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Entrevista al universitario francés en Chile

«En el Nuevo Partido Anticapitalista francés queremos que el pueblo esté en el poder, no que nos atrape el poder»

Fuentes: Rebelión

Para la izquierda chilena, Francia, históricamente, representa entre una batería enorme de dimensiones, la Revolución Francesa, la Comuna de París, la Resistencia durante la ocupación nazi, Mayo del 68. Hoy, a través del nacimiento del Nuevo Partido Anticapitalista, una vez más, una franja sustantiva de la izquierda de Francia ofrece pistas de interés ante la […]

Para la izquierda chilena, Francia, históricamente, representa entre una batería enorme de dimensiones, la Revolución Francesa, la Comuna de París, la Resistencia durante la ocupación nazi, Mayo del 68. Hoy, a través del nacimiento del Nuevo Partido Anticapitalista, una vez más, una franja sustantiva de la izquierda de Francia ofrece pistas de interés ante la recomposición mundial de las fuerzas sociales organizadas contra la hegemonía capitalista.

Franck GaudichaudFranck Gaudichaud es Doctor en Ciencias Políticas, miembro del colectivo de www.rebelión.org y académico de la cátedra de América Latina en una universidad francesa. Se doctoró analizando el movimiento popular chileno, en particular, la experiencia de los cordones industriales y el poder popular durante el gobierno de Salvador Allende. Su cariño por Chile lleva tiempo. En una estadía en Bolivia, Franck conoció aspectos de lo ocurrido durante los mil días del gobierno de la Unidad Popular. Se dio cuenta que había mucha literatura respecto de la institucionalidad de la UP y sus grandes personajes, pero existía un vacío sobre el sujeto popular y obrero, protagonista central del proceso. Luego de publicar un texto respecto de los cordones industriales y el poder popular constituyente en Chile (LOM ediciones), ahora quiere lanzar un segundo tomo «sobre la revolución desde abajo en Chile que se dio en la época».

Aprovechando su visita a Chile, el periodista que escribe se reunió con Franck, militante activo del Nuevo Partido Anticapitalista francés para indagar en relación a temas candentes para el campo popular mundial.

¿Qué ocurre con la izquierda francesa luego de la Segunda Guerra Mundial?

«Después de la segunda guerra mundial, en Francia existió un Partido Comunista muy fuerte, muy enraizado en la clase obrera industrial, un poco como en Chile. Por eso la izquierda francesa siempre ha mirado a Chile y viceversa, por el tipo de estructuración de los partidos y del movimiento obrero, por las similitudes, independientemente de las enormes diferencias en otros ámbitos. También en ambos países se encuentra el cristianismo social o un proletariado minero por ejemplo. Luego de la Segunda Guerra Mundial, el PC sacaba un 25 % de los votos en elecciones nacionales. Era el partido de masas del país por excelencia. Desde esos tiempos hasta nuestros días, hay un declive permanente de los PC en Francia (como en Europa), que tenía fuerte presencia también en los municipios, en la producción cultural, en las universidades, entre los intelectuales, en la literatura, etc. Sin embargo, paulatinamente con la crisis de la URSS y una política parlamentaria y municipal de cogobierno con la social-democracia y el PS, (desde los frentes populares en los 30′ hasta el gobierno Jospin, 1997-2002) se adaptó a la institucionalidad de la sociedad capitalista y colaboró regularmente con los sectores liberales de la «izquierda». La caída del muro de Berlín en 1989 marcó también mucho al comunismo francés y a un partido que, por lo general, no supo sacar las lecciones críticas de lo que representó como fenómeno histórico regresivo el estalinismo y los socialismos burocráticos reales del Este de Europa. En las ultimas elecciones presidenciales, el PC sacó 1,9% de los votos y su militancia ha bajado de manera sustancial, aunque conserva más de 10.000 concejales locales en el país…»

¿Qué evaluación haces del famoso Mayo de 1968?

