La semana pasada en Londres, Inglaterra, la trasnacional irlandesa Fyffes se reunió con las organizaciones Banana Link y UITA. Pese a haber cumplido con parte de la resolución de la Iniciativa de Comercio Ético (ETI), que la suspendió de su membresía por las reiteradas denuncias de violación a los derechos laborales y sindicales en Honduras […]
La semana pasada en Londres, Inglaterra, la trasnacional irlandesa Fyffes se reunió con las organizaciones Banana Link y UITA. Pese a haber cumplido con parte de la resolución de la Iniciativa de Comercio Ético (ETI), que la suspendió de su membresía por las reiteradas denuncias de violación a los derechos laborales y sindicales en Honduras y Costa Rica, Fyffes no mostró voluntad para cambiar las cosas.
La resolución de la Junta Directiva de la ETI[1], fechada 4 de mayo, fue el epílogo de una disputa entre Fyffes, la UITA[2] y BananaLink, sobre las violaciones a los derechos de miles de trabajadoras y trabajadores de las fincas meloneras en el sur de Honduras y las piñeras en Costa Rica.
A la transnacional irlandesa, recientemente adquirida por 750 millones de euros por la compañía japonesa Sumitomo, se le dio un plazo máximo de 90 días para «trabajar con la UITA para llegar a un acuerdo marco que sea mutuamente aceptable».
De acuerdo con informaciones circuladas después de la reunión, la transnacional frutera no sólo no quiso abordar el tema de revisar sus políticas laborales a nivel global, sino que se mostró renuente a reconocer la legitimidad de la subseccional del Sindicato de Trabajadores de la Agroindustria y Similares (STAS).
También se negó a contemplar la posibilidad de reunirse a corto plazo con dicha organización sindical, ni quiso discutir la difícil situación laboral y sindical en las plantaciones de piña de su subsidiaria[3] en Costa Rica.
Durante la reunión, que contó también con la presencia del director ejecutivo de la ETI, Peter McAllister, Fyffes solamente accedió a estudiar la posibilidad de realizar un programa educativo sobre libertad sindical, dirigido a las trabajadores y trabajadores y personal administrativo de Suragroh[4] en Honduras.
Los detalles de dicho programa serán discutidos próximamente en una segunda reunión entre las partes.
Un largo y triste historial
Irresponsabilidad social empresarial
La actitud arrogante de Fyffes no debe sorprender, ya que el largo historial de violaciones a los derechos laborales y sindicales, tanto en Honduras como en Costa Rica, habla por sí solo.
Tampoco sorprende que en una carta dirigida a organizaciones como Banana Link y el Foro Internacional de Derechos Laborales (ILRF por su sigla en inglés), la transnacional irlandesa trate burdamente de refutar las acusaciones que fundamentaron la decisión de la ETI de suspenderla de su membresía, aferrándose a «diferencias interpretativas» en cuanto «a cómo debe respetarse el derecho a la libertad de asociación y negociación colectiva».
Y por si fuera poco, Fyffes saca de la manga un discurso trillado sobre su programa de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), que contemplaría una «auditoría regular de las plantaciones de nuestra cadena de suministro, tanto de propiedad como de terceros, para garantizar el cumplimiento de nuestras normas básicas».
Los hechos en Honduras y Costa Rica demuestran todo lo contrario.
En más de una ocasión, el STAS denunció las extenuantes jornadas de trabajo, el no pago del salario mínimo ni de las horas extra y las vacaciones proporcionales, así como la falta de acumulación de antigüedad y de cotización a la seguridad social.
Asimismo, señaló las malas condiciones higiénicas y de seguridad, el despido de trabajadoras por estar embarazadas y la creación de «listas negras».
El reciente ataque perpetrado contra Moisés y Misael Sánchez[5], ambos miembros del Sindicato, ha generado aún más preocupación en los miembros de la organización.
A nivel internacional, ya hay grandes cadenas de supermercados que están analizando y revisando su relación comercial con Fyffes.
Perdida en su laberinto, la transnacional frutera irlandesa, así como los compradores de sus plantaciones y de la marca Fyffes, parecen no darse cuenta que no es con esta actitud, ni con talleres sobre derechos sindicales que podrán reparar su imagen dañada y su mala reputación.
Notas:
[1] Una alianza de compañías, organizaciones no gubernamentales (ONG) y sindicatos comprometidos en trabajar conjuntamente para identificar y promover buenas prácticas en la ejecución de los códigos de conducta laborales, incluyendo su monitoreo y verificación independiente
[2] Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación, Agrícolas, Hoteles, Restaurantes, Tabaco y Afines
[3] Ananas Export Company S.A. (Anexco)
[4] Sur Agrícola de Honduras
[5] http://informes.rel-uita.org/
Fuente: Rel-UITA
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