Es una cita a la vez esperada y temida: el 26 de julio, el presidente de la Comisión Europea es esperado en Atentas -su primera visita desde 2009. Desde el martes, la Troika (BCE, Comisión Europea, FMI) está ya allí. Objetivo: analizar el programa económico del nuevo gobierno y decidir si conceder, o no, un […]
Es una cita a la vez esperada y temida: el 26 de julio, el presidente de la Comisión Europea es esperado en Atentas -su primera visita desde 2009. Desde el martes, la Troika (BCE, Comisión Europea, FMI) está ya allí. Objetivo: analizar el programa económico del nuevo gobierno y decidir si conceder, o no, un nuevo préstamo de 31,5 millardos de euros. Como previo a todo nuevo préstamo, Grecia debe economizar 11,5 millardos de euros en 2013 y 2014.
Pero la coalición en el poder, salida de las elecciones del 17 de junio, no ha podido ponerse de acuerdo sobre un nuevo plan de rigor. Según el gobierno, la economía griega podría retroceder un 6,7% en 2012. El primer ministro griego, Antonis Samaras (Nueva Democracia) reclama más tiempo para reducir los gastos. En su discurso de política general /1, el 6 de julio, anunció una ola de privatizaciones: los ferrocarriles (OSE), puertos, aeropuertos y autopistas, así como la cesión de unidades de producción de la empresa pública de electricidad DEI (o PPC).
Frente a las medidas de austeridad que se suceden desde hace dos años, economistas y militantes reclaman una auditoría de la deuda griega, y la anulación de todos o parte de esos créditos /2. Para Ira Sinigalia, miembro de la campaña por la auditoría de la deuda griega: «la deuda no ha bajado nunca en dos años a pesar de las medidas de ‘rigor’. Solo puede aumentar. Nuestra vida ha sido destrozada, en vano«.
Jade Lindgaard.- ¿Cuando nació la reivindicación de la anulación de la deuda en Grecia?
Ira Sinigalia: Hace dos años, cuando la crisis económica golpeó a Grecia, el FMI, el BCE y la Comisión, la Troika, vinieron. Decidieron con el gobierno griego imponer medidas de austeridad, de privatización y una fuerte bajada de los salarios y las jubilaciones. La deuda no ha bajado nunca en dos años a pesar de estas medidas. No hace sino aumentar. La vida, nuestra vida, ha sido destrozada, en vano.
La Campaña por la Auditoría de la Deuda Griega ha sido introducida por economistas e investigadores en marzo de 2011. Al mismo tiempo, han aparecido nuevas formas de movilización social, con acciones directas y espontáneas. La ocupación de la plaza Sintagma, en Atenas [que se desarrolló durante dos meses en el verano de 2011] se preparaba. Pero esta reivindicación era muy minoritaria. Los militantes intentaban llegar a la gente, realizar un lobbying a los parlamentarios: ¿dónde está la deuda?, ¿cuánto es su montante inicial, sin contar los intereses?, ¿a quién se le debe? Era un primer paso hacia la propuesta más radical del abandono del pago de la deuda. Hoy, hemos recogido 61.000 firmas de apoyo. Durante la ocupación de la plaza Sintagma, hemos colectado 10.000 firmas.
¿Qué habéis aprendido sobre la deuda griega?
La deuda griega representa más del 150% del PIB. Con el Memorándum, ha sido reducida en alrededor 50 millardos de euros. Pero el país ha sido obligado a contratar nuevos préstamos para pagar los intereses de la deuda. Es un círculo vicioso. Nuevos préstamos para pagar otros préstamos… Es un callejón sin salida.
En los Estados Unidos, el movimiento Occupy Wall Street demanda el «perdón de la deuda», es decir, la anulación de las deudas privadas. ¿Es también vuestra reivindicación, o limitáis vuestra demanda a la deuda pública?
Deudas privadas y públicas son dos cosas diferentes. Grecia no conoce crisis de la deuda privada. Pero mucha gente ha contratado préstamos para pagar su casa, y como pierde su trabajo, no puede pagarla. A finales de junio, un tribunal de Atenas ha anulado la deuda de un hombre, de unos 300.000 euros, porque estaba en el paro. Como había pagado ya los intereses, los jueces le han autorizado a no devolver el resto. Es la segunda sentencia de este tipo. Se diría que la justicia quiere ayudar a las víctimas de la crisis.
Los suicidas han aumentado un 200%. Quizá hoy se anuncie una nueva muerte. Ayer, un viejo ha saltado desde el techo de su casa. Recientemente, un joven se ha matado saltando desde la Acrópolis, el símbolo de nuestra civilización. Ha habido también un suicidio político: hace tres meses, un hombre mayor se ha matado por un tiro en medio de la plaza Sintagma. Ha dejado una nota que decía: «No puedo ya vivir así, en unos meses no podría atender a mis necesidades, no quiero ser un peso para mis hijos, por tanto, me voy. Son los traidores del gobierno quienes nos han puesto en esta situación«. En dos años, los griegos han perdido alrededor del 50% de sus rentas a causa de la reducción de los salarios y de las jubilaciones y la subida de los impuestos. Al mismo tiempo, los precios de los bienes han seguido al nivel de 2009. He mirado los precios de la gasolina en Francia: es más barata que en Grecia. Allí, el litro está a 1,95 euros, mientras que aquí lo he visto a 1,5 y 1,6 euros. Tenemos el precio de la gasolina más caro de Europa. Al mismo tiempo algunas personas no pueden pagar su tratamiento médico. El sistema de salud es aún público pero, ¿por cuánto tiempo?
