El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, ha afirmado que la organización elabora una resolución para dar un ultimátum de 72 horas a Honduras para la restitución del depuesto presidente Manuel Zelaya, o de lo contrario el país afrontaría la suspensión del organismo. En declaraciones a los periodistas, Insulza ha reiterado la posición […]
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, ha afirmado que la organización elabora una resolución para dar un ultimátum de 72 horas a Honduras para la restitución del depuesto presidente Manuel Zelaya, o de lo contrario el país afrontaría la suspensión del organismo.
En declaraciones a los periodistas, Insulza ha reiterado la posición de la Organización de Estados Americanos (OEA), que condena el golpe militar del domingo pasado y exige el restablecimiento del orden democrático en Honduras. «El plazo de 72 horas se cumple el sábado», ha enfatizado.
Los cancilleres y embajadores de la OEA iniciaron hoy el 37 período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de la OEA con el objetivo de examinar los pasos a seguir tras el golpe contra Zelaya el domingo pasado. La reunión estaba convocada para las 20.00 GMT del martes, pero ha empezado con grandes retrasos a la espera de la llegada de Zelaya desde Nueva York, donde recibió el espaldarazo de Naciones Unidas.
Rechazo unánime
Zelaya llegó en medio de grandes medidas de seguridad y se reunió en privado con el subsecretario de Estado de EEUU para América Latina, Tom Shannon, y con Insulza. Pasadas las 6.00 GMT del miércoles, los embajadores aún mantenían consultas privadas sobre el texto final de la resolución de condena.
Insulza ha explicado que los cancilleres y embajadores reunidos han llegado a un consenso sobre «la condena absoluta al golpe militar, el rechazo al gobierno constituido sobre la base de ese golpe militar, la exigencia de que se reconozca que Zelaya es el presidente legítimo de Honduras y de que sea restituido a su cargo».
El secretario general de la OEA ha dicho que, en función de la resolución que finalmente adopte la Asamblea General y bajo el artículo 20 de la Carta Democrática Interamericana, él deberá realizar las gestiones diplomáticas para tratar de resolver la crisis.
El objetivo de la OEA es «demostrar claramente que los golpes militares no van a ser aceptados
Si el Gobierno del nuevo presidente Roberto Micheletti desoye el ultimátum de la OEA, entonces el organismo regional procederá a aplicar el artículo 21, que prevé la suspensión de Honduras, con las consecuentes repercusiones económicas y aislamiento diplomático.
Por otra parte, Insulza no ha querido precisar si sigue en pie el plan de Zelaya de regresar a Honduras el próximo jueves. «Hay gestiones que yo debo realizar, y tengo tres días para hacerlo…la decisión del presidente de viajar o no es decisión de él y cuando él lo decida, yo lo voy a acompañar», enfatizó Insulza.
Ha agregado que el objetivo de la OEA es «demostrar claramente que los golpes militares no van a ser aceptados…hay que reaccionar muy duramente contra eso, y la comunidad internacional lo está haciendo así».
Preguntado sobre si se reunirá con los emisarios que Micheletti tiene previsto enviar a Washington, Insulza fue enfático: «no, no tengo programado hacerlo, no». «Esperamos que con esa presión, haya un diálogo interno, un cambio de actitud, pero nosotros no vamos a dialogar con una dictadura militar que se resiste a escuchar la voz de su pueblo y de la comunidad internacional», ha subrayado.
Durante los últimos días se han producido manifestaciones a favor y en contra del golpe militar en el país, algunas de ellas reprimidas duramente por las fuerzas de seguridad hondureñas. Micheletti ha asegurado sin embargo que «hay tranquilidad a lo largo y ancho del país», aunque mantiene el toque de queda impuesto desde el domingo hasta el próximo viernes.
Para Insulza, «no hay solución intermedia» porque el objetivo es lograr la restitución del presidente Zelaya para posteriormente iniciar un proceso de diálogo y reconciliación nacional.
Aislamiento
La suspensión de un país miembro de la OEA, algo que no sucede desde 1962, cuando fue suspendida Cuba, supone que ese país no puede acceder a créditos de instituciones financieras multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), su aislamiento diplomático y su exclusión de la junta interamericana de Defensa.
Insulza ha reconocido que si bien hubo descontento por la consulta popular para una reforma constitucional que le hubiese dado a Zelaya la posibilidad de reelegirse, «sacar al presidente a empujones en la noche para echarlo del país no es la forma aceptable en ningún caso para discutir un tema político».