El 9 de agosto de cada año se celebra el día internacional de los pueblos indígenas y como tal se realizaran en diferentes partes del continente americano varios eventos importantes que se relacionan con la problemática de los pueblos culturalmente diferenciados. En Honduras la Población Indígena y Afrodescendiente alcanza un numero mayor de 700,000 personas […]
El 9 de agosto de cada año se celebra el día internacional de los pueblos indígenas y como tal se realizaran en diferentes partes del continente americano varios eventos importantes que se relacionan con la problemática de los pueblos culturalmente diferenciados.
En Honduras la Población Indígena y Afrodescendiente alcanza un numero mayor de 700,000 personas integradas en 9 pueblos indígenas como ser los Pech, Tolupanes, Misquitos, Tawahkas, Afrodescendientes (Garifunas) , Creoles, Lencas, Chortis y Nahoas. Para efectos de este artículo de opinión realizare en esta oportunidad una reflexión sobre la problemática de-salud.
Actualmente las condiciones de salud de la población Indígena y Negra de Honduras presentan un rezago importante respecto al resto de la población, existiendo marcadas diferencias en cuanto a las causas de mortalidad general. E n la morbildad indígena dos enfermedades infecciosas se mantienen dentro de las primeras causas de afectación y muerte: las infecciones intestinales y la influenza y neumonía. El peso relativo de la mortalidad por enfermedades transmisibles en la población indígena es de casi el doble de la nacional. Los diferenciales más importantes en cuanto a causas de mortalidad se encuentran en las patologías del sistema digestivo y respiratorio, que es el doble de la nacional, y las diarreas y la mortalidad materna, tres veces más altas que a nivel nacional. Al contrario, la mortalidad por enfermedades no transmisibles tales como diabetes mellitus, tumores malignos y enfermedades del corazón, representan-la-mitad-de-las-observadas-entre-la-población-general.
La mayor mortalidad de la población Indígena se registra en los primeros años de la vida; la tasa de mortalidad infantil, en menores de un año por cada mil nacimientos se duplican en relación a la tasa nacional . Los factores de riesgo asociados a las elevadas tasas de mortalidad infantil son: Mujeres con alta fecundidad, inicio temprano de la vida sexual activa y periodos intergenésicos cortos; madres con baja escolaridad y malas condiciones físicas de las viviendas; difícil acceso o nulo a los servicios de salud y deficiente infraestructura sanitaria.
En las comunidades indígenas tienen una prevalencia elevada de las llamadas patologías de la pobreza, entre las que destacan las de origen hídrico, las Infecciones respiratorias Agudas, y el alcoholismo sigue siendo un grave problema social que afecta a las familias Indígenas.
Se estima que las condiciones de insalubridad del medio ambiente, un inadecuado control de las excretas humanas, la falta de acceso a la energía eléctrica y el consumo de agua para uso humano son las principales causas de esta situación. Dichas condiciones de insalubridad se suma el hecho de que una proporción elevada de la población indígena mayor de quince años es analfabeta. A consecuencia de la escasez de servicios permanentes de salud en las zonas Indígenas, la baja frecuencia de notificación y la baja asistencia a los servicios de salud, existe un marcado subregistro en la información. Además, los sistemas institucionales de información, no distinguen si el usuario del servicio es indígena o no. Por ello, no es posible identificar específicamente-los-daños-a-la-salud-que-ocurren-en-esta-población.
Las estadísticas revelan sólo las causas de enfermedad diagnosticada, pero no capturan el sentir indígena sobre las causas que afectan el equilibrio de salud-enfermedad, ni tampoco los eventos atendidos al margen de los sistemas institucionales de salud. Es necesario avanzar en la construcción de una auténtica epidemiología socio-cultural a través de estudios locales, que incluya tanto a las enfermedades recogidas por el sistema de salud como a las llamadas «enfermedades-tradicionales».
Entre las cinco principales causas de demanda de atención de la medicina tradicional investigadas se encuentran el mal de ojo, el empacho, el susto o espanto, la caída de mollera y la disentería; gnosologías tradicionales que pueden relacionarse a enfermedades infecciosas del-aparato-digestivo-y-respiratorio.