«Mayo del 68 tiene mucha relevancia hasta nuestros días, tanto por su impacto como por sus limitaciones. Entonces ocurrió la huelga general más fuerte de la historia francesa: 10 millones de trabajadores. Esto rompe el mito de la pura revolución cultural y estudiantil. La huelga de los trabajadores explica el temor de las clases dominantes. Hay una poderosa crítica a la sociedad capitalista como también al estalinismo verticalista y al funcionamiento de «los socialismos reales». Se implementan y defienden nuevas libertades sexuales y de género. Los trabajadores se ponen en huelga general sin pedirle permiso a la dirección de la Central General de Trabajadores (CGT, dirigida por el PC en este entonces), con el argumento de que «a nuestros hijos los están reprimiendo». El conflicto se resolvió con mejoramientos salariales importantes para los trabajadores, con los «acuerdos de Grenelle» entre el presidente de la CGT y el gobierno derechista de le época, momento donde se acuñó la famosa frase «Hay que saber terminar una huelga, compañeros.» Al final era un llamado para que todo volviera al orden anterior en un período donde sí existía la posibilidad y la combatividad obrera para defender una perspectiva de ruptura con la sociedad reaccionaria encarnada por el General De Gaulle. Comienzan a desarrollarse entonces otros sectores anticapitalistas ligados al trotskismo, a los maoístas y a los libertarios. Sobre todo a partir del año 70, donde, entre otras cosas, nace la Liga Comunista, después Liga Comunista Revolucionaria (LCR). Se trata de sectores que se desprenden de la juventud comunista y se encuentran con viejos sectores trotskistas del movimiento obrero y de la cuarta internacional. Los libertarios y el maoísmo cobran también mucha fuerza.»

LA DERECHIZACIÓN DE LA IZQUIERDA INSTITUCIONAL

¿Qué impacto tuvo para la izquierda francesa la implosión del campo soviético?

«Lo anterior continúa en los años 80 y tiene un punto de inflexión con la caída del campo «socialista». Para unos, la conclusión será que terminó en nuestros países (capitalismos centrales del sistema-mundo) toda posibilidad de ruptura anticapitalista o revolucionaria, fortaleciendo las posiciones parlamentaristas, electoralistas y reformista-gradualista; y para otros significó -al contrario- un nuevo período para el movimiento obrero internacional y la toma de las banderas del anticapitalismo para construir otro socialismo posible. Ello coincide con la reorientación acelerada del Partido Socialista que toma el camino de liberalismo y de lo que llaman hoy, y es un eufemismo, la «economía social de mercado». El PS fomenta alianzas con el PC en este sentido político reformista. El PS crece, entonces, electoral y políticamente a costa del PC y el mejor artífice de esta política ha sido François Mitterrand. Desde el 83, el PS en alianza con el PC comienza con las transformaciones contra el Estado de Bienestar y el apego a los ajustes estructurales y a la «austeridad» presupuestaria. Esta participación gubernamental le costará muy caro al PC y el rechazo de una parte de su base social. Hasta hoy esta inclinación hacia el neoliberalismo de la izquierda institucional se expresará en que altos dirigentes del PS francés, sean directores de la Organización Mundial de Comercio (OMC – con Pascal Lamy-) y ostenten la presidencia del FMI (Fondo Monetario Internacional, con Dominique Strauss-Kahn ). Es decir unas de las principales herramientas del capitalismo mundial y del saqueo imperial de los países del sur está dirigida por esta «izquierda»… Nosotros a este fenómeno lo llamamos «proceso de social-liberalización»; es decir, neoliberalismo brutal más algunas políticas asistenciales para los indigentes. Los 90′ fue una travesía en el desierto. La izquierda extraparlamentaria se manifiesta en muchos grupos, en minorías revolucionarias que tienen ideas, pero no llegada a la gente común, al pueblo. Hay mucho divisionismo y dogmatismo. Desaparece, casi por completo, el maoísmo. Y dentro de esta nueva coyuntura, aparecen los llamados a la reconstrucción de una izquierda clasista»

¿Cuáles son las condiciones del movimiento popular y de los trabajadores en Francia hoy?

