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La enseñanza pública francesa en tiempos de los ataques yihadistas de 2015

Fuentes: Rebelión

Mi relato comienza con una llamada telefónica el pasado 17 de noviembre. Una amiga musulmana me cuenta como su hija y otras niñas árabes (algunas nacidas en Francia, otras llegadas de bebés), que cursan estudios de primaria, reciben de sus compañeros de clase frases como esta: «los que son como vosotras son los que han […]

Mi relato comienza con una llamada telefónica el pasado 17 de noviembre. Una amiga musulmana me cuenta como su hija y otras niñas árabes (algunas nacidas en Francia, otras llegadas de bebés), que cursan estudios de primaria, reciben de sus compañeros de clase frases como esta: «los que son como vosotras son los que han cometido los atentados de París, sois terroristas».

Esta mujer que guarda en secreto duras experiencias, no se suele quejar ante comentarios que ofenden sus creencias e identidad. Cuida minuciosamente la apariencia de su hija, para que exteriormente no muestre ninguna característica que delate su procedencia. A fuerza de ver demonizados sus orígenes, ha optado por acostumbrar a su hija a ser una «niña francesa» más. Probablemente, ha iniciado en ella un proceso de aculturización, para protegerla de quienes pueden hacerla sentir perteneciente a una cultura atrasada e inferior.

Ella también se solidariza con el dolor del pueblo francés ante la brutalidad terrorista. Lógico, lo conoce muy bien, pues sigue a diario el sufrimiento, los ataques y las muertes de su gente. Pero su dolor no puede expresarlo. Su voz y la de los suyos son acalladas por la intolerancia, la incomprensión y la falta de libertad de expresión de donde reside.

Pero, ¿qué está pasando en los colegios franceses? ¿Cuáles son los mensajes que escuchan niños y adultos dentro y fuera del colegio?

Tras los recientes atentados en París del viernes 13 de noviembre, el lunes siguiente a los sucesos, se suprimió en los colegios las actividades lúdicas y divertidas. No era momento de risas, pues había que llorar a los muertos. Al minuto de silencio, le siguieron durante los días posteriores discursos aparentemente previstos de antemano por los poderes públicos.

Para ello, se prepararon varias revistas destinadas al público infantil, con información especial sobre los atentados, que los profesores repartieron, y leyeron en clase, y que posteriormente los padres debíamos revisar con los niños en casa. Se trataba de reforzar la información, impuesta desde arriba, que el documento contenía. En concreto, en el colegio de las niñas mencionadas se distribuyó al alumnado el nº 5736 de la revista Mon Quotidien, en cuya portada se leía: «Attaques terroristes à Paris: vos questions, nos réponses» ( www.playbacpresse.fr ).

En ella, se explicaba los atentados y el terrorismo de Daech con preguntas y respuestas prefabricadas que han aparecido repetitivamente en periódicos y telediarios en Francia.

Cito algunas respuestas:

-Los terroristas han matado gente que estaba en el bar o en el restaurante, en un concierto o cerca de un estadio de futbol. Dicen que no está bien hacer esas actividades. Han atacado nuestra forma de vivir.

-Los islamistas quieren imponer a todo el mundo las mismas reglas estrictas del islam: prohibido escuchar música, obligación de rezar, las mujeres deben cubrirse y salir acompañadas por un hombre…

-Se puede decir que están locos porque atacan un valor que comparten todos los hombres, el de no matar inocentes.

-Los terroristas son quizás personas un poco perdidas, sin trabajo, que salen de prisión…personas jóvenes, frágiles, que tienen problemas en su vida…

-Es una forma de guerra mundial…Los países están unidos para luchar contra el terrorismo.

-Todos los países no están de acuerdo sobre la manera de luchar contra Daech. Rusia no tiene la misma estrategia que Estados Unidos. Eso favorece a Daech.

