El nuevo gabinete bajo el liderazgo de Mercedes Araoz expresa una composición más política que la de Zavala, pero con sus luces y sombras. El nombramiento de la nueva premier es una luz ya que fue Ministra de Economía del segundo gobierno de Alan García, y como Ministra de Comercio Exterior y Turismo, impulsó la […]
El nuevo gabinete bajo el liderazgo de Mercedes Araoz expresa una composición más política que la de Zavala, pero con sus luces y sombras. El nombramiento de la nueva premier es una luz ya que fue Ministra de Economía del segundo gobierno de Alan García, y como Ministra de Comercio Exterior y Turismo, impulsó la ley del Baguazo (que generó una rebelión social amazónica muy pocas veces vista en la historia de la República), «pasando piola».
De igual forma podemos decir lo mismo con la designación de Carlos Bruce como Ministro de Vivienda. Tiene experiencia política en esta cartera.
El nuevo ministro de Salud, Fernando D Alessio, fue contralmirante de la Marina de Guerra e investigador de la CETRUM de la Universidad Católica. Difícil que piense en una reforma progresista de la salud con solo tener vínculos políticos con personalidades conservadoras.
El nuevo Ministro de Educación Idel Vexler ya fue antes dos veces ministro durante los gobiernos de Toledo y García, respectivamente. Y fue filo aprista ya que formó parte del grupo del ministro Chang con quien comenzó la reforma del 2007. Pero además fue quien derrotó a Patria Roja con el tema del ascenso por mérito. No obstante, la sombra con Vexler es que fue crítico de la reforma educativa de Saavedra.
Por su lado, la salida de Pérez Tello de la cartera de Justicia es un gesto (por negar el indulto), hacia Kenji Fujimori, a la vez que el nombramiento de Enrique Mendoza (amigo de García desde los claustros universitarios), es una sonrisa para el APRA. Y si como presidente del Poder Judicial no pudo hacer ninguna reforma importante, pues, difícil que haga algo ahora. Al parecer, ha sido puesto ahí para encaminar el indulto a Fujimori (una cuestión complicada teniendo en cuenta que éste ya dejó de ser una prerrogativa presidencial y más bien se convierte en un tema humanitario que tiene sus propias reglas).
Otras sombras son la continuidad de Ministras cuestionadas por sus lobys como Fiorela Mollinelli (en el MIDIS) y Cayetana Aljovin (en Minería) o de ministros que no atan ni desatan (o están con la patronal) como José Hernández (en Agricultura) y Alfonso Grados (en Trabajo).
Pero bueno, si de algo ha servido este gabinete es para calmar los ánimos de la «subversiva» oposición fujimorista, que al parecer tiene entre sus planes no solo desgastar a la administración PPK sino, si fuera necesario, solicitar la vacancia presidencial, para que la jefa del Parlamento, Keiko Fujimori, asuma la presidencia en un adelanto de elecciones.
Es por estas razones que varios analistas como Luis Benavente, Alfredo Torres y Juan de la Puente, le avizoran un leve respiro al gobierno de PPK. Juan de la Puente es más drástico y señala que, «…quiere respirar hasta que se vaya el Papa…» (Pronóstico reservado, semanario Hildebrant en sus trece, 22-28/09/17).
Y en efecto, así como está compuesto el gabinete pareciera que fue diseñado pensando en la oposición apro-fujimorista y para que dure hasta la llegada del Papa en enero del 2018 cuya presencia va ser utilizada para buscar la reconciliación nacional, es decir borrón y cuenta nueva. Pero no es seguro que el fujimorismo, que está como una hiena herida, acepte.
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