«Al nivel sindical, existen 6 confederaciones. La CGT se dividió durante las últimas décadas entre centrales de «derecha» y de «izquierda», expresando un rechazo creciente a la hegemonía del PC sobre el movimiento sindical. Por ejemplo, aparece «Solidarios» en 1981, que es una nueva central más radical y dinámica, más joven, que organiza a los sectores más golpeados y precarios: los trabajadores ferrocarriles, empleados públicos de salud, educación y correos, los cesantes, los inmigrantes… Buscan una política unitaria pero claramente clasista. Aparte, existen dos posiciones dentro de la izquierda radical: los que persiguen cambiar y reorientar la CGT por dentro con posiciones clasistas y los que están en «Solidarios» buscando construir un nuevo sindicalismo de lucha. Es necesario mencionar que hay muy buenos sindicalistas de base, obreros del sector privado y empleados públicos, en la CGT también. En regiones, lejos de la dirección nacional burocratizada de la CGT, confraternizan ambas centrales en torno a huelgas unitarias. Hoy se vive una agudización de los conflictos sociales a nivel europeo, pero donde las grandes centrales juegan un papel de freno al movimiento y a la convergencia. En Francia, acabamos de vivir, una secuencia de lucha de clases muy aguda: hubo tomas de fábrica importantes, como Continental o Caterpillar, hubo toda una serie de secuestros de patrones y cuadros de empresas que despiden y deslocalizan para aumentar aun más sus ganancias… Actualmente en una empresa (Molex) se está hablando de requisición por los trabajadores y de control obrero. Este nivel de combatividad excepcional asusta tanto a la burguesía, como al gobierno de Sarkozy. Sobre todo cuando al mismo tiempo se desarrolló la magnífica experiencia del colectivo LKP en Guadalupe, ¡Con una huelga general de 44 días apoyada por todo el pueblo de la isla! Y fue una huelga victoriosa. Los medios de comunicaron intentaron esconderla, pero igual tuvo un impacto muy grande en Francia: la gente dijo sí es posible unirse y ganar frente al gobierno de Sarkozy. Desgraciadamente se conoció poco aquí en América Latina esta experiencia de Guadalupe, que son países hermanos. En Francia, las grandes confederaciones han sido completamente desbordadas por su base. En los últimos meses hubo 3 jornadas de huelga general y el 19 de marzo han salido más de 3 millones de trabajadores a la calle, además de los millones en huelga. Pero las direcciones sindicales no propusieron ninguna perspectiva de huelga reconducible, ni tampoco iniciativas de convergencia de los sectores en lucha, entre empleados públicos y privados, entre trabajadores de planta y precarios, entre trabajadores franceses e inmigrantes. Al contrario; nosotros como universitarios, frente a las reformas privatizadoras del gobierno, estuvimos 3 meses seguido en huelga, hicimos ocupaciones de las ciudades, de los campus, organizamos coordinaciones de movilización: ¡Un hecho inédito! Pero no se logró salir del ámbito. No hubo convergencia, pese a los altos niveles de conflictividad. Esto demostró la falta total de alternativa desde la izquierda institucional. Durante todos estos meses de conflictos sociales, el PS estuvo mudo, ausente, hablando sólo de sus conflictos de poder interno. Esta situación es más fácil explicar cuando vemos que Sarkozy está poniendo en práctica una parte del programa neoliberal del PS (sobre jubilaciones, universidad, flexibilidad del trabajo, en fin).»

¿Qué pasa con la izquierda que no se confunde con el neoliberalismo?

«Estamos ante un proceso largo y histórico para llegar a construir un polo anticapitalista en Francia y en Europa. A partir de 1992 y desde la Liga Comunista Revolucionaria (LCR, donde militaba antes), nosotros decimos que ante un nuevo período caracterizado por la reorganización mundial del capitalismo neoliberal, por el social-liberalismo de la izquierda tradicional y por el derrumbe de los socialismos burocráticos, es preciso crear nuevos movimientos, una nueva organización política y discutir un nuevo programa para la emancipación humana. Pensamos que no hay que quedarse anclados en un principismo dogmático, en teorías que no tienen que ver con la realidad y sobre todo que hay que responder a los problemas reales de la gente. Pero eso sí, rescatando lo mejor de la historia del movimiento obrero y revolucionario internacional. También es necesario tomar en cuenta y escuchar a la nueva generación de militantes sociales que apareció con el ultimo ciclo de la lucha de clases en el mundo y que tiene críticas legítimas que hacer a los partidos de izquierda»

¿Cuáles son las distancias entre los sectores antineoliberales y los anticapitalistas?

«Hay dos posiciones fuertes entre los «antiliberales», que estiman que todavía es posible humanizar o reformar el capitalismo mundial. Nosotros decimos que el antineoliberalismo consecuente es anticapitalismo; no es posible humanizar el sistema. Y la actual crisis mundial refuerza esta idea, sobre todo cuando el sueño de volver al keynesianismo o al Estado de bienestar es una pura ilusión. Y sobre todo pretender hoy salvar al capitalismo sería como proponerse alimentar una enferma que nos va a matar a todos, humanos y ecosistema incluido. Tácticamente, como anticapitalistas, nos definimos con independencia de la socialdemocracia y del PS francés. Estratégicamente, afirmamos la necesidad de la independencia de clase y de la independencia hacia el Estado y su institucionalidad, que quiere atraparnos, moldearnos y domarnos. Nosotros llegamos a la conclusión de que necesitamos un instrumento político al servicio, para y por las clases populares para enfrentar a Sarkozy. Frente a una derecha de combate, contraponemos una izquierda de combate.»

