Carles Manera

Artículos

Las primeras medidas adoptadas por Donald Trump, envueltas en toda una parafernalia teatral y pretendidamente solemne, una presentación jaleada por veinte mil seguidores y con el magnate sumido en una actitud displicente e imperial, deja mucha inquietud en el aire. Varios factores son destacables.

Lo publicó el International Inequalities Institute de la London School of Economics, en un documento de trabajo que se ha reeditado en Socio-Economic Review hace apenas dos años (se trata de una reconocida revista de investigación en economía que procede de Oxford Academic, vol. 20, número 2, pp. 539-559).

Parece abrirse un mundo distópico, un mundo en el que el planeta pasa factura en forma de riadas, inundaciones, incendios, desequilibrios demográficos, todo por la acción humana con sus consecuencias letales sobre el clima. Un proceso largo, acumulativo, devastador. En poco tiempo.

«Las condiciones meteorológicas extremas que hemos experimentado recientemente son solo un suave signo de lo que podría estar por venir. Pero creo que tenemos tiempo, un tiempo que deberíamos dedicar a enfriar el planeta para hacerlo más resistente» (James Lovelock)

1 2 3