Siguiendo la línea histórica trazada por Esteban Pavletich, ese peruano ilustre que se enroló al lado de Augusto C. Sandino en la lucha por la Independencia de Nicaragua, y en el actual contexto de la crisis por la que atraviese ese país hermano; hemos decido integrar un colectivo de Solidaridad y formular un llamamiento a […]
Siguiendo la línea histórica trazada por Esteban Pavletich, ese peruano ilustre que se enroló al lado de Augusto C. Sandino en la lucha por la Independencia de Nicaragua, y en el actual contexto de la crisis por la que atraviese ese país hermano; hemos decido integrar un colectivo de Solidaridad y formular un llamamiento a la conciencia de todos.
Recordamos, en el mismo espíritu, a José Carlos Mariátegui, que en su momento, saludó la valerosa acción de Sandino considerándola «la única justa» en un escenario en el que su país era invadido por la Infantería de Marina de los Estados Unidos, una voraz potencia que buscaba atar la región centroamericana a los intereses de las grandes corporaciones de la época.
Desde el siglo XIX la historia de Nicaragua se ha visto afectada por la agresividad de la administración norteamericana, que fuera denunciada también por Rubén Darío, la máxima expresión continental del Modernismo. La ocupación física de ese país y el mantenimiento en él por varias décadas, de administraciones al servicio del Imperio; sirvió para llenar ese escenario geográfico de sangre y de guerras que sólo concluyeron históricamente con la caída de Somoza, en 1979.
La gesta del pueblo de Nicaragua dio lugar a un proceso de transformaciones sociales duramente resistido por las fuerzas conservadoras del país que recurrieron, en los años 80 del siglo pasado a diversas presiones destinadas a acabar con la Revolución Sandinista que, sin embargo, recuperó posiciones de Poder a partir del año 2007.
Hoy, ese proceso asoma en peligro por la acción concertada de esas fuerzas reaccionarias, digitadas por el Imperio. Bajo la demanda de enfrentar una reforma del sistema pensionario que ya fue abandonada, han desplegado una verdadera ofensiva terrorista contra el pueblo de Nicaragua orientada a derribar a su gobierno e imponer un régimen afín a la administración norteamericana. En Managua, y en otras ciudades del país, bandas sediciosas premunidas de armas de guerra, han desatado acciones vandálicas que merecen categórico rechazo de la población consciente de nuestro continente.
Esta ofensiva se parece mucho a la que se vivió recientemente en otro país de América -Venezuela- y forma parte, sin duda, de una ofensiva continental contra el proceso emancipador latinoamericano. Hoy, asoma contra Nicaragua como ayer se perfiló contra Cuba y Venezuela; y luego enrumbará contra Bolivia y contra cualquier otro pueblo o gobierno que busque su independencia y aplique una política soberana. Nicaragua quiere hoy Paz, Justicia y Diálogo; objetivos que suscribimos plenamente.
Por ellos, expresamos nuestra solidaridad con su pueblo y su gobierno, y exhortamos a todos a hacer pública condena a las prácticas sediciosas que hoy asoman en el país hermano. El respeto escrupuloso a los Derechos Humanos y la investigación seria de todas las muertes denunciadas, y los daños registrados en el país, constituye un deber ineludible hoy.
Lima, 14 de mayo del 2018
Aida García Naranjo / Manuel Dammert / Hildebrando Pérez / Víctor Mayorga / Milagros Valdeavellano / Fanny Palacios / Gustavo Espinoza / Eduardo Arroyo / Pilar Roca / Jorge Pizarro / Verónica Suchero / José Luis Ayala / Eduardo González Viaña / Federico García / Luis Gárate / Jorge Aliaga / Bruno Portuguez / Ever Arrascue / Manuel Robles / Alvaro Vidal / Sonia Estrada / Rita Rojas / Alejandra Ramírez / Mary Soto / Enma Luyo / Esther Vásquez / Sergio Nolasco (siguen firmas)