¿Cuál es la relación entre el anticapitalismo y el PC francés?

«El discurso del PC, para justificar aliarse con el PS y cogestionar con él centenares de municipalidades y regiones, es que hay que crear «mayoría en la izquierda». Nosotros queremos crear mayoría popular, cambiando de izquierda en base a un proyecto anticapitalista. Aquí nosotros decimos que para construir una izquierda auténticamente anticapitalista hay que formarla de manera independiente del PS, del social-liberalismo y también de las instituciones dominantes. Pero la idea de dotarse de un partido anticapitalista no es un fin per se ; el partido es solamente un instrumento para la emancipación, al servicio de ella, una herramienta (ojalá transitoria). Se trata de dar representación política a las luchas sociales, a los jóvenes pobladores, precarios, trabajadores organizados, inmigrantes, empleados públicos, etc.»

EL CAMINO

¿Cuál es el origen del NPA?

«Desde los 70′, fracasamos en la organización «desde arriba» de un polo anticapitalista, es decir construir en base a un acuerdo de fusión entre varias organizaciones de la izquierda revolucionaria. Entonces la Liga Comunista Revolucionaria asumió la línea «desde abajo», una política de puertas abiertas, de creación de comités de base en todo el país y de nacimiento de un nuevo partido. Concluimos que la LCR estaba lista para desaparecer, para disolverse y que era el momento de dar un salto cualitativo y cuantitativo. Una apuesta fuerte, de alta incertidumbre, donde la decisión es poner fin a una organización dinámica, de 40 años, en pleno crecimiento: una decisión inédita en la historia reciente. Pero creo que tómanos la buena decisión. Ya desde 2002, realizamos una enorme campaña sobre la prohibición de los despidos. En las elecciones presidenciales nuestro vocero, el joven cartero Olivier Besancenot, obtiene más de un millón de votos y en la presidencial de 2007, 1 millón 500.000 (4% frente a los 1,9% del PC). Además en 2005, hubo una grande campaña unitaria y popular para el «no» al tratado constitucional ultraliberal europeo. Todos estos elementos confirmaban la existencia de un potencial real, la responsabilidad de la LCR para intentar responder al inmenso desfase entre las organizaciones de la izquierda radical y el nivel de combatividad social. El 2007 convocamos públicamente a la conformación de un «nuevo partido anticapitalista», proceso que dura un año, hasta el congreso de febrero de 2008, a través de la discusión en centenares de comités de base, abierto a todas y todos. Desde el principio, los ex militantes de la LCR son franca minoría en los comités, y esa es la idea, para que los resultados del debate provengan genuinamente desde las bases: no se trataba de renovar la LCR, sino de construir una nueva izquierda anticapitalista.»

¿De qué forma se organizan los comités anticapitalistas?

«Los comités se forman territorialmente de manera inicial y llegan a ser 400 a nivel nacional. Después viene el proceso de organización y coordinación por sectores o regiones. A los comités llegan ex militantes comunistas, ex militantes de base del PS, sectores libertarios, pero sobre todo, muchos sindicalistas clasistas independientes, jóvenes pobladores, militantes altermundialistas, ecologistas radicales, feministas sin partido. Por ejemplo, en mi comité somos dos ex militantes de la LCR, y los 12 restantes no tienen nada que ver con nuestro partido de origen. Éramos menos de 3.000 militantes de la LCR en 2007. Hoy somos más de 11.000 dentro del NPA: se concretizó el salto cuantitativo y también cualitativo.»

¿Cómo se vive la etapa inicial de constitución del NPA?