¿Vuestra campaña consigue movilizar?
La campaña por la auditoría de la deuda griega era al comienzo muy popular. Durante la ocupación de la plaza de Sintagma, suscitó la esperanza de más justicia. Luego, el pasado invierno, hemos buscado nuevas formas de movilización. Pero era difícil mediatizarlas. Los medios griegos nos eran hostiles, muy progubernamentales, favorables a las medidas de austeridad [Ira Sinigalia es periodista independiente]. Han dicho que el sector público era recortable, que los funcionarios eran perezosos y demasiado caros. Han manipulado a la opinión pública.
Hemos debido responder, intentando educar a la gente sobre las alternativas, las demás dimensiones de nuestra realidad. Por ejemplo, hemos organizado actos en un café, para encontrarnos entre griegos, pero también con visitantes extranjeros, periodistas, militantes, investigadores. Existe actualmente numerosas campañas por la auditoría de la deuda en el mundo, en Bélgica, en Egipto, en Túnez, en Irlanda, en España… Pero creo que somos los más radicales pidiendo que se pare el pago. Es fácil de explicar: la crisis griega es tan enorme, más que en otras partes.
¿Cuáles son vuestras relaciones con los partidos políticos?
Syriza nos apoya. Pero adapta sus discursos a la sociedad. Alexis Tsipras no habla de parar de pagar la deuda sino de anular el Memorándum firmado con la Troika. Las deformaciones de los medios y las afirmaciones del gobierno han creado una confusión entre el cese del pago y la salida del euro. Ahora bien, Grecia es muy favorable a Europa. La entrada en el euro fue descrita como un gran éxito, una realización nacional. Como los griegos piensan que el euro es un éxito, la idea de salir del euro les parece sinónimo de caos. Y es lo que se ha dicho: si votáis Syriza, vais a abandonar el euro y eso será la catástrofe.
Es la razón por la que los griegos han votado una vez más por los políticos responsables de la crisis. Había un sentimiento de miedo. Syriza ha debido adaptarse. Creo que su estrategia es avanzar poco a poco. La izquierda anticapitalista de Antarsya demanda, por su parte, la anulación de la deuda y la salida del euro. Antarsya quiere decir «revuelta» en griego.
¿Cuáles son las nuevas formas de política que intentais experimentar?
Por ejemplo, la organización de comidas comunes para reunir a la gente contra Amanecer Dorado [el partido de extrema derecha que ha conseguido el 7% de los votos en las legislativas de mayo]. No es fácil. Los problemas que han llevado a ciertos griegos a sumarse a Amanecer Dorado son el paro, la subida de la criminalidad, la propaganda mediática. Intentamos responder con los medios antipropaganda que se crean. Organizamos sesiones de discusión.
Pero no puedes hacer ese trabajo en los barrios que han votado por ellos viniendo de fuera como visitantes. Es un error que la izquierda no debería cometer. No puedes desembarcar donde esa gente diciendo: «Buenos días, soy de Syriza, no parece que os vaya bien, ¿cuáles son vuestros problemas?». Te responderán: «Pero Amanecer Dorado nos protege contra los robos y las violaciones a nuestras hijas«. Entonces, intentamos más bien organizar a habitantes de esos barrios, para ayudarles a enfrentarse a Amanecer Dorado. Se intenta montar un «frente». Pero habrá enfrentamientos físicos.
La herencia más importante de la ocupación de la plaza de Sintagma es la autoorganización. No dejamos ya nuestra suerte en manos del parlamento y de los responsables políticos. Es nuestro mayor éxito. La sociedad griega era muy dependiente de la clase política. Los parlamentarios, los ministros, eran nuestros «patronos», los patronos de la sociedad. Nos encontraban nuestros empleos, hacían cosas por nuestros hijos…. No era un sistema representativo clásico. Había una forma de clientelismo: yo voto por tí, pero tú haces algo por mí. Es esto lo que cambia hoy. Esta relación se ha roto. Y está bien que se haya roto.
¿Qué relación establecéis entre la auditoría de la deuda financiera y la deuda ecológica?
La crisis económica tiene varios rostros. Entre ellos, el de la venta de tierras públicas para devolver la deuda griega. Tenemos así el proyecto «helios» (sol en griego): hay terrenos que van a ser vendidos a inversores que van a instalar en ellos paneles fotovoltaicos para producir electricidad que será luego encaminada hacia Alemania. El dinero sacado de esta operación se dedicará al pago de la deuda. Pero esta energía solar no podrá ser utilizada por los griegos.
Otro ejemplo: el antiguo aeropuerto de Elliniko, en la costa, cerca de Atenas, debía ser transformado en parque. Muy contaminada, la capital tiene necesidad de espacios verdes y de espacios públicos. Pero ahora el gobierno prevé vender esa tierra para construir en ella casinos, centros comerciales, puertos deportivos… Quieren construir una nueva ciudad en la ciudad. Los ingresos irán a una caja de devolución de la deuda. Grecia está puesta en venta, más bien, está en rebajas.
Esta entrevista fue realizada el pasado 4 de julio durante la universidad de verano del CRID.
Fuente: http://www.mediapart.fr/journal/international/200712/grece-notre-vie-ete-bouleversee-en-vain
Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR
Notas: