El pueblo Roma, mal llamado gitano, sufre hoy ‘abyectas condiciones de vida’ en toda Europa central y sudoriental de acuerdo con un nuevo estudio del Programa de Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD). A diferencia de la mayoría de las poblaciones europeas, los Roma presentan bajos índices de empleo, vivienda, matrícula escolar, alfabetización, acceso a […]
El pueblo Roma, mal llamado gitano, sufre hoy ‘abyectas condiciones de vida’ en toda Europa central y sudoriental de acuerdo con un nuevo estudio del Programa de Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD).
A diferencia de la mayoría de las poblaciones europeas, los Roma presentan bajos índices de empleo, vivienda, matrícula escolar, alfabetización, acceso a medicamentos básicos, agua corriente y modernas comunicaciones.
‘Esas condiciones son inaceptables en países que forman parte de la Unión Europea (UE) o aspiran a serlo, advirtió Andrey Ivanov, consejero del PNUD en el centro regional en Bratislava, Eslovaquia.
Dijo además que se necesitan acciones inmediatas para cerrar las abrumadoras brechas de desarrollo que separan a los Roma del resto de los europeos.
La agencia de la ONU llevó a cabo una minuciosa encuesta en Albania, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Croacia, República Checa, Hungria, Macedonia, Rumania, Serbia y Montenegro, incluido Kosovo, y Eslovenia.
Entre los resultados destaca que los Roma viven cinco veces más por debajo de la línea de la pobreza que búlgaros y serbios, y tres veces más que macedonios y rumanos.
Siete de cada 10 carecen de agua corriente y ocho de cada 10 no pueden comprar medicamentos en Rumania.
En idénticas proporciones menos de dos menores de 12 años de edad concluyen la enseñanza primaria en la generalidad de los países.
Las cuentas de electricidad de los Roma en Macedonia equivalen a siete veces más de lo que ganan al mes y las del agua cuatro veces.
En Rumania apenas dos de cada 10 viviendas de los llamados gitanos tienen un teléfono, en contraste con la media de siete del resto de la población.
Los datos revelados coinciden con el lanzamiento de la ‘Década de la inclusión Roma’, un esfuerzo para el decenio encaminado a a integrar a ese pueblo al movimiento europeo.
Su objetivo es establecer un marco político a los gobiernos para resolver un viejo problema que, sin embargo, apenas se menciona en la Comisión de Derechos Humanos que sesiona en Ginebra.
Los países del continente se muestran más interesados en promover o apoyar condenas al tercer mundo, pese a tantas violaciones en su propio patio.