendo relegarlas a un papel de reproductoras de la mano de obra necesaria para engordar las ganancias empresariales y un sistema de opresión con raíces profundamente coloniales.
También la violencia colonial y heredada desde la conquista, se presenta de forma más descarnada hacia los pueblos originarios, afro y campesinxs, se presenta de forma más descarnada. Los Estados Nación que conocemos en la actualidad se han fundado a partir del exterminio de los pueblos preexistentes, y aún hoy la discriminación y la violencia siguen funcionando para borrar su cultura, su idioma y sus costumbres. El desplazamiento y la expropiación de sus tierras para el negocio inmobiliario, el avasallamiento a sus formas de organización comunitaria y la construcción de sus identidades como un enemigo interno, son la muestra de que aún existe una represión Estatal atroz.
Un aspecto fundamental para consolidar la explotación y contener los avances populares ha sido la militarización de la vida. El asesinato y la judicialización de lideres y lideresas sociales, el desplazamiento forzado, la irrupción de grupo armados paramilitares, la estigmatización de los movimientos populares y revolucionarios, son parte del pan de cada día que hoy enfretan los pueblos y movimientos que buscan defender sus soberanías y territorios.
Como parte de la misma ofensiva, los medios masivos de comunicación y otros mecanismos como los extremismos religiosos, representan hoy los pilares para generar grandes masas de la población convencidas de que la desigualdad es natural y de que el “desarrollo” de occidente es el camino.
Junto a las tecnologías, se nos imponen unas no tan nuevas, formas de control social generando importante cambios en el mundo del trabajo. Una sociedad cada vez más fragmentada y produciendo por medios virtuales, que pone en mayor nivel de opresión a las grandes mayorías de la población que se dedican al llamado trabajo informal y a las labores feminizadas no reconocidas expresamente por el mercado, como las del cuidado y reproducción de la vida.
Del mismo modo nos enfrentamos al trabajo precarizado, donde bajo el discurso de ser emprendedor, y la supuesta autonomía, se esconde la autoexplotación, la tercerización, la falta de garantías y pérdida total de derechos que van desde la organización sindical, hasta salud y pensión.
Pero a lo largo de todos estos años, la clase trabajadora no se ha dado por vencida y conserva en su memoria colectiva y en su hacer cotidiano la organización popular a lo largo del mundo, lo cual mantiene una esperanza viva. Millones y millones luchamos, a veces con victorias, muchas otras con derrotas, pero siempre construyendo respuestas para resolver nuestros problemas desde la solidaridad de los y las de abajo. Aún en situaciones de resistencia o defensiva, impulsamos iniciativa popular porque sabemos que ahí está la clave para sembrar, cultivar y cosechar otro mundo posible.
A pesar del contexto actual, conservamos de manera vívida las recientes experiencias del pueblo chileno, ecuatoriano, colombiano y boliviano contra el ajuste neoliberal y la implantación de nuevas dictaduras como es el caso de Bolivia. Los procesos de lucha masiva y creación de propuestas en las calles, de barricada, de enfrentamiento contra las fuerzas represivas en las barriadas, las ollas populares, la desobediencia civil, las huelgas, el piquete, el corte de ruta, el levantamiento, las economías solidarias y la articulación internacionalista entre pueblos hermanos, nos demuestran que ese es el camino fundamental e indispensable hoy.
La solidaridad internacionalista también ha sido fundamental para que procesos con el cubano y el venezolano sigan defendiendo hoy sus soberanías y levantando banderas de libertad y justicia para nuestros pueblos
Necesitamos que el aislamiento social no cale en nuestra clase, que los estados de excepción sean excepción y no la regla, darle batalla al individualismo y el estado policial entre vecinos y vecinas. Que el distanciamiento necesario para superar esta pandemia no se instale como estilo de vida y que por el contrario sigamos manteniendo la conciencia de unidad y lucha que hemos sabido construir como trabajadorxs.