«El proceso se vive con mucha riqueza, mucho debate y por supuesto dificultades, debido a la proveniencia de la convergencia de distintas culturas políticas y organizacionales, donde es preciso trascender los principismos, el sectarismo para superar las identidades particulares o cerradas y forjar una identidad común anticapitalista. Hay que recordar que en el nuevo instrumento llegan medioambientalistas o libertarios que tienen una visión inicial bastante negativa de los partidos y de las formas de poder (y se puede entenderlo conociendo el siglo XX…); y también gente sin cultura política partidaria. De todo, en buenas cuentas. Tuvimos que poner todo sobre la mesa, sin sectarismo: nuestra concepción de un partido, del anticapitalismo, de la transformación social, nuestros referentes teóricos, todo… y ha sido un ejercicio colectivo muy sano, de democracia directa, de discusión con miles y miles de personas en el país»

¿Cómo discutieron los fundamentos de un nuevo partido?

«El proceso se dio por medio de una agenda y textos comunes. Se conformó un comité de coordinación nacional, plural, que en base a las discusiones en las base propuso textos comunes de debate. En un año se discutió todo y se logro redactar colectivamente, por miles de militantes, un texto central sobre los principios fundadores del NPA; otro sobre coyuntura política nacional e internacional y un texto sobre estatutos y organización (Ver: http://www.npa2009.org/node/24 ). La dinámica consistió en una ida y vuelta de conclusiones desde los comités de base hacia el comité nacional, ¡Con miles de enmiendas! Entonces el comité nacional de coordinación clasificó por temáticas las enmiendas para consensuar las posiciones y cuando no había consenso, se enviaban los puntos en conflicto de regreso a los comités para discutir nuevamente. Entre tanto, hubo una reunión nacional con delegados de toda Francia a mitad de año, reuniones regionales de los comités, hasta llegar al Congreso Fundacional en febrero 2008, donde cuando no hubo consenso, simplemente se votó en base a textos diferentes.»

¿Qué aspectos fueron los más debatidos?

«En el congreso participaron 800 delegados elegidos en los comités de base, representando a más de 9.000 militantes. También acudieron delegaciones internacionales de más de 45 países de todos los continentes y centenares de observadores y periodistas europeos e internacionales. Los temas que más se discutieron fueron, por ejemplo, ¡el nombre! ¿Cómo nos vamos a llamar? Un tema no sólo simbólico, trascendental para un partido ¿Revolucionarios, anticapitalistas, socialistas, de izquierda, ecologistas radicales? Había más de 400 nombres propuestos por los comités. Y en el último Congreso votamos entre 8 y ganó el nombre NPA, es decir el mismo nombre provisorio original. Se había propuesto también «Partido Anticapitalista Revolucionario» o «Partido de la Izquierda Anticapitalista»… También hubo otras discusiones políticas esenciales sobre conceptos del «socialismo del siglo XXI» y del «eco-socialismo»: dos conceptos que reivindicamos principalmente para diferenciarse de los «socialismos» autoritarios del siglo XX. Se debatió sobre estrategia de poder y revolución, sobre organización interna y democracia o sobre cómo participar en las próximas elecciones»

¿Cuáles fueron los acuerdos cardinales?

«Claramente quedó establecido que no queremos socialismo burocrático, ni dictatorial. Finalmente se reivindicó el socialismo del siglo XXI, que nos parece un concepto amplio y que abría las avenidas para la discusión (hay que decir que en Europa este concepto no se asocia inmediatamente como aquí en Chile a la experiencia venezolana). La problemática estratégica todavía no está cerrada. Para ilustrar gruesamente, algunos están más cercanos al modelo bolchevique, otros asumen posiciones de ruptura gradual interrumpida, otros reivindican a Louise Michele y la Comuna de París o Rosa Luxemburgo… Hay muchos matices al respecto en el NPA. No hemos resuelto del todo y en detalle cómo se va a romper con el capitalismo (¡nadie lo sabe!), pero sí estamos de acuerdo que será en base a la auto-organización de las clases populares y a formas de huelga general masiva. Por supuesto, tenemos lineamientos generales comunes ligados a la indispensable socialización y control de los principales medios de producción, a romper con la institucionalidad burguesa, a poner fin al modelo productivista insustentable, etc.»

¿Cuáles son los pasos tácticos y cuál la estrategia?

