Una mayoría del Parlamento holandés no está de acuerdo con esta recomendación parcial del Gabinete.
En los próximos meses, varios Gobiernos europeos tienen la difícil tarea de convencer a sus ciudadanos de la utilidad y la necesidad de una Constitución europea. En algunos casos será necesario adelantar una dura campaña. El Gobierno español, por ejemplo, ha contratado al ex futbolista holandés Johan Cruyff para una campaña de publicidad. En Holanda se dispone de un millón de euros para el mismo fin. Una Comisión independiente deberá repartir los fondos de manera equitativa entre partidarios y oponentes.
Una reciente encuesta efectuada por la Oficina de Investigación de la Unión Europea, Eurobarómetro, revela que una amplia mayoría de los holandeses, un 63 por ciento, votará a favor de la Constitución y que un 11 por ciento se opone. Aun así, a juzgar por un fondo especial de 1 millón y medio de euros que ha reservado para la campaña, el Gobierno holandés no tiene suficiente confianza en un buen resultado. Sin embargo, el Parlamento holandés se opone. Harry van Bommel, parlamentario del opositor Partido Socialista, SP, califica la medida de uso indebido de dinero de los contribuyentes.
El diputado socialista opina que los fondos adicionales deben también ponerse a disposición de quienes rechazan la Constitución. A su juicio, no es correcto que el Gabinete gaste más dinero para convencer al ciudadano de la necesidad de la Constitución, a raíz de las crecientes dudas sobre la misma.
El Gabinete está ante un dilema, pues teme que los oponentes hagan uso de argumentos inapropiados, como el elevado valor del euro o la eventual entrada de Turquía en la Unión. Este temor no es del todo infundado. El parlamentario independiente, Geert Wilders, ya ha exhortado al ciudadano holandés a votar contra la Constitución, alegando que Turquía adquirirá demasiado influencia en las legislaciones europea y holandesa.
Harry van Bommel reconoce que el referendo es susceptible al populismo. Pero, si no hay una campaña equilibrada, de hecho no se respeta la opinión del ciudadano y, por tanto, los fondos especiales deben repartirse de forma equitativa. Van Bommel estima que se necesitaría más dinero para informar al público sobre las ventajas y desventajas de la Constitución, porque muchos desconocen totalmente su contenido. Y, para evitar que individuos recurran a argumentos inapropiados, se debería organizar debates públicos.
El Gabinete considera muy importante que los holandeses voten a favor de la Constitución. El referendo, el primero en celebrarse en Holanda, es consultivo y no vinculante y, en consecuencia, el Gobierno puede hacer caso omiso del resultado. Sin embargo, esto sería una pésima señal ante los ciudadanos. Aun así, Van Bommel cree que es posible que el Gobierno no tendrá en cuenta el resultado, si el rechazo se produce con escasa mayoría.