El opositor prorruso Viktor Yanukovich se impuso ayer en la primera vuelta de las elecciones presidenciales y el próximo 7 de febrero se enfrentará a la actual primera ministra, Yulia Timoshenko, quien llamó a la «unidad de las fuerzas democráticas» de cara a la segunda ronda.
No hubo sorpresas ayer las elecciones presidenciales de Ucrania, en las que el líder opositor prorruso Víctor Yanukovich fue el vencedor y deberá enfrentarse, en una segunda vuelta del 7 de febrero, a la primera ministra, Yulia Timoshenko, según los sondeos a pie de urna.
Yanukovich y Timoshenko fueron los más votados de los 18 candidatos a la Jefatura del Estado, en una jornada en que ninguno de los aspirantes a la Presidencia, siempre según estos sondeos, consiguió la mayoría absoluta necesaria para vencer en la primera ronda.
El líder opositor habría obtenido en torno al 35% mientras que la jefa del Gobierno, alrededor del 25%.
El presidente saliente, Victor Yushenko, héroe de la Revolución Naranja de fines de 2004 que lo llevó entonces al poder y ahora muy impopular, habría terminado en quinta posición con sólo el 5,61% de las papeletas, lo que puso punto final a su sueño de reelección. Habría quedado por detrás del banquero Serhiy Tyhypko, que con un 13,14% se habría situado en tercer lugar, y del ex presidente del Parlamento Arseny Yatsenyuk, quien habría logrado el 6,87%.
De acuerdo con la Comisión Electoral Central (CEC) de Ucrania, la jornada de votación transcurrió en calma y aunque los candidatos denunciaron algunas irregularidades, ninguna ha sido considerada capaz de cuestionar los comicios.
Los datos de participación, aún parciales, indican que ésta fue inferior en varios puntos porcentuales a la registrada en primera vuelta de las anteriores presidenciales, cuando participó el 74,92% del censo, equivalente a unos 36,5 millones de ciudadanos. En esta ocasión, la participación ha sido del 65,87%.
Nada más conocer los resultados de los sondeos a pie de urna, el candidato a presidente del Partido de las Regiones, Viktor Yanukovich, hizo un llamamiento a los votantes de los otros candidatos para que le den su apoyo en la segunda vuelta.
«Me gustaría volverme a los votantes que votaron a otros candidatos par que sepan que su voto será tenido en cuenta en los programas que pronto comenzaré a preparar», afirmó.
En cuanto a las posibles alianzas, prefirió esperar los resultados oficiales para hablar de negociaciones con los candidatos que quedaron fuera de la carrera presidencial.
Llamada a la unidad
Por su parte, Yulia Timoshenko, llamó a la «unidad de las fuerzas democráticas en la segunda ronda». «A partir de hoy -por ayer- estoy dispuesta a negociar para que las fuerzas democráticas podamos avanzar juntos», dijo Timoshenko.
Según Timoshenko, en común las «fuerzas democráticas» consiguieron hoy más del 60% de los votos. «Debemos conseguir que en la segunda ronda Yanukovich no obtenga un solo voto más», recalcó.
La conocida como «Juana de Arco» ucraniana dijo comprender a quienes votaron por Serhiy Tyhypko y Arseny Yatsenyuk, situados tras ella. «Ellos quieren cambios y yo podré garantizarles los cambios que ellos esperan», aseveró.
También tuvo palabras para los ucranianos que apoyaron la candidatura del actual presidente, Víctor Yuschenko, a quien los sondeos sitúan en quinto lugar. «Ellos quieren que Ucrania sea un Estado independiente y soberano, un Estado europeo. Quiero decirles a todos los que votaron por Yuschenko que ése es el desarrollo de Ucrania que yo garantizaré», remarcó.
La polémica en torno a las elecciones ucranianas de ayer la protagonizaron cientos de «observadores» georgianos acusados de sembrar la confusión en el este del país. Ciudadanos georgianos llegaron ayer en vuelos chárter a Ucrania con la intención de ejercer de observadores pese a no haber cumplido los requisitos necesarios. El número y la razón de su llegada al país es confusa pero no se excluía que formaran parte de una operación especial del presidente georgiano, Mijail Saakashvili, para ayudar a sus aliados Timoshenko y Yushenko, mediante la presión en la región de Donbas, base del poder de Yanukovich.