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Entrevista a TEJE (Travailler Ensemble Jeunes et Engagés sobre el nombramiento de Álvaro Uribe como profesor de la Escuela de Ingenieros de Metz)

«Este nombramiento fue posible por los lazos económicos y la estrecha relación que tiene Uribe con el director de esta escuela»

Fuentes: Rebelión

¿Qué es TEJE? ¿Quiénes forman parte de su asociación? Somos una red de estudiantes y egresados de universidades francesas. Conformada en el 2008, la asociación está presente en varias ciudades de Francia y está compuesta en gran parte por colombianos, pero cuenta entre sus miembros a jóvenes franceses y latinoamericanos. Su nombre en español hace […]

¿Qué es TEJE? ¿Quiénes forman parte de su asociación?

Somos una red de estudiantes y egresados de universidades francesas. Conformada en el 2008, la asociación está presente en varias ciudades de Francia y está compuesta en gran parte por colombianos, pero cuenta entre sus miembros a jóvenes franceses y latinoamericanos. Su nombre en español hace alusión a tejer lazos con otros grupos y personas, y además «Travailler Ensemble Jeunes et Engagés», que es de donde proviene el acrónimo TEJE, significa «Trabajar juntos jóvenes y comprometidos». Trabajamos en diferentes temáticas como la solidaridad local, la solidaridad internacional y la multiculturalidad. Entre nuestros objetivos se encuentran el establecimiento de diálogos a partir de la diversidad y la difusión de las culturas de los pueblos de nuestro continente, el Abya Yala (fragmentado con nombres legados del colonialismo europeo como «latino-américa» o «hispano-américa»). Creemos además que la tolerancia, el respeto y el diálogo son más eficientes para la construcción de la paz en Colombia, que la lógica de violencia sistemática establecida desde la colonia. Ente otras cosas, estamos estableciendo un centro de recursos documentales sobre nuestro continente. Nos interesa particularmente la información respecto a las dinámicas relacionadas con Latinoamericana, tratando de tener una perspectiva amplia de lo que pasa para poder informar al público en Francia, que muchas veces dispone de una información muy parcializada sobre estos países.

Ustedes están haciendo una campaña en contra del nombramiento de Álvaro Uribe Vélez como profesor de una institución universitaria. ¿Qué institución es? ¿Quiénes han tomado esa decisión? ¿Por qué creen que han pensando en el ex presidente colombiano?

Cuando nos enteramos del nombramiento de Uribe en el ENIM, decidimos comenzar una campaña para manifestar nuestra indignación e informar sobre este personaje. Nos parece que Francia, tierra que se reivindica defensora de los derechos humanos, no debe permitir que personajes como Uribe, acusado de violaciones a los derechos humanos, sean un ejemplo para su juventud y utilicen este tipo de puesto para forjarse una especie de respetabilidad internacional.

La ENIM es una escuela de ingenieros en la ciudad de Metz, que suscribió contratos bajo el gobierno de Uribe. Varias fuentes como «La silla vacía» han informado que Uribe tiene un vínculo contractual con esa escuela. Incluso, en el sitio Internet de la Escuela se leía: «por medio del Sena y de su ex-director, Darío Montoya, Álvaro Uribe contrató con la escuela francesa la modernización de centros de formación colombiana con el fin de satisfacer las necesidades en las zonas industriales del país». Después de esto, tanto Uribe como Montoya son ahora profesores en esta escuela. Pensamos que gracias a este vínculo económico, y la necesidad actual de Uribe de buscar una aceptación internacional, se logró este nombramiento. El director de la Escuela lo expuso muy orgullosamente en un principio en su página principal, pero luego de nuestras denuncias retiró la información.

¿Qué razones esgrimen ustedes en contra de su nombramiento? Otros ex presidentes, pienso por ejemplo en José María Aznar, también han sido nombrados profesores visitantes y no ha habido mucho revuelo y tampoco el currículum del señor Aznar es deslumbrante.