-Todos los países deben estar unidos para poder enviar muchos soldados (a Siria).…

En unos informativos de televisión especiales para niños, que también se visionaron en los colegios, se transmitían, también, algunas de estas ideas a los niños:

-Francia está en guerra contra el Estado Islámico.

-EE.UU son los aliados de Francia en Siria.

-Los terroristas nos atacan porque no quieren los valores de libertad, igualdad y fraternidad.

-Los atacantes son islamistas que intentan imponer su religión a los otros, combaten a todos los que no se doblegan ante ellos.

-Los islamistas han transformado su religión en arma de guerra. Han provocado los atentados del 11 de septiembre del 2001 en Nueva York.

-Los islamistas creen que el hombre es superior a la mujer y obligan a las mujeres a llevar velo.

-Los islamistas combaten porque no quieren nuestra forma de vida, ni la democracia.

-Quieren crear un califato (un nuevo país con un trozo de Siria y de Irak) y para impedírselo, Francia ha decidido intervenir militarmente bombardeando a los yihadistas. http://tinyurl.com/q5jfd47#.Vk4voT-vPxY.gmail

A esto hay que añadir el dictado que tuvieron que hacer los niños en el colegio de la escuela primaria (mi hija de nueve años entre éstos):

Martes 17 de noviembre,

«Es el tercer día de duelo nacional.

Unos kamikaces islamistas han matado inocentes para imponer su religión.

Nosotros debemos continuar nuestra forma de vida de manera normal y a defender nuestras ideas».…

Además, las consignas del programa «vigipirate» puesto en marcha tras los atentados para aplicar en las entradas a los colegios, puede añadir miedo a los niños y sensación de inseguridad y peligro. Se trata de un control aleatorio de mochilas, control sistemático de personas en los establecimientos escolares, vigilancia de la vía pública y alrededores de los colegios, ejercicios de evacuación escolar…

http://www.education.gouv.fr/pid285/bulletin_officiel.html?cid_bo=95835

Sin embargo, yo pienso que no se arregla nada con llamar locos a otros que matan inocentes y bombardear países de población musulmana, eso sin contar con que se ha bombardeado éstos antes de los ataques terroristas. No se puede proclamar a los cuatro vientos que se combate al terrorismo y paralelamente fabricar y vender armas que aterrorizan a inocentes en esos países. No es posible acabar con una organización terrorista sin antes reparar injusticias históricas. No se debería acusar a un enemigo de querer imponernos sus ideas y por nuestra parte impedir escuchar la voz de las nuestras víctimas en sus países de origen. Es preciso tener en cuenta sus derechos humanos, no solamente nuestros intereses, para no provocar situaciones similares, sin meter tanto nuestras narices occidentales sabelotodo.

Esta es sólo una forma de manipular la realidad y de condicionar y controlar la opinión pública desde la más tierna infancia. Este disfraz informativo destinado a niños y padres abandera un tipo de política que está llevando a Francia y a otros países a ser atacados y no se sabe en qué puede derivar…Nada se habla del contexto real en el que ocurren los hechos, ni de la responsabilidad de Francia en sus ataques pasados a países árabes (cuando todavía no existía Daech), ni nadie informa de las verdaderas causas e intereses de toda guerra, que se repiten una y otra vez a lo largo de la historia, ni de quién las inicia realmente.

Con todo escucho en varias ocasiones a padres decir que habría que cerrar mezquitas y todo lugar de culto para musulmanes, y que su religión les lava el cerebro para que cometan atentados. Además, aprueban los bombardeos de Francia en Siria y no se plantean la probabilidad de «daños colaterales» allí.

No parece que nada se haya aprendido desde los atentados a Charlie Hebdo el pasado siete de enero. Más bien, todo demuestra que fue inútil la multitudinaria manifestación de París, encabezada por tantos líderes políticos de diversos países.