«Otra discusión tuvo que ver con la táctica en política nacional. Un sector minoritario planteó no participar en las elecciones con argumentos libertarios. En el mismo contexto electoral, un sector postuló aliarse con el PC y desprendimientos del PS para enfrentar a la derecha. Y el sector mayoritario afirmó que es necesario mantener la independencia absoluta respecto del PS, sin cerrar el diálogo con otras organizaciones políticas, como Lucha Obrera, Alternativa Libertaria y con comunistas consecuentes. Se decide que los anticapitalistas deben participar en elecciones e ir al Parlamento Europeo. Si vamos a elecciones es para llevar la voz de los movimientos sociales, de los trabajadores, de los sectores excluidos por el capital. Queremos que gobiernen nuestras ideas a través de un movimiento y lucha de clases muy fuerte. Queremos que el pueblo esté en el poder, no que nos atrape el poder. Los elegidos serán controlados por el partido y serán la voz de los trabajadores, no serán administradores del sistema. Tienen que dar cuenta de su trabajo y actuar en base a orientaciones del partido. La idea es colectivizar las figuras del partido, a través de dirigentes obreros, altermundistas, inmigrantes. La participación electoral es puramente táctica; lo estratégico es la ruptura con el capitalismo y su institucionalidad.»

¿Qué principios acordados te gustaría relevar?

«En nuestros principios fundadores (ver nota abajo) está la autogestión socialista, la autoorganización popular y como herramienta, la huelga general reconducible, el control de las fábricas por los trabajadores, la apertura de las cuentas bancarias, la expropiación de los grandes medios de producción y de servicio desde los trabajadores y los usuarios y bajo su control, la implementación de un desarrollo ecológico socialista sustentable. Nuestros principios reivindican un «proyecto de transformación revolucionaria de la sociedad» y la creación de una democracia socialista auténtica, económica y social. Así, al contrario de lo que pueden afirmar algunos grupos dogmáticos o sectarios, no se trata de «liquidar» la herencia del marxismo, sino de utilizarla para intentar construir alternativas reales en el siglo XXI. Los «porfiados hechos» dirán si acertamos o no, pero es impensable quedarse con los brazos cruzados cuando estamos frente al abismo y que el capitalismo está a punto de destruir el planeta. Y sin planeta, de socialismo no habrá…»

LA VIOLENCIA POLÍTICA

¿Existe debate sobre el empleo de la violencia?

«Para nosotros, la violencia y el terrorismo viene históricamente de las clases dominantes y del Estado. Entre otros, citamos en nuestros textos fundadores el ejemplo chileno y del golpe de 1973. Por eso nosotros nos reservamos el derecho irrenunciable a la autodefensa popular. Ahora, con el gobierno Sarkozy, estamos viviendo una fase de fuerte represión en Francia, de control policial de los barrios periféricos, de pérdida de las libertades fundamentales, de lógica estatal xenófoba. En concreto, estamos en condiciones de defender marchas, piquetes de huelga. Pero tenemos muchas cosas que enfrentar en este plano y pensamos desarrollar más nuestro «comisión seguridad» y «formación» en este sentido.»

LA ORGANIZACIÓN POR DENTRO

¿De qué manera se estructuran orgánicamente?

«Más que nunca, la forma tiene que ver con el fondo. Si queremos transformar la sociedad de manera radical, tenemos que cambiar nosotros mismos. Por eso nuestra forma de organización debe expresarse también en modificaciones en nuestras relaciones cotidianas y dentro del partido. En el NPA existe paridad absoluta de género, en todas las instancias: un hombre, una mujer. A nivel interno como en las campañas electorales. La confección de los estatutos, que aún son provisorios, nos ha tomado un año. Creemos que la propia práctica ordena. Los comités son la base soberana del NPA. Su naturaleza es territorial, a nivel de ciudad y departamental, pero también puede ser por sectores económicos (por empresa o por actividad profesional). Los comités eligen a escala departamental o regional una direcció, que le otorga coordinación y centralización al trabajo militante. La dirección nacional esta formada por la Comisión Política Nacional (CPN) elegida por los delegados del congreso nacional. En la CPN participan más de 150 compañer@s elect@s que se reúnen trimestralmente. La dirección nacional elige a un comité ejecutivo de alrededor de 30 personas, encargado del trabajo cotidiano, de atender los problemas de organización diarios o de la relación con la prensa. Todo se hace bajo el control de la CPN y de los comités. Es una dirección colectiva, sin secretario general, compuesta en su mayoría de militantes y trabajadores jóvenes (entre 25 y 40 años). De allí salen los portavoces. Hay derecho de creación de tendencia interna y hasta de fracciones como garantía de la expresión de la democracia interna. Los votos se hacen a la proporcional integral. Así se funciona a nivel interno, siempre con el criterio de autonomía local de los comités, pero siguiendo a la coordinación nacional. Sobre todo, nuestros estatutos aprobaron los principios de rendición de cuenta de los dirigentes y también de rotación y revocabilidad de ellos bajo control de los militantes. Casi todos son trabajadores y siguen en actividad. Queremos evitar los procesos de burocratización o de dirigentes descolgados de la realidad»

¿Qué hay de los Equipos de Trabajo?