Este primero de mayo salimos a sembrar ollas populares, cacerolazos, plantones, tomarse balcones, embanderar casas y comunas, expresarnos contra el hambre y la miseria en todo nuestro continente. Semillas como banderas que señalan que el pueblo trabajador, lxs sin tierra, lxs campesinxs, lxs originarixs, lxs afro, las mujeres, las travestis y todas las disidencias sexuales confían en sus propias fuerzas. Que la salud es una construcción cotidiana y colectiva. Es cuidarnos: cuidar nuestra alimentación, nuestro descanso, cuidar que nadie nos trate como mercancía, cuidarnos de las violencias patriarcales y que se respete nuestra dignidad y el acceso a la salud integral.
Las, les y los de abajo hemos construido el mundo con nuestras propias manos y vinimos a él para ser libres o luchar hasta conseguirlo.
#Pandemia es capitalismo!
#Nuestras vidas valen más que sus ganancias!
Libertad a todos los presos y presas políticas, basta de persecuciones a las organizaciones populares.No al golpe de estado en Bolivia.
Primero la vida, abajo el capital
La deuda es con el pueblo no con el FMI
POR UN PRIMERO DE MAYO EN LA UNIDAD DE LXS QUE LUCHAN, RESISTEN Y CONSTRUYEN PARA LA LIBERACIÓN Y LA FELICIDAD DE LXS DE ABAJO!
Firmas
- CONAIE Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador-Ecuador
- Congreso de los Pueblos – Colombia
- MTST Movimiento de Trabajadores Sin Techo-Brasil
- CONFENIAE Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana-Ecuador
- FPDS Frente Popular Darío Santillán-Argentina
- ONIC Organización Nacional Indígena de Colombia-Colombia
- FOL Frente de Organizaciones en Lucha- Argentina
- UKAMAU-Chile
- Movimiento de los Pueblos/por un socialismo feminista desde abajo (Frente Popular Darío Santillán Corriente Nacional-Movimiento por la Unidad Latinoamericana y el Cambio Social -Izquierda Latinoamericana Socialista-Movimiento 8 de Abril) – Argentina
- MICC, Movimiento Indígena y Campesino Cotopaxi-CONAIE
- MBL Movimiento de Barrios en Lucha – Ecuador
- Movimiento Pueblo Lucha y Trabajo ( MPLT) Argentina
- Venceremos. Partido de Trabajadorxs – Argentina.
- Feminismo Comunitario Antipatriarcal -Bolivia.
- Marabunta. Corriente Social y Política – Argentina.
- FS Fábrica Surda – Ecuador
- Democracia Socialista – Argentina
- Organización Revolucionaria Guevarista – Argentina
- Venceremos Abriendo Caminos – Argentina
- Polo Ciudadano – Panama
- LUCHAS (Liga Unitaria Chavista Socialista) de Venezuela
- Coordinadora Socialista Revolucionaria – México
- RUA Juventud Anticapitalista – Brasil
- Red Feminista Ecosocialista – Ecuador
- Movimiento Guevarista – Bolivia
- Corriente Política de Izquierda – Argentina
- Corriente político sindical Rompiendo Cadenas -Argentina
- Jóvenes Ante la Emergencia Nacional – México
- Movimiento Insurgente – Bolivia
- ASL Acción Socialista Libertaria – Argentina
- Convergencia 2 de Abril – Chile
- Trabajadorxs Movilizadxs – Chile
- SME (Sindicato Mexicano de Electricistas) – México
- NCT (Nueva Central de Trabajadores) – México.
- ANUEE (Asamblea Nacional de Usuarios de Energía Eléctrica) – México
- Federación de Jubilados, Pensionados y Adultos Mayores – México
- OPT (Organización Política del Pueblo y los Trabajadores) – México
- PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores) – México
- Espacio cultural, político y social La Casita en Marabunta – Guernica, Argentina.
- Escuela Popular Permanente Concepción Chile
- Asamblea Popular Wallpen Chile
- Colectiva Feminista Socialista Voces de Lilith