Entonces, también hubo en los colegios minutos de silencio y manifestaciones de niños que declaraban ser Charlie y que portaban pancartas en las que se leía la conocida frase: «Je suis Charlie». Todos los escolares estaban obligados a participar, incluso los de origen musulmán, y sin previa autorización parental. Una buena manera de manipular a los niños para una causa política.

Las imágenes de estas «actividades pedagógicas», junto a portadas de otros diarios internacionales en apoyo a Charlie, aparecieron en las páginas web de los colegios, hasta final de curso, para recordarnos a padres, niños y profesores lo que debíamos pensar. La escuela francesa, laica por ley, donde se supone que todo signo religioso y político está prohibido y no se permite ir al colegio con un «peligroso» velo en la cabeza, participó esos días, dirigida por intereses políticos, en la promoción de la islamofobia y el racismo en el colegio. Una vez más, no fueron respetadas todas las sensibilidades e ideologías, la fraternidad entre el alumnado se vio comprometida, y se acusó explícitamente a todo un colectivo de una manera muy generalizada.

El control fue tal, que los niños que se negaron a estos actos fueron conducidos a un lugar muy adecuado para ellos, la comisaria de policía. En Niza un niño de ocho años fue retenido durante 30 minutos por «apología de acto terrorista». Se negó a guardar un minuto de silencio y a participar en la ronda de solidaridad en su colegio (www.liberation.fr/societe/2015/01/28). En Valbonne (en los Alpes Marítimos) una niña de diez años fue llevada a comisaría porque al final de una redacción escolar se solidarizaba con los autores del atentado. En Aisne un niño de nueve años también fue conducido a comisaría por gritar en el minuto de silencio «Dios es grande».

Tampoco a los profesores se les permitió expresarse libremente. En Poitiers, el profesor de filosofía Jean-François Chazerans lo sabe muy bien. Acostumbrado como está a debatir con sus alumnos después de proponer un tema y votarlo en clase, ese día su gran delito fue intentar reflexionar con el alumnado sobre temas como la justicia, la libertad de expresión, el racismo, los orígenes del terrorismo…El resultado: fue sancionado por los inspectores de la Educación Nacional con cuatro meses de suspensión por ser sospechoso de «apología del terrorismo». Después de su audición (a mediados de marzo), la comisión de disciplina del rectorado decidió enviarlo a dar clases a otro instituto, a ochenta kilómetros del anterior. Sus palabras tras lo que le sucedió resumen a la perfección, lo que les ocurre a quienes intentan dar un relato diferente al oficial: «Je suis atterré, profondément affecté. C`est de l`acharnement».

http://www.lemonde.fr/education/article/2015/05/02/le-prof-de-philo-charlie-et-la-liberte-d-enseigner_4626254_1473685.html#iPm4zgTEJczcOJxM.99

Sin embargo, fueron bien recibidos los mensajes de los profesores que banalizaban el contenido de la revista satírica, considerándolo solamente como bromas. Parece que reírse de las creencias de otros y de los muertos musulmanes que provocamos, provoca muchas risas. Sin embargo, criticar la hipócrita política de un estado, recordar la existencia de otras víctimas diferentes a las nuestras, y movilizarse por los derechos humanos de todos, es motivo de ser acusado de incitación al odio y al terrorismo. Me pregunto si es ésta la educación que queremos para nuestros hijos, si nos interesa una escuela en la que la libertad de expresión esté a merced de intereses políticos. No creo que exista ninguna materia más importante que la adquisición por parte de los alumnos de una capacidad crítica y reflexiva. Como madre sueño con una escuela que enseñe de verdad, el respeto, la justicia y la fraternidad real entre los pueblos. Una escuela que permita a mis hijos discernir el bien del mal, y que les prepare para que en el futuro no permitan gobernar a quienes promueven políticas que nos lleven a la guerra, invasión, colonización de pueblos y a la muerte de inocentes dentro o fuera de nuestros territorios.

