Tras la victoria de los socialistas en los comicios griegos de la semana pasada, se abre un nuevo y esperanzador capítulo en las tensas relaciones entre Grecia y Turquía, que podría resolver el conflicto de la dividida isla de Chipre. Giorgios Papandreu, el nuevo primer ministro griego, eligió a Turquía como destino de su primer […]
Tras la victoria de los socialistas en los comicios griegos de la semana pasada, se abre un nuevo y esperanzador capítulo en las tensas relaciones entre Grecia y Turquía, que podría resolver el conflicto de la dividida isla de Chipre.
Giorgios Papandreu, el nuevo primer ministro griego, eligió a Turquía como destino de su primer viaje oficial, luego de la victoria. Este gesto de acercamiento se condice con las acciones diplomáticas conciliadoras efectuadas por el propio Papandreu cuando fue ministro de Relaciones Exteriores entre 1999 y 2004.
Más de tres décadas de distancia
Luego de la independencia de Gran Bretaña en 1960, Chipre, habitado en el sur por griegos y en el norte por turcos, vivió enfrentamientos entre ambas comunidades, que tornaron caótica su propia existencia.
En 1974, un golpe de Estado apoyado por Grecia provocó la reacción militar de Turquía, que invadió el norte de la isla y proclamó la República Turca del Norte de Chipre, un país que hasta el día de hoy no es reconocido por la comunidad internacional. Así, Turquía evitó que Chipre se anexara a Grecia.
Los distintos planes de reconciliación encabezados por la ONU tuvieron el fracaso como denominador común. El último intento fue el denominado Plan Kofi Annan, por el cuál se tendía la mano a ambas comunidades para que lograran la reunificación a través de un referéndum popular.
Los chipriotas eran conscientes de que la unión convertiría a la isla en un miembro más de la Unión Europea (UE).
Las presiones de Turquía sobre la parte turco chipriota produjeron que esta comunidad aceptara la reunificación con sus rivales del sur, ya que este sería el primer paso del ingreso turco en la UE. Sin embargo, en el plebiscito de 2004, el 76 % de los votantes greco chipriotas la rechazó, sabiendo que de todas maneras el sur de Chipre ingresaría a la Comunidad.
De esta manera, en mayo de 2004 cuando Chipre accedió a la Comunidad, Europa violó el principio de que ningún país dividido pudiese convertirse en miembro pleno. Desde ese momento Turquía rechaza el ingreso de barcos chipriotas en sus puertos, lo que generó roces con la UE, hecho que aleja al país musulmán de su posibilidad de integrarse a los Veintisiete.
Razones económicas
La compleja trama de relaciones comerciales que se ven afectadas por la división de Chipre genera la voluntad de acercamientos de todos los sectores. El avance geopolítico y económico turco, cuya influencia está cada vez más consolidada en Medio Oriente, el Cáucaso y en Asia Central, se produce al mismo tiempo de que Turquía se convierte en intermediario energético entre Rusia, Europa e Israel.
Esta importancia aumenta con el crecimiento del mercado interno turco, que a pesar de la desaceleración económica mundial, muestra signos de progreso.
Turquía, es miembro de la OTAN desde la década del cincuenta, mantiene excelentes lazos con Siria, Irán, Rusia, UE, Israel, y todos los países de la región, y hasta firmó un protocolo para normalizar las relaciones con Armenia.
Sus posibilidades de ingreso a la Comunidad Europea mermaron por causa de la crisis mundial y por las reticencias de Francia y Alemania, pero las reformas que Turquía está implementando para lograr la ansiada membresía podrían convertir por primera vez a un país musulmán en parte de la UE.
Las condiciones para el acercamiento definitivo entre griegos y turcos están dadas El presidente de la República de Chipre tiene la misma base ideológica y partidaria, que su par turco chipriota. Y lo mismo ocurre con el nuevo primer ministro griego y el ministro de Exteriores turco.
El creciente y fructífero mercado negro de comercio entre ambas comunidades de Chipre y entre Chipre griego y Turquía predispone a que se reanuden los vínculos, ya que al legalizarse se generarían nuevos mercados para todas las partes.
En marzo de 2007 el gobierno greco chipriota derribó la muralla que dividía simbólicamente a la capital de Chipre con la república turco chipriota. A partir de ese hecho sucedió una etapa de distensión militar de las tropas que Turquía mantiene en la frontera entre ambas comunidades chipriotas.
Es seguro que el triunfo de Papandreu en Grecia va a acercar las posiciones y va a crear la base de un entendimiento regional del cuál todas las partes se van a beneficiar. Sin embargo, Turquía no debe abandonar a los turco chipriotas ni utilizar a esta comunidad como moneda de cambio para su ingreso en la UE, pero debe ceder en su influencia en el norte de la isla en este momento que no existen posibilidades de que Grecia pretenda anexarla.
Más allá del floreciente comercio ilegal y el entendimiento político entre ambas comunidades, los escépticos vislumbran otro fracaso en el acercamiento y en la reunificación de la isla, principalmente porque varios miembros de peso dentro de la UE pretenden mantener alejada a Turquía y evitar una nueva expansión de la Comunidad hacia el este.
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