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Paraguay

22J o el golpe de las trasnacionales

Fuentes: Rebelión

«Antes, antes de la amargura, antes de que sorbiéramos un caudaloso cáliz de indigencias boreales, antes de que amarraran los perfumes, que en su reverso el sol guardase el hambre, ¡qué alegres caminábamos!» Elvio Romero (de su poema Alegres éramos)   Detrás de tantos eufemismos sigue siendo un «golpe de Estado» el que costó la […]

«Antes, antes de la amargura,

antes de que sorbiéramos

un caudaloso cáliz de indigencias boreales,

antes de que amarraran los perfumes,

que en su reverso el sol guardase el hambre,

¡qué alegres caminábamos!»

Elvio Romero (de su poema Alegres éramos)

 

Detrás de tantos eufemismos sigue siendo un «golpe de Estado» el que costó la interrupción de la presidencia de Fernando Lugo en Paraguay, que asumió, después de 60 años de gobierno del conservador partido colorado, con una coalición de centroizquierda.

La casta conservadora pro-imperialista a fuerza de dar amparo a sus privilegios y consolidar la rapiña bajo la impunidad por ellos instaurada para ellos, no duda en mutar su juego de perversiones en «democracia» hacia nuevas formas golpistas y, aunque el sentido final sea el mismo y el resultado buscado también, el declamado juicio político clavado en supuestas bases constitucionales no es otra cosa que una farsa legaloide que bajo cualquier denominación equivale a «golpe de Estado». Y esa violencia ha impactado (otra vez más) sobre la castigada nación guaraní.

No vale la pena repetir los justificativos que la casta esgrimió para alzar la mano en el Parlamento. Vano palabrerío.

Todo indica que se trató de un paciente programa golpista que se habría iniciado desde la primera hora de gobierno de Lugo, impulsado por las trasnacionales y sus bases de apoyo (la burguesía y sus instituciones).

Escenario

Esta película (ya vista en Latinoamérica hasta el cansancio) tuvo su cuota de acción.

Diversas fuentes afirman que los enfrentamientos por la tierra en Curuguaty (departamento de Canindeyú, vecino a Brasil) donde perdieron la vida 17 personas (entre policías y campesinos) habría sido un montaje cuidadosamente diseñado para que sirviera de prueba final contra el gobierno de Lugo. Indican que el asesinato de los policías fue realizado con armas de gran precisión y poder de fuego en manos de profesionales francotiradores. Detalle que hace dudar de las versiones «oficiales» y que agrega la figura de «especialistas» estratégicamente ubicados en el lugar de los hechos. Ese desalojo de campesinos que pedían por sus tierras fue ordenado por el Ministro del Interior Carlos Filizzola, quien por los asesinatos fue cesado en sus funciones (no juzgado) y regresó impunemente al Parlamento. Su mano fue una de las que se alzó para destituir a Lugo.

No es la primera vez que se utilizan situaciones como la anterior para empujar golpes, políticas represivas y leyes especiales. Nuestros pueblos han sufrido prácticamente todas las variantes posibles de tiranización.

Pero…..

¿Quiénes dispararon contra esos campesinos y esos policías? ¿Se dispararon entre campesinos y policías? ¿Dispararon las multinacionales? ¿Disparó el Partido Colorado y los Partidos y agrupaciones políticas precipitadas en el recipiente opositor? ¿Dispararon gerentes y asesores de los oligopolios? ¿La usaid? ¿Dispararon los latifundistas? ¿Dispararon los agentes corrosivos de la unidad latinoamericana?…

Coincidencias (casi)

En las elecciones de 1998 triunfó Raúl Cubas con el 56 por ciento de los votos, luego de un período político convulso que continuó a enrarecer el clima del país. En 1999 el asesinato del vicepresidente Luis María Argaña sacude a la opinión pública y se multiplican las manifestaciones en las calles. En el Congreso se habla de juicio político al presidente. El asesinato de ocho estudiantes que participaban de las manifestaciones a manos de francotiradores desencadenó el juicio parlamentario que destituyó a Cubas.

Cualquier semejanza con los últimos días de Lugo en la Presidencia… ¿es pura coincidencia?

La lucha por la tierra…

…no tuvo su catártica jornada ese día en Curuguaty. Es una lucha tan antigua como justa del campesinado paraguayo. Y ha costado tantos muertos.

Y la burguesía -como es claro de suponer- con la asunción del moderado Lugo comenzó a imaginar un escenario peligroso para sus intereses al son de la palabra terrible: reforma agraria.

Ni qué decir de aquello que veían como amenazas a su avidez las trasnacionales como Monsanto, Cargill y otras extensiones filosas del monstruo unipolar. Cualquier intento por limitar la destrucción de los bosques, la venta de transgénicos y agroquímicos y las pingües ganancias podría justificar cualquier medida para salvaguardar los altos intereses en juego. Aquí el punto.

La integración latinoamericana, los lazos crecientes con los gobiernos que encaran diversas transformaciones sociales en la región, fueron el marco para que cualquier medida gubernamental sobre distribución y protección de la tierra sonara a expropiación. Sea este uno de los asuntos más importantes para entender este presente de Paraguay (y tambien gran parte de la historia del país).

El 85 % de la tierra está en manos del 2% de los propietarios. Estos porcentajes quedaron reflejados en el censo agropecuario 2008.

El largo proceso de acumulación de tierras es tan evidente como de antigua data, y fue favorecido por una interminable sucesión de gobiernos antipopulares, represivos y corruptos. Los intereses económicos en pocas manos han desplazado de las políticas de Gobierno, por décadas, a la justicia social y la dignidad de ese pueblo.