«También existen varias comisiones nacionales y locales: comisión sobre el trabajo en empresas privadas y públicas a nivel sindical, con creación de boletines específicos por rama y mucha propaganda en el sector. Existe la «comisión inmigración» de apoyo a la lucha de los inmigrantes «sin papeles», otra de juventud, de formación militante, de disciplina, educación e investigación; de relaciones internacionales (con trabajo por área geográfica: América Latina -a la cual pertenezco-, Mundo árabe, África, Asia, cada uno con boletines de formación y debate específico). El trabajo internacionalista y antirracista es para nosotros fundamental, está al centro de nuestro compromiso político. Al respecto, postulamos a mediano plazo la creación de una nueva Internacional de agrupaciones anticapitalistas, una quinta internacional. Eso ha dado unos primeros pasos concretos en Europa con conferencias de la izquierda europea anticapitalista donde participa un conjunto amplio de organizaciones. A corto plazo, queremos multiplicar los contactos con todas las organizaciones que luchan contra el capitalismo de manera consecuente. Aquí en Chile, nos interesa crear vínculos con el Movimiento de los Pueblos y los Trabajadores y otros organizaciones de la izquierda radical.»

¿Cómo funcionan las comunicaciones?

«Nuestro sistema de prensa se produce a nivel nacional a través del comité ejecutivo. Tenemos el periódico semanal «Todo es nuestro» ; uno mensual, más de profundidad y de análisis, que lleva el mismo nombre; la página de internet que se enriquece diariamente con videos, comunicados de prensa, material militante como afiches o panfletos, etc… Además, en nuestro entorno, tenemos «revistas amigas», no partidarias pero que participan de nuestra reflexión y donde somos varios del NPA quienes escribimos o colaboramos: es el caso de una publicación más teórica, «Contratiempo», fundada por el marxista Daniel Bensaïd, que es trimestral y abierta a todos los pensamientos críticos, en el sentido que se expresan posiciones políticas e intelectuales que van más allá del propio NPA (ver: http://contretemps.eu )«

¿De qué manera se financian?

«En relación al autofinanciamiento de la organización, todo militante debe ser miembro activo (pegatinas, panfletos, venta del periódico, participación en las reuniones) y cotizar mensualmente: somos un partido militante, no una organización para fabricar votos. Para la cotización, elemento importante para todo partido independiente del sistema, hay una parrilla de cálculo basada en que quien tenga más ingresos, más porcentaje de cotización aporta. Es como un impuesto sobre los ingresos que va del 0,5% de los ingresos hasta el 3% para los más afortunados. La cotización mínima es de 5 euros ($4 mil pesos chilenos) para estudiantes y cesantes. La cotización nos permite autofinanciar el NPA. La mitad de las cotizaciones queda a nivel local para su funcionamiento, y la otra mitad para el trabajo nacional. Teóricamente, quien no tenga las cotizaciones al día no puede votar, independientemente de que participe como observador. Pero estamos abiertos a entender toda situación económica difícil por supuesto»

¿Qué criterios emplean respecto de los cargos públicos electos?

«Sobre los cargos públicos electos, ellos no pueden superar los dos mandatos. Sus remuneraciones van a la organización, y la organización les paga un salario de un trabajador medio. Les ayuda en su trabajo comisiones de preparación de las temáticas que tiene que tratar: el partido es un intelectual colectivo que ayuda a pensar y a actuar. Ahora está en discusión los mecanismos de control por parte de la base, el no cúmulo de los cargos y la revocabilidad, como lo que ocurre con los dirigentes del NPA.»

FRANCIA Y CHILE: DIFERENCIAS Y SIMILITUDES

¿Qué distancias sustanciales adviertes entre las formas de dominación capitalista entre Francia y Chile?

