Después de 18 meses de investigación, las autoridades guatemaltecas han arrestado cinco personas sospechadas del asesinato en 2008 del ex comisario de la DISIP venezolana Víctor «Zacarias» Rivera Aguaje, un viejo colaborador de la CIA quién fue asesor del Ministerio guatemalteco de Gobernación hasta que lo despidiera el gobierno Colom por haber creado su estructura […]
Después de 18 meses de investigación, las autoridades guatemaltecas han arrestado cinco personas sospechadas del asesinato en 2008 del ex comisario de la DISIP venezolana Víctor «Zacarias» Rivera Aguaje, un viejo colaborador de la CIA quién fue asesor del Ministerio guatemalteco de Gobernación hasta que lo despidiera el gobierno Colom por haber creado su estructura paralela de investigación.
Los sospechosos, según una comunicación oficial, hacen parte «de una banda bien organizada de delincuentes». Entre ellos se encuentra un militar, el teniente coronel de infantería Cruz Magdaleno Reyes García,
Otro individuo, Juan José Vásquez, un ex detective privado de 41 años, fue capturado unos días antes por la Policía de Los Ángeles, Estados Unidos.
El asesinato de «Zacarias» tuvo lugar el día 7 de abril de 2008, aproximadamente a las 11 PM cuando se desplazaba en su vehiculo en el boulevard Vista Hermosa de la capital guatemalteca en compañía de su ayudante, María Melgar, con quien había estado reunido junto con otras en un restaurante del sector. Dos hombres armados lo alcanzaron con armas de fuego de 9 milímetros y 0.4 pulgadas,
«En conexión» con la embajada USA
Poco después del momento, en 1986, donde Luis Posada Carriles tuvo que abandonar la operación de trafico de armas y droga que dirigía en la base aérea salvadoreña de Ilopango por cuenta de la CIA al estallar el escándalo Iran-Contra, propia agencia de inteligencia lo colocó entre los asesores venezolanos que controlaban oficialmente entonces la Policía Nacional (PN) salvadoreña, bajo las ordenes del agente Víctor «Zacarias» Rivera y «en conexión» con la Embajada yanqui, según los propios términos de este individuo.
Años después, «Zacarias» afirmó en una entrevista con el diario Prensa Libre de Guatemala, que llegó a San Salvador «a finales de 1982 y principios del 83», luego de abandonar la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP) venezolana, y hasta 1987, fungió como asesor en inteligencia militar de José Napoleón Duarte.
Encabezó luego el contingente de asesores policiacos procedentes de Venezuela y enviados a Centroamérica por la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. que desarrollo lo que él mismo llamó un «esfuerzo de asesoramiento» de los organismos de seguridad pública, creando unos «grupos de ejecución extrajudicial».
En la entrevista, el mercenario confesó que su grupo estaba «en conexión» con la Embajada de Estados Unidos.
Al sumarse a la fuerza represiva, Posada se reunió también con su ex colega-torturador de la DISIP venezolana, Hermes Rojas Peralta, ahora a cargo de la policía en el Estado de Miranda en Venezuela.
Documentos de la época, indican que los agentes de origen cubano y venezolano infiltraron asesores en todas las estructuras clave de los órganos de represión del gobierno Duarte, con un financiamiento oculto de laCIA.
Por otro lado, el ex agente de la DEA, Celerino Castillo, vincula directamente a «Zacarías» con la operación que habìa dirigido Posada Carriles por cuenta de la CIA en Ilopango donde se encontraba entonces Félix Rodríguez Mendigutía, connotado agente de la CIA terrorista que se dice el asesino del Che Guevara..
Victor «Zacarias» Rivera «era un agente encubierto que tenían ellos (la CIA)», precisa Castillo y añade una confirmación: «Estaban entrenando a los escuadrones de la muerte».
Una misma conexión terrorista
Luego de un escándalo (intento encubrir a policías que asesinaron a un estudiante), «Zacarías» salió de El Salvador para irse a Guatemala donde llegó a asesorar al gabinete de Seguridad del presidente guatemalteco Álvaro Arzú por recomendación del ministro salvadoreño de Seguridad Hugo Barrera, gran socio de Posada.
Entre 1997 y 2000 Rivera fue asesor del entonces director de la PNC, Mauricio Sandoval, otro socio de Posada, antes de regresar a Guatemala como asesor del Ministerio guatemalteco de Gobernación.
En 2008, investigó el homicidio de tres parlamentarios salvadoreños y su conductor. Fue el primero que, el año pasado, tuvo acceso a los policías que ejecutaron a los parlamentarios..
Estos policías fueron asesinados por un comando armado que entró al penal de máxima seguridad el 25 de febrero de 2008.
Rivera fue luego destituido como asesor de Gobernación el siguiente dia 1 de abril por el presidente Àlvaro Colom.
La Unidad de Fiscalía Especial de Apoyo a la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) asumió luego la investigación después que fuera apartado de la investigación el Fiscal Álvaro Matus por irregularidades en el manejo del caso.
El nombre operativo de Victor Rivera en Guatemala era «Frank» y se lo identificó a grupos de extermino que operaban en el El Salvador, afirmó el diario El Faro.
El rotativo reportó que sus fuentes aseguran que el operativo para asesinar a los diputados salvadoreños se conoce como «las tres V», por los nombres de los tres oficiales de seguridad (Víctor Soto, ex jefe de Investigación Policial, Víctor Rivera «Zacarías» y Víctor Rosales, director de centros Penales de Guatemala).
Entre las numerosas amistades de Luis Posada Carriles al más alto nivel del partido ARENA de El Salvador, vinculado con el asesinato del Obispo Oscar Arnulfo Romero, Posada tuvo de complices al viceministro de Seguridad, Hugo Barrera; Mario Acosta, Ministro del Interior y hoy un influyente politico; Rodrigo Ávila, director de la Policía Nacional Civil (PNC) quién fue candidato en las últimas elecciones presidenciales; y Mauricio Eduardo Sandoval Avilés, que durante los años noventas fue jefe del Organismo de Inteligencia del Estado para pasar luego a la jefatura de la PNC.
Todos fueron también socios de Rivera.
El diario salvadoreño La Prensa Gráfica citó hace poco un informe de inteligencia salvadoreño donde se asegura que Posada y Rivera nunca perdieron contacto en el curso de los años, y que «Zacarías» formó parte de las células terroristas que Posada formó tanto en El Salvador como en Guatemala.
Entretanto en Estados Unidos, donde Posada vive hoy de refugiado de lujo, la administración Obama sigue pretendiendo, como la de Bush, ignorar todo del pasado criminal de su agente de tantos años en la guerra sucia que se libra contra América Latina.
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