La importancia de la medicina tradicional se ejemplifica en el hecho de que en las zonas rurales más alejadas y con un alto porcentaje de población Indígena, el 100 por ciento de los nacimientos son atendidos por parteras. Y las patologías locales de la atención primaria en salud son tratadas con terapias alternativas como plantas medicinales y otras. Por otra parte, una encuesta realizada en las zonas donde residen pueblos indígenas se puso de manifiesto que las plantas medicinales se utilizan en el 38 por ciento de los casos por trastornos digestivos; en el 13.6 por ciento de padecimientos de tipo respiratorio; en el 13.5 por ciento para curar lesiones de la piel, infecciones cutáneas, traumatismos, dolor muscular y reumático y picaduras de animal; en 13 por ciento para el tratamiento de la fiebre, escalofrío, dolor de cabeza y articulaciones en general, y en un 5.5 por ciento para tratamiento de síntomas relacionados-con-el-aparato-sexual-femenino.
Las deficiencias de micronutrimentos también son muy importantes en las mujeres embarazadas y en periodo de lactancia, donde cuatro de cada diez presentan anemia, casi el doble que la población general. Esta situación condiciona que las mujeres indígenas tengan una mayor probabilidad de presentar complicaciones durante el embarazo, tener hijos e hijas con bajo peso al nacer o prematuros. El riesgo de morir de una mujer indígena durante el embarazo, parto o puerperio es casi tres veces mayor que el de una mujer no indígena.
Las mujeres indígenas pertenecen a los sectores del país en donde se concentra uno de los más grandes rezagos en materia de salud, hecho que tiene su origen en la triple marginación que enfrentan por su condición de género, clase y etnicidad.
La propuesta intercultural ante la inequidad
Para mejorar las condiciones de salud de la población indígena se requiere, entre otras cosas, ofrecer servicios de salud acordes a las necesidades de la población. Es importante la creación de una estrategia efectiva y permanente que propicien el respeto a la dignidad de las personas, incorporando los valores de los pueblos Indígenas, sus interpretaciones y valoraciones-del-fenómeno-de-la-salud-y-de-la-enfermedad.
Por lo tanto, las estrategias deben ser modificadas, ampliando su enfoque de manera que tomen en cuenta los diferentes aspectos biológicos, psicológicos, sociales, ambientales, económicos, culturales y de género de los pueblos Indígenas, así como sus modalidades de organización social, factores importantes todos ellos en el mantenimiento o pérdida de la salud.
Las barreras lingüísticas y de comunicación intercultural juegan un papel importante en la relación de los indígenas con las instituciones públicas de salud. De parte de los usuarios se manifiesta una resistencia al uso de los servicios. Persiste una desconfianza hacia la medicina occidental, fruto de experiencias negativas provenientes de la actitud discriminatoria que el modelo de salud dominante ha ejercido sobre la poblacion indigena. Sus nociones del proceso salud-enfermedad chocan y se complementan con los conceptos científicos que constituyen la alopatía moderna, lo que genera permanentemente relaciones de complementación y conflicto.
El lenguaje utilizado por los médicos dificulta la comunicación e imposibilita la empatía y confianza con el paciente. La escasa información que se da a la persona indígena sobre el propósito y la necesidad de algunas intervenciones, tales como la vacunación, las inyecciones, la extracción de sangre, los exámenes de gabinete, etc., terminan por distanciar definitivamente a los actores del proceso terapéutico. En el caso de la atención gineco-obstétrica existen barreras específicas como el pudor y el hábito de ser atendidas ya que prefieren ser atendidas solo por Mujeres. Médico y paciente no sólo hablan idiomas distintos sino que operan visiones del mundo a menudo contrapuestas, y no siempre encuentran los puntos de contacto intercultural. Frecuentemente existe descalificación del personal de salud respecto de las prácticas tradicionales y populares de atención a la salud y a la enfermedad. La población Indígena lleva además el estigma de la marginación y la pobreza, resultado de una histórica y persistente-enajenación-social.
Evitar este desencuentro entre culturas, particularmente en los servicios de salud que se proporcionan a la población indígena, especialmente en el primer nivel de atención, depende en gran parte de la formación y competencia del personal que atiende a la población indígena. Por este motivo planteamos la incorporación del enfoque intercultural de la salud como una estrategia adecuada en los programas de capacitación del personal de salud, con el fin de modificar la visión y comprensión de la salud indígena multicultural.
Modificar la formación de recursos humanos en salud con orientación intercultural supone reconocer principios básicos, como el respeto en el trato de los usuarios, el reconocimiento de las tradiciones culturales, el combate a la exclusión en la atención y la equidad en salud hacia los distintos pueblos culturalmente diferenciados en Honduras.
Raúl Hernández es Lic. en trabajo social, salubrista, y consultor especialista en el tema de Salud Intercultural.
Fuente: http://alainet.org/active/57094