«El modo de dominación entre Francia y Chile todavía se diferencia por los niveles de violencia de clase que son muy brutos, muy desnudos en Chile. Estas diferencias son producto de la inserción desigual y combinada diferente de los dos países en el sistema-mundo capitalista. En Francia, país «céntrico» e imperialista, aún hay un colchón social que utiliza el sistema para amortiguar los conflictos sociales. Todavía quedan conquistas sociales que operan: el reembolso por cesantía, la educación y salud gratuitas. Un obrero francés tiene su casa, su auto, tiene seguridad social, su jubilación asegurada, cuanta con infraestructura de primer mundo. Por eso la ruptura con este modelo no parece tan evidente, pese a la degradación de las condiciones de vida muy acelerada en los últimos tiempos. Chile, en realidad, ha sido el laboratorio del neoliberalismo, de los «Chicago boys», no sólo para América Latina, sino para casi todo el mundo.»

¿Cuál es tu mirada sobre la patria más austral del mundo?

«Veo a Chile como una «democracia tutelada», empleando el concepto del sociólogo Felipe Portales. En Chile, el nivel de penetración de las transnacionales está interconectada directamente con la elite política. Se observa en el caso de Pascua Lama, de las salmoneras y en el cobre. Más que nunca el mito de la burguesía nacional como aliada transitoria para los intereses populares es imposible. La Concertación que gobierna el modelo heredado de Pinochet es un claro adversario de las clases populares y de la izquierda y un franco aliado de la clase dominante. Por esta razón, creo que toda reconstrucción de un polo anticapitalista en Chile pasará por una rearticulación de la lucha social en la base, en las empresas, en las poblaciones, en las universidades. Por esta razón, creo que toda tentativa de pacto electoral, como lo está haciendo actualmente el PC chileno con la Concertación, está destinada al fracaso en términos de reconstrucción de alternativas reales e iría a contrapelo de los intereses populares. La reconstrucción de un proyecto de «izquierda de combate» en Chile se hará de manera independiente de la Concertación y del Estado».

¿Qué contradicciones se descubren en Chile en torno a la sustancial capital / trabajo?

«La contradicción capital-trabajo es inmensa, las prácticas antisindicales salvajes, el código laboral data de la dictadura, la represión de los movimientos sociales, del pueblo Mapuche son denunciadas a nivel internacional. Y a esta contradicción se añade otra: la capital-naturaleza. El conflicto entre la explotación de recursos naturales por las transnacionales y la destrucción del medioambiente está en el centro del funcionamiento actual del capitalismo, por tanto, es una lucha que debe ampliar la política anticapitalista. En Chile es brutal lo que está pasando al respecto, particularmente en el sur del país, esto combinado con el no reconocimiento del derecho a la autodeterminación del pueblo Mapuche.»

¿Qué es lo que más te llama la atención del Chile profundo?

«En Chile llama la atención el nivel de «naturalización» del neoliberalismo, producto de 17 años de dictadura, del terrorismo de Estado y después de 20 años de «dictablanda» y de los gobiernos de la Concertación neoliberal. Chile hace parte -hasta el momento- de los modelos ultraliberales «estables». Las clases dominantes lograron a sangre y a fuego, y después gracias a políticas muy eficaces de represión-comunicación-manipulación transformar los ciudadanos en verdaderos clientes-consumidores endeudados, los «ciudadanos-crediticios» de los cuales habla el sociólogo Tomás Moulian en su libro «Chile, anatomía de un mito». En Francia, este fenómeno ha ganado mucho terreno, pero todavía quedan espacios para «la polis», para la política en el buen sentido del término, para la expresión pública del conflicto y de la disconformidad social. En Chile, los espacios públicos están privatizados o marginados, las plazas públicas se trasformaron en Malls, los movimientos sociales están aún muy débiles y atomizados a pesar de antecedentes esperanzadores como los pingüinos, los Mapuches o la lucha de los subcontratistas mineros. Otra similitud entre Francia y Chile, es la «farandulización» de la política: lo que llamamos allá la «peepolización» alcanzó niveles nunca imaginados con Berlusconi en Italia o Sarkozy en Francia. Es también el caso en Chile con la candidatura de Marco Enríquez Ominami. A nivel mundial, existe un espacio mediático corporativo que es gravitante y hace política… para sus propios intereses. La problemática de los medios de comunicación y de su democratización radical es otro tema que la izquierda tiene que retomar».

Andrés Figueroa Cornejo es periodista y miembro del Movimiento del Pueblo y de los Trabajadores (Chile).

Nota


Principios fundacionales del NPA accesibles en español en:

www.generacion80.cl/documentos/download1.php?nombre_archivo=Principios_Fundacionales_del_NPA.pdf

(Traducción realizada por generacion80.cl)

www.npa2009.org