Una derrota estrepitosa. Así se puede catalogar el fracaso electoral del gubernamental Partido Cívico Democrático (ODS) superado en las elecciones del fin de semana por socialdemócratas y comunistas. La Socialdemocracia recibió alrededor del 24% de los votos, los comunistas se convirtieron en la segunda fuerza política del país a nivel regional con un poco más […]
Una derrota estrepitosa. Así se puede catalogar el fracaso electoral del gubernamental Partido Cívico Democrático (ODS) superado en las elecciones del fin de semana por socialdemócratas y comunistas.
La Socialdemocracia recibió alrededor del 24% de los votos, los comunistas se convirtieron en la segunda fuerza política del país a nivel regional con un poco más del 20%, mientras que el gubernamental Partido Cívico Democrático tuvo que contentarse con un poco más del 12% de los votos.
El líder cívico-demócrata y primer ministro, Petr Nečas, sostuvo que la derrota se debía a que como partido gubernamental se ve obligado a aplicar medidas impopulares pero indispensables.
Debido a la fulminante derrota, Nečas anunció que adelantaría la celebración del congreso partidista para estudiar lo ocurrido.
«Nosotros analizaremos profundamente los resultados de las elecciones. No podemos comportarnos como si fuéramos sordos y ciegos. El próximo congreso del Partido es el foro adecuado para estudiar lo ocurrido».
Después de dos años y medio de gestión, el Gobierno de Nečas fue castigado por el electorado que le dio a entender que no acepta la política de recortes, subida de impuestos y reformas del sistema de salud, entre otros, impulsado por su Gabinete.
A pesar del triunfo conseguido, el líder de la Socialdemocracia, Bohuslav Sobotka, se mostró molesto por no haber mantenido las trece regiones conquistadas en las elecciones anteriores.
«La dirección de la Socialdemocracia pedirá cuentas a los líderes regionales donde perdimos. No entiendo cómo es posible que hayamos perdido precisamente en regiones como Liberec y Ústí».
La socialdemocracia y los comunistas no tuvieron que esforzarse demasiado en estas elecciones