Y no son datos menores que Paraguay sea, hasta hoy, una de las potenciales reservas más grandes de titanio, y níquel, uranio, cromo y cobalto llamen la atención de los «inversionistas internacionales». Detenta el segundo lugar entre los exportadores mundiales de energía eléctrica, el cuarto puesto entre los productores de soja y el noveno en la exportación de carne.

El crecimiento de las zonas para cultivos y ganadería también estan vinculados a la pérdida del 90 por ciento de los bosques vírgenes de la región oriental, donde la explotación forestal fue despiadada. Bien, este es el centro exacto del punto clave para entender de dónde proviene el golpe de Estado.

Para dar un ejemplo que no necesita de comentarios: los especialistas estimaron que los trabajos de deforestación en los departamentos de Alto Paraguay y Boquerón alcanzaron en 2009 entre 1000 y 1500 hectáreas diarias.

Lugo, advirtiendo ese suicidio ambiental (cuya ejecución está dando grandes resultados económicos a latifundistas / monopolios transnacionales) presentó el proyecto de Ley «Deforestación cero» que pondría punto final al saqueo de la naturaleza. Pero… la Cámara de Diputados de Paraguay lo rechazó.

Desigualdad

Paraguay generó la expansión económica más vigorosa de la región. Tomando el dato del primer semestre de 2010 se registra un crecimiento del 14%. Pero la pobreza aplasta al 35,1% de la población, otros datos cifran el 56% bajo la línea de pobreza. La ascendente economía beneficia a una pequeña porción de paraguayos. [

En los latifundios se encontrarán sin dificultades las razones del último golpe de Estado.

Vieja fórmula

A pesar de Francis Fukuyama y los adoradores de la «no política», el mundo acaba de dar otro ejemplo cabal de la gran contradicción que dinamiza las relaciones políticas, económicas y sociales en el mundo contemporáneo: la lucha de clases.

De una parte el crecimiento de las organizaciones campesinas que reivindican su derecho a la tierra y al trabajo, la incipiente militancia política estimulada en el ejemplo de la unidad latinoamericana, la concientización a través de los nuevos medios públicos de información que vienen a romper el monopolio comunicacional ancestral con el que contó la reacción por décadas. La visualización de los derechos ciudadanos, siempre ocultados por el poder en Paraguay, la acción de los organismos de Derechos Humanos que comenzaban a echar luz sobre el pasado cercano, las expectativas del pueblo paraguayo en un cambio de paradigma que se materialize en mejores sociales, como se observa en Venezuela, Argentina y Brasil.

De la otra latifundistas y trasnacionales, abroquelados con los sectores de la producción y la típica burguesía atornillada a sus históricos privilegios, abriendo la puerta del país a los intereses imperialistas. Más la estrategia imperial de frenar y ocupar la región para la reconversión a patio trasero de toda América Latina. Todo un más de lo mismo que se repite hasta lo inimaginable en un país ferozmente comprometido con la dependencia.

A diferencia del último golpe de Estado en latinoamérica (Honduras) y el último intento (Ecuador) la maniobra en Paraguay consolidó otro espacio para las fuerzas antidemocráticas. Muchos observadores políticos afirman que es un tiro por elevación a la Revolución Bolivariana y los organismos de integración como el Mercosur y la Unasur.

Los gobiernos de la región no dudaron en suspender a Paraguay de estos organismos hasta que celebre elecciones libres y democráticas.

El reciente ingreso de Venezuela al Mercosur ( su participación fue rechazada por el legislativo de Asunción sistemáticamente) pone las cosas en su sitio e instala un fuerte problema político en la casta golpista. Una contrajugada que tal vez no se hayan esperado y que fortifica la fraternidad entre los pueblos, incluso el paraguayo, cuyos sectores progresistas más dinámicos trabajan en la consolidación de la resistencia.

Se abren horas oscuras en tierra guaraní. Regresarán las tropas yankis del Comando Sur a re-ocupar territorio paraguayo para luchar contra el terrorismo y los carteles de la droga? Será incluido Paraguay en el TLC? Recibirá Asunción un voluminoso crédito del FMI? Comenzarán a operar bandas paramilitares contra la resistencia popular?

Surja de todo este proceso una fuerza política del Pueblo capaz de retomar el Gobierno de Paraguay y sostenerlo con la suficiente energía para llevar adelante las urgentes y necesarias transformaciones sociales que la historia le negó una vez y otra a este castigado pueblo hermano.

Los ayoreos

Los ayoreos sueñan con sus bosques,

con la Tierra-sin-mal que está escondida

más allá del palmar y el horizonte,

con el collar de pluma de sus ritos,

con los misterios hondos de la noche.

(El hombre blanco ha impuesto

su ley en la comarca;

le desterré a sus dioses,

le arrebaté sus máscaras,

su alba de guacamayos,

sus confines de caza.)

Los ayoreos sueñan con sus bosques,

con la iguana que cruza las picadas

y el caimán que bosteza por los bordes

del gran río, en las siestas amarillas,

cuando el calor arrasa con los montes.

(El blanco le ha robado

el venado y la calma,

las antiguas creencias,

la luz antepasada,

la vincha de fulgores

y la vara de danzas.)

Los ayoreos sueñan con sus bosques,

con el panal de fuego del lucero;

descifran el lenguaje y los colores

de las aves que cruzan el desierto,

de las serpientes en los camalotes.

Mientras el blanco trama su emboscada,

los ayoreos sueñan con sus bosques.

Elvio Romero. Flechas en un arco tendido (1983-1993)

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.