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Paraguay votó por el cambio

Fuentes: Telesur

El pueblo paraguayo está de fiesta. Tras ocho meses de duro batallar el ex obispo Fernando Lugo y la Alianza Patriótica para el Cambio que lidera, puso fin a 61 años de gobierno del Partido Colorado, incluyendo los 35 años de dictadura del general Alfredo Stroessner. Lo hizo con una ventaja de casi diez puntos […]

El pueblo paraguayo está de fiesta. Tras ocho meses de duro batallar el ex obispo Fernando Lugo y la Alianza Patriótica para el Cambio que lidera, puso fin a 61 años de gobierno del Partido Colorado, incluyendo los 35 años de dictadura del general Alfredo Stroessner. Lo hizo con una ventaja de casi diez puntos porcentuales por encima de su principal adversaria, la candidata oficialista Blanca Ovelar.

Juan Manuel Morales, vicepresidente del Tribunal Superior de Justicia Electoral, adelantó que al contabilizarse el 92% de los sufragios, Lugo obtuvo el 40,1% de los votos; la oficialista Blanca Ovelar el 30,71% y Lino Oviedo el 21,98%, con un margen de cero error.

El 65,64 % de los electores concurrieron a las urnas en los que constituyen los comicios más concurridos de las últimas cuatro décadas en el Paraguay, cuando a sólo cuatro horas de abrirse los colegios electorales habían ejercido el derecho al sufragio el 40% de los 2 millones 861 mil 940 votantes.

Sólo un fraude podría haber arrancado la victoria al «candidato de los pobres» como lo identifica el pueblo y para bien de todos la cordura primó. No podía ser de otra manera porque la inmensa mayoría de los paraguayos estaba decidida a no dejarse escamotear el triunfo.

Desde la sede de su campaña electoral y en medio de la desbordada alegría de sus seguidores al darse a conocer los resultados, Lugo expresó: «Hoy podemos afirmar que los pequeños también están capacitados para vencer (…) Hemos culminado una etapa y hoy comenzamos la otra, la del compromiso de transformar el Paraguay. Este es el Paraguay que sueño, con muchos colores, con muchos rostros, el Paraguay de todos».

Durante la rueda de prensa, el ya virtual Presidente recordó que hace apenas 8 meses, «un grupo de soñadores políticos decidimos juntarnos y poner el país en primer lugar». Mientras, según un despacho de la agencia Prensa Latina, el presidente paraguayo saliente, Nicanor Duarte Frutos, admitió la derrota ante la opositora Alianza Patriótica para el Cambio (APC) al tiempo que prometió «colaborar activamente para que el traspaso de poder -conforme a la Constitución nacional-, se realice en un marco pacífico, de entendimiento y de espíritu de construcción que es lo que esperan de nosotros los paraguayos y paraguayas».

El próximo 15 de agosto, Lugo asumirá los destinos de esa nación sudamericana en medio de muchísimas expectativas y al frente de una alianza integrada por 9 partidos y 20 movimientos sociales que tendrán que renunciar a sus intereses particulares para de consuno construir una alternativa al modelo prebendario, clientelista y corrupto que primó hasta hoy, y en el que haya lugar para todos los paraguayos históricamente excluídos y marginados.

El propio exprelado sabe lo que eso significa. Bajo la dictadura de Stroessner su padre estuvo preso más de 20 veces, sus hermanos fueron torturados y expulsados del país que los vio nacer y él mismo en1983, también fue expulsado por considerarse que sus sermones tenían un carácter subversivo.

Lugo y los que hoy lo acompañaron a festejar la victoria saben lo que ha costado llegar hasta este 20 de abril, día en que el pueblo puede traspasar el umbral de la injusticia para comenzar a construir una nueva vida.

La tarea no es fácil, pero se da en medio de una coyuntura regional que favorecerá el cambio deseado, cuando un grupo de naciones protagonizan experiencias de gobierno en las que, sin ser iguales, se prioriza la justicia social y la cooperación regional sobre bases nuevas; donde, además, sobre la base de sus propias historias, condiciones y experiencias, existen objetivos comunes que pasan por la defensa de la soberanía, el respeto a la autodeterminación, a la pluralidad de posiciones, al control y recuperación de los recursos naturales como medio para afrontar las transformaciones que se necesitan. La vecindad con tal escenario continental, favorecerá los objetivos propuestos por la Alianza Patriótica para el Cambio.

Durante la campaña electoral, la Alianza expuso su Programa de gobierno . que pasa por la creación de empleos para 100 mil familias desocupadas; pensiones para 200 mil personas de la tercera edad; construcción de 40 mil casas por año, y creación anualmente de 50 mil nuevos puestos de trabajo; construcción de carreteras, obras sanitarias y de infraestructura; contratación de 30 mil profesores para mejorar la educación y dentro de ello la construcción de 20 mil nuevas aulas por año; apoyo a la investigación y a la cultura, priorización a la atención primaria en Salud y gratuidad de esos servicios lo cual incluye importantes inversiones en centros hospitalarios y medicamentos.

Una reforma agraria que no se limite sólo a la entrega de tierras sino que incluya asistencia técnica y crediticia; rebajas de tarifas eléctricas y agua y otros muchos servicios a la población. En Paraguay el 70% de las tierras productivas pertenece sólo el 2.5% de los propietarios.

Para tales empeños, el nuevo gobierno pretende renegociar nuevos contratos con Brasil y Argentina sobre los viejos tratados hidroeléctricos de Itaipú y Yacyretá, toda vez que fueron negociados por gobiernos de facto en perjuicio de los intereses paraguayos. Precisamente con las nuevas ganancias en manos del Estado paraguayo, el gobierno de Fernando Lugo podrá destinarlas a llevar adelante su programa de justicia socia.

Para Lugo, sus principales enemigos son la corrupción, la pobreza y la ignorancia. Y en materia de política exterior se ha manifestado a favor de la integración.

Los paraguayos tuvieron la responsabilidad histórica este 20 de abril de votar por el continuísmo o el cambio. Un dilema que resolvieron al votar por Fernando Lugo. Hay motivos para festejar.