El gobierno de Uribe, no sólo es escandaloso por corrupción sino también por violaciones de derechos humanos. Bajo el gobierno de Uribe se desarrollaron prácticas inimaginables, se estableció el pensamiento único, de «o están conmigo o están contra mí». La estigmatización de líderes sindicales, comunales, periodistas, defensores de los derechos humanos, políticos de la oposición, a quienes el ex-presidente señaló abiertamente como terroristas, hizo que hoy en Colombia pensar diferente puede traer consecuencias nefastas para las personas o sus familias.

A través de su política de «seguridad democrática», con la cual prometió traer la seguridad al país, comenzó a pagarles a campesinos y estudiantes para que denunciaran a sus compañeros, vecinos, conciudadanos. Muchas personas han tenido que huir del país para refugiarse en países como España o Francia.

Colombia conoce un conflicto armado desde hace 60 años y Uribe negó este conflicto, negando igualmente las víctimas y el dolor de ellas. Para legalizar los grupos armados paramilitares, que siendo gobernante de Antioquia y por medio de las agencias de seguridad privada «las Convivir», había contribuido a institucionalizar, Uribe pasó la controvertida ley de «justicia y paz». Mediante esta ley de negociación con los grupos terroristas de extrema derecha, con la cual prometió salarios y una reinserción en la vida ciudadana a los verdugos, verdad y justicia para las víctimas se tradujo en fraude e impunidad. Cuando los grandes líderes paramilitares, responsables de masacres, fosas comunes, hornos crematorios, comenzaron a hablar implicando aliados políticos de Uribe en sus crímenes, él decidió extraditar a los jefes máximos a Estados Unidos, para que ya no fuesen juzgados por crímenes contra la Humanidad, sino por narcotráfico. Esta pérdida de soberanía, significó para las víctimas la impunidad, el silencio, el no conocer donde fueron a parar sus seres queridos asesinados por los paramilitares. Bajo su mandato la impunidad alcanzó el 98%, según las organizaciones de victimas. Los asesinatos que cometieron, y que siguen cometiendo los paramilitares ya que continúan operando, sirven para apoyar el modelo neo-liberal de usurpación de las tierras fértiles del país y para acabar con los movimientos sociales, como el sindicalismo. Bajo el gobierno de Uribe, Colombia se convirtió en el país donde la tasa de asesinato de sindicalistas es la más alta del mundo. Empresas multinacionales como la bananera Dole, han sido condenadas en Estados Unidos por financiación de estos escuadrones de la muerte. Así, millones de campesinos fueron obligados a abandonar sus tierras mediante el terror y más de 7 millones de hectáreas fueron usurpadas, según fuentes oficiales. Como colombianos, franceses y latinoamericanos, conscientes de estos hechos, es para nosotros un deber darlos a conocer a la opinión pública, y a los estudiantes de esta escuela y ciudadanos de Metz, que acogen a un personaje como Álvaro Uribe.

Insisto sobre este punto. En el comunicado que han publicado señalan que el controvertido presidente de la República colombiana entre 2002 y 2010, «ha estado implicado en numerosos casos de violación de Derechos Humanos». ¿Podrían dar algún ejemplo?

Para citar algunos, se encuentran los mal llamados «falsos positivos» que no son más que asesinatos extrajudiciales de civiles, mostrados como guerrilleros dados de baja para inflar estadísticas que permitieron darle popularidad al gobierno de Uribe. Estos crímenes fueron cometidos directamente por militares que prometían trabajo en gran parte a jóvenes desplazados en busca de un futuro mejor, quienes eran encontrados de un día para otro a 300 kilómetros de su residencia muertos y disfrazados de guerrilleros. Esta práctica duró mucho tiempo antes de que fuese descubierta. Hoy la ONU estima a 3000 estos casos.

Podemos hablar también del desplazamiento forzado que produjo su política de «seguridad democrática». Millones de campesinos que se encontraban en la zonas declaradas objetivos militares (l’ACNUR habla de 3,75 millones), tuvieron que dejar sus tierras, sus bienes y a veces sus familiares, que sucumbieron acusados de ser colaboradores de la guerrilla. Más de 74 mil indígenas desplazados, que coincidencialmente, huyen de sus territorios apetecidos por las multinacionales mineras. Estos casos como otros, están directamente relacionados con las políticas implementadas por el gobierno durante la era Uribe como jefe de Estado.