A la vista de estos actos resulta claro que a Francia le queda un camino muy largo por recorrer en materia de libertad de expresión, a pesar de proclamarla tanto. Esto es válido tanto dentro como fuera de los colegios. La censura a la expresión de determinadas ideas ha ocurrido en numerosas ocasiones. Sin ir más lejos, por poner un ejemplo, Francia es uno de los raros países en el mundo y la única democracia en donde hacer un llamamiento a un boicot para criticar la política de un Estado es algo prohibido. Así, los activistas del movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones, conocido como BDS, cuyo objetivo es que Israel cese su terrible política terrorista contra los palestinos, están sufriendo severos castigos, sanciones y multas. http://s2.lemde.fr/image/2015/11/06/534×0/4804387_6_6c06_manifestation-propalestinienne-a-lyon-le-5_0828d7d6662ef2b491456b465890f52b.jpg

Los «valores» franceses también son cuestionados por Amal Bentounsi, portavoz del colectivo de mujeres MAFED (movimiento asociativo formado por unas 60 sociólogas, artistas, blogueras y militantes), que se movilizan contra la persecución y muerte a manos de las fuerzas del orden, de negros y árabes, la cual contradice aquellos. En la marcha que organizaron el pasado 31 de octubre «por la dignidad y contra el racismo» se expresó de la siguiente manera: «Hoy en día en Francia, si no tienes el color de piel apropiado (…) puedes morir a manos de la policía». «Además de las condiciones sociales deplorables; el acoso a la población de los barrios, su humillación, constituyen lo cotidiano para los negros, los árabes, los rumanos y los blancos de estos barrios».

http://www.lemonde.fr/societe/article/2015/10/31/une-marche-de-la-dignite-a-paris-contre-les-violences-policieres_4800681_3224.html

Ante tanta desinformación y mensajes manipulados, es más importante que nunca la labor exigible a la escuela pública. Hay que terminar con una educación que exalta un patriotismo racista y que no favorece la maduración de los niños con cuentos sobre «buenos» y «malos». No sólo en los países árabes existe déficit de libertad de expresión, violación de derechos humanos, desigualdades de género, leyes antiterroristas establecidas con el pretexto de combatir amenazas externas…También en Francia y en occidente son cada vez más evidentes las desigualdades sociales y la falta de libertades. Eso sin contar con quién está llevando a las sociedades árabes esa deshumanización y falta de tolerancia. No estaría de más, plantearse quienes están favoreciendo realmente la radicalización del islam, el aumento del terrorismo, el control y abuso contra las mujeres, personas de otras fes…

Hay que reflexionar acerca de que las agresiones y las intervenciones militares de países occidentales, con Francia entre ellos y a la cabeza, en países árabes y musulmanes, la destrucción y la consiguiente pobreza que estamos provocando, así como la manipulación política, es la que explica en gran parte el terrorismo.

La educación es cómplice porque adoctrina a los escolares desde pequeños para impedirles luego manifestarse en contra de las invasiones y las guerras. También porque silencia las verdaderas causas de ambas y niega la palabra de quienes descubren las miserias de nuestros políticos aliados de países autoritarios a los que dan dinero y armas a los que llevan a cabo actos terroristas en respuesta a los que reciben de occidente.

Como madre de niños en edad escolar pienso que otra educación es posible. Se carga un programa escolar muy competitivo, con materias y contenidos que no tienen en cuenta la paz, el respeto y la cooperación entre diferentes. Me pregunto qué educación están recibiendo nuestros hijos y qué educación estamos dándoles nosotros como adultos.

¿Qué son los actos llevados a cabo en los colegios tras los atentados yihadistas sino actos de adoctrinamiento? Seguramente, se ha perdido una gran ocasión para debatir libremente con los niños sobre temas como los límites de la libertad de expresión, el respeto a los otros, los intereses económicos de todas las guerras, la justicia para toda la humanidad…Por ello, no estaría de más reflexionar si se está promoviendo realmente, a través de la educación, los valores de libertad, igualdad y fraternidad, o más bien todo lo contrario.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.