En la recta final de la visita del Papa Francisco a Chile y Perú, el Vaticano dio este miércoles una contundente señal contra los abusos sexuales a menores en la Iglesia. En un mensaje que ha calado hondo en Perú, la Santa Sede comunicó que dispuso la intervención del grupo laico católico peruano Sodalicio de […]
En la recta final de la visita del Papa Francisco a Chile y Perú, el Vaticano dio este miércoles una contundente señal contra los abusos sexuales a menores en la Iglesia. En un mensaje que ha calado hondo en Perú, la Santa Sede comunicó que dispuso la intervención del grupo laico católico peruano Sodalicio de Vida Cristiana, cuyo fundador enfrenta denuncias por parte de la justicia limeña por una serie de casos de abusos contra menores.
El anuncio se conoció justo una semana antes del arribo del Pontífice a Perú (18 al 21 de enero) y a días de su llegada a Chile (15 al 18 de enero). El Sodalicio es una sociedad de vida apostólica que depende de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica del Vaticano. En su momento se convirtió en la primera sociedad de vida apostólica laica en ser reconocida por el derecho pontificio.
El Vaticano informó que el comisario apostólico será el obispo de Jericó (Colombia), Noel Antonio Londoño. Los principales cuestionamientos tienen que ver con el rol que tuvo al interior de la institución el fundador del Sodalicio, Luis Fernando Figari, de 70 años y quien actualmente vive confinado en Roma.
Figari fundó el Sodalicio en 1971 y reclutaba a menores de exclusivos colegios privados en Perú, a quienes convocaba a vivir como «soldados de Cristo». El movimiento, de corte conservador, nació como una suerte de reacción a la izquierdista Teología de la Liberación de los años 60. Desde que vio la luz, el Sodalicio se expandió a países como Chile, Colombia y Estados Unidos, con alrededor de 20 mil miembros.
En diciembre pasado, la fiscalía peruana solicitó la prisión preventiva para cuatro miembros de este movimiento católico laico, entre éstos el propio Figari. A su vez, el 15 de febrero de 2017, fue el propio Sodalicio el que, tras una investigación, admitió que al menos cuatro de sus líderes, incluido su fundador, «abusaron sexualmente de 19 menores y 10 adultos». Ese documento reúne testimonios de decenas de ex sodálites que narraron su experiencia. Dos días después, el superior general del Sodalicio, Alessandro Moroni, entregó a la fiscalía peruana el informe.
En la investigación que realizó la nueva dirección del movimiento, participaron dos expertos estadounidenses y uno irlandés, y descubrieron que Figari sodomizó a sus reclutas, además de humillarlos y obligarlos a tocaciones sexuales.
El escándalo en Perú estalló gracias a la publicación, en octubre de 2015 del libro Mitad monjes, mitad soldados, de los periodistas Pedro Salinas y Paola Ugaz. Ese texto, de la editorial Planeta, reúne testimonios de 30 ex integrantes del Sodalicio que denunciaron haber sido víctima de abusos físicos, sexuales y psicológicos llevados a cabo por Figari y otros líderes de la institución. «Comenzamos a investigar en diciembre de 2010 y ahora hay más de 500 casos», contó Ugaz a La Tercera.
Tras la publicación del libro, un éxito de ventas en Perú, el Sodalicio lamentó «las acciones y omisiones cometidas por miembros de la comunidad» y «les pedimos perdón (a las víctimas) y les ofrecemos nuestra disposición de escucha y ayuda».
Pero Figari nunca ha respondido por lo que se le incrimina. Ya en el mismo 2015 el Vaticano ordenó una investigación sobre el Sodalicio, que estuvo a cargo del cardenal estadounidense Joseph Tobin. Sin embargo, la intervención que se conoció hoy significa, según los analistas, que la Santa Sede estima que el movimiento ha sido incapaz de reformarse.
Varias de las víctimas sostienen que la Iglesia Católica peruana tardó demasiados años en reaccionar a las denuncias. También han tenido palabras críticas respecto del rol que ha jugado el Vaticano. Ello, porque ha permitido que Figari viva en Roma.
En su declaración, el Vaticano dijo que «el Santo Padre Francisco ha seguido con preocupación todas las informaciones que, desde hace varios años, han ido llegando a la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica sobre la situación del Sodalicio de Vida Cristiana».
En el mismo comunicado, se sostiene que el Pontífice «se ha mostrado especialmente atento a la notable gravedad de las informaciones acerca del régimen interno, la formación y la gestión económica-financiera, motivo por el cual ha pedido con insistencia al Dicasterio (de la Vida Consagrada) una particular atención. «Después de un profundo análisis de toda la documentación, el Dicasterio ha promulgado el Decreto de Intervención».
El Sodalicio, por su parte, anunció que acata lo dispuesto por el Vaticano y que Londoño «podrá intervenir directamente en el gobierno de nuestra Sociedad, también en las cuestiones económicas y los demás asuntos de la marcha habitual del Sodalicio». Además, la institución señaló que «colaborarán en todo» para que el comisario apostólico «pueda ejercer sus funciones según lo dispuesto por la Santa Sede».
Presencia en Chile
En Chile, el Sodalicio llegó en 1999. Según información de la página web de la agrupación, fueron invitados al país por el cardenal Francisco Javier Errázuriz. En 2007 se inauguró el Centro Pastoral y la comunidad sodálite en Maipú.
En 2011 el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, bendijo la capilla Madre de Dios. Además, desde 2014, Chile es una «región del Sodalicio» cuyo superior a cargo es Rafael Ísmodes Cascón. Actualmente, tienen presencia en el mundo educacional a través de la Universidad Gabriela Mistral, el colegio Saint Joseph en Huechuraba y su participación en la comunidad Crece Chile. Al contrario de Perú, en Chile no han existido denuncias ni problemas relacionados al grupo católico.