Afirman también que el señor Uribe ingresó en el panorama político «gracias a las maniobras perpetradas en contubernio con narcotraficantes y líderes de los ejércitos paramilitares, los cuales ayudó a fundar desde los años 80». ¿No exageran? ¿Un presidente aupado a los hombros de narcotraficantes y ejércitos de paramilitares? ¿Tienen pruebas de ello?

En Internet se pueden ver archivos desclasificados de la CIA. En uno de ellos se señala a Uribe en una lista relacionada con el mundo del narcotráfico en Colombia, donde él aparece en el puesto número 82. Esto durante la época en la que él era parlamentario. Álvaro Uribe, mientras fue gobernador de Antioquia entre 1995 et 1997, ayudó a legalizar las Convivir, agencias de seguridad privada que se convirtieron posteriormente en los grupos paramilitares. Ni qué decir de todo el soporte que se le dio a estos grupos, ligados directamente con el tráfico de drogas, durante la era Uribe, que en vez de desmovilizarse mutaron en grupos armados con más poder de intimidación que antes. Las pruebas están, hay que ver no más cómo van cayendo uno por uno sus aliados políticos. Su primo y ex-presidente del congreso, sus ministros, sus parlamentarios, están siendo juzgados o han sido condenados. Esto es tan escandaloso, que Uribe ha llegado incluso a atacar a la Corte Suprema de Justicia, a la cual ha acusado de colaborar con el terrorismo.

Señalan ustedes también que Álvaro Uribe llegó a espiar, por medio del DAS, los servicios secretos del estado colombiano, no sólo a opositores, periodistas y defensores de derechos humanos sino también «a algunos miembros del Parlamento Europeo». ¿Podrían recordarnos estos hechos? ¿Para qué ese espionaje?

Para lograr su política de pensamiento único, Uribe, quien nombra directamente al jefe de la policía secreta, DAS, puso este organismo a su servicio para desprestigiar, estigmatizar, atacar y amenazar a las personas que se oponían a su gobierno. Se encontraron pruebas en este organismo, en las que periodistas, sindicalistas, abogados, líderes comunales, indígenas, defensores de derechos humanos y líderes de la oposición, habían sido declarados como objetivos de la policía secreta.

También se descubrió recientemente la operación Europa, cuyo objetivo eran las organizaciones internacionales como el Parlamento Europeo, la sub-comisión de derechos humanos de la ONU y otras organizaciones de defensa de derechos humanos europeas, con el objetivo de desprestigiarlas.

Hoy hay dos procesos en Europa, uno en España y otro en Bélgica, luego de las denuncias entabladas por las víctimas directas de estos ataques. Además, hay un proceso en Colombia contra el propio presidente por este caso llamado «DasGate».

Ustedes recuerdan que el señor Uribe instauró políticas de recompensas: prometió a los soldados primas e incentivos por cada guerrillero caído en combate, los «falsos positivos» de los que hablaban, 3.000 personas asesinadas, afirman, «de los cuales muchos eran jóvenes de barrios, asesinados a sangre fría y presentados como guerrilleros muertos en combate». Además de denunciar el crimen hablan ustedes de guerrilleros, no de terroristas. ¿Es algún error?

El terrorismo es un término que los gobiernos y los medios de comunicación han venido repitiendo indiscriminadamente luego de los atentados a las torres gemelas en Nueva York y la posterior intervención en Irak, justificada por Bush como una guerra «contra el terrorismo». La palabra «terrorista» tiene una connotación muy amplia y poco precisa. En todo caso, si se habla de «jóvenes de barrios, asesinados a sangre fría y presentados como guerrilleros muertos en combate», es porque así fue presentado este escándalo por diferentes medios en Colombia como Noticias Uno o la revista Semana, entre otros. Y porque ha sido confirmado por organismos internacionales, como la ONU.

 

Recuerdan ustedes los nombres de Jaime Acosta, de Nicolás Neira, de Jhonny Silva. ¿Qué pasó? ¿Quiénes fueron?

