A pesar de haber intentado retrasarlo durante bastante tiempo, al final el pueblo irlandés será llamado a las urnas para elegir un nuevo Parlamento que intente poner fin no sólo a la crisis económica, sino también a la crisis política que sacude el país. El Taoiseach (primer ministro de la República de Irlanda) Brian Cowen […]
A pesar de haber intentado retrasarlo durante bastante tiempo, al final el pueblo irlandés será llamado a las urnas para elegir un nuevo Parlamento que intente poner fin no sólo a la crisis económica, sino también a la crisis política que sacude el país. El Taoiseach (primer ministro de la República de Irlanda) Brian Cowen se vio obligado ayer a anunciar que las elecciones anticipadas serán el 11 de marzo . A pesar de haber superado Cowen el voto de confianza al que se sometió el martes ante el grupo parlamentario de su partido, el Fianna Fáil, y que provocó la dimisión de algún ministro crítico (como el de Exteriores, Micheál Martin), la imposibilidad de nombrar nuevos ministros para cubrir las vacantes ha terminado de doblegar al Taoiseach. Cowen fue acusado de forzar una crisis de gobierno para poder ascender en el ejecutivo a políticos del FF poco conocidos para promocionarlos de cara a las elecciones. Unos comicios en los que se espera el hundimiento del Fianna Fáil, el partido que fundó De Valera y que ha sido el partido hegemónico en la Irlanda, pero que, según los sondeos, podría ser adelantado no sólo por el Fine Gael (democristiano) y por los laboristas, sino incluso por el mismísimo Sinn Féin de Gerry Adams.
Tras el escándalo que se organizó después de que dimitieran cinco ministros (los de Transportes, Noel Dempsey; de Sanidad, Mary Harney; de Justicia, Dermot Ahern; de Defensa, Tony Killeenen; y de Empresa, Comercio e Innovación, Batt O’Keeffe) lo que parecía una maniobra de Cowen para forzar una crisis de gobierno, se tuvo que suspender la sesión parlamentaria en curso. Los Verdes, socios de la coalición gobernante, habían manifestado horas antes, en boca de uno de sus miembros, Paul Gogarty, que las dimisiones representan un «plan orquestado que poco tiene que ver con el interés del país y mucho con los del Fianna Fáil» . El Primer Ministro compareció luego en la Dáil -en una sesión de la que estaban significativamente ausentes los Verdes- y anunció que las elecciones serán el 11 de marzo y que las vacantes en el ejecutivo serán cubiertas por otros ministros que doblarán sus responsabilidades . De esta forma, la ministra de Educación, Mary Caughlan, se encargará también de Sanidad, o Brendan Smith, hasta ahora al cargo de Agricultura, pasará también a responsabilizarse de Justicia. La dedicación múltiple también se dará para Éamon Ó Cuív, ministro de Protección Social y ahora también de Defensa; de Pat Carey, que compatibilizará los asuntos linguísticos con Transporte; o Mary Hanafin, que combinará Turismo con Empresa.
La convocatoria significa recortar en tres años y tres meses una legislatura que ha estado marcada primero por la precipitada dimisión del anterior Taoiseach, Bertie Ahern, luego por la brutal crisis económica y financiera del país y finalmente por la operación de rescate que tuvo que pedir el Gobierno a la UE y el FMI.
Brian Cowen ha visto así evaporarse el escaso crédito político que le quedaba. Presionado desde hace días para que presente su dimisión, el domingo decidió someterse a un voto de confianza de su propio grupo parlamentario que ganó en la noche del martes. Esa crisis dio argumentos al entonces ministro de Exteriores, Micheal Martin, para dejar el Gobierno y confirmar así su ambición de suceder a Cowen al frente del partido. Este no aceptó la dimisión el domingo pero sí el pasado martes, tras superar el voto de confianza. El propio Cowen ha asumido las funciones de la cartera de Asuntos Exteriores.
Otros cinco ministros, todos ellos al final ya de su carrera y sin intención de presentarse a las próximas elecciones, dimitieron entre el miércoles por la noche y el jueves por la mañana en lo que se interpreta como una maniobra de Cowen para retrasar las elecciones y rodearse de caras nuevas ante los comicios. El tiro le salió por la culata al Primer Ministro y, ante el peligro de perder el apoyo de los Verdes, se vio forzado a fijar la fecha electoral. Tanto el Gobierno como la oposición de Fine Gael están de acuerdo en que antes de votar hay que aprobar los presupuestos y la legislación que les acompaña.
Fuente: http://innisfree1916.wordpress.com/2011/01/21/irlanda-vota-el-11-de-marzo-por-fin/