Los tres son estudiantes que perecieron bajo las balas de los ESMAD, Escuadrones Móviles Anti-disturbios, que en diferentes oportunidades entraron a las universidades y causaron varias víctimas, entre ellas estos tres jóvenes. Los nombramos porque en el contexto del conflicto armado en Colombia, muchas veces sólo se ven cifras que indican millones de muertos, deshumanizando así el conflicto armado. Pero todas las víctimas de esta guerra absurda, que extiende sus raíces al propio Estado, tienen un nombre y una historia personal propia: Jaime Acosta, Nicolás Neira, Jhonny Silva son sólo algunos entre millones cuyos familiares y allegados nunca olvidarán. Y nosotros tampoco.

La Escuela Nacional de Ingenieros de Metz, recuerdan, ha afirmado que «no podía pretender tener mejor embajador. No se tiene todos los días al antiguo presidente de un país como profesor». ¿Dónde viven los rectores o decanos de la Escuela Nacional? ¿En Plutón? ¿No saben quien es Álvaro Uribe? ¿Es acaso un eminente ingeniero?

Uribe no es un eminente ingeniero, ni siquiera estudió ingeniería; como dijimos antes, este nombramiento fue posible por los lazos económicos y la estrecha relación que tiene Uribe con el director de esta escuela, el Sr. Padilla. Recordamos también que Uribe le otorgó directamente la ciudadanía colombiana.

Todo esto puede influir en la percepción del director del ENIM, sobre quién es este ilustre personaje. Cuando se le interroga sobre cómo puede contratar a alguien controvertido como Uribe, y se le nombran los casos de violaciones de derechos humanos, corrupción, ataques a la democracia, etc., él se limita a decir que no se entromete es los asuntos internos colombianos.

Lo que es realmente sorprendente es que entre los alumnos, docentes y el consejo de administración de esta escuela no haya habido el menor revuelo por este nombramiento. Pero bueno, es comprensible cuando vemos como los medios de comunicación de masas en Europa abordan el conflicto colombiano, ya que sólo se escucha hablar de Ingrid Betancourt y Uribe es presentado generalmente como un demócrata, que lucha contra la guerrilla. Para ir más lejos habría que tomarse el tiempo de informarse y formarse un sentido crítico.

¿Cómo se concilia, en su opinión, un nombramiento así con los valores que normalmente asociamos a la República francesa: libertad, igualdad, fraternidad? ¿Rigen estos valores en la agenda del señor Uribe?

Frente a todo lo anterior, se puede deducir que los valores que rigen a Uribe no son los que se le atribuyen comúnmente a la República francesa. Y es probable que se valga de estos valores, para adquirir una respetabilidad internacional.

Resaltamos que el gobierno francés actual ha cometido muchas incoherencias frente a los que deberían ser sus valores. Podemos recordar los honores con los que se recibía en Francia a Ben Ali, Mubarak y Gadafi y los lazos económicos y de amistad que el gobierno de Sarkozy tenía con estos gobiernos. Por ejemplo, cuando comenzaron las manifestaciones en Túnez, la propia ministra de relaciones exteriores francesa, propuso un acuerdo de cooperación militar con el gobierno de Ben Ali para solucionar este «problema de seguridad».

Una pregunta fuera de tema: ¿cuál es la situación colombiana en la etapa post-Uribe? ¿Hay cambios reales con la nueva presidencia?

Hoy el ex-ministro de la defensa de Uribe, responsable de los mal llamados «falsos positivos», es el nuevo presidente de Colombia. Esto deja pensar que lo que se puede esperar de este nuevo gobierno no es un cambio radical de su política. Sin embargo Santos ha intentado dar una imagen de su gobierno más demócrata a nivel nacional y respetuosa a nivel internacional.

Pero el modelo persiste, como se ha podido ver en estos meses, la situación no ha cambiado. Hace falta echarle una mirada rápida a los diarios para constatarlo. Son corrientes los casos como el de las concesiones mineras, el desplazamiento, las amenazas y el asesinato de jueces, defensores de derechos humanos, sindicalistas y líderes comunitarios. Estos hechos siguen siendo desafortunadamente el pan de cada día del pueblo colombiano.

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Referencia:

TEJE (Travaller Ensemble Jeunes et Engagés)

MIE, 50 rue de Tournelles – 75003

[email protected]

http://www.teje.fr

facebook.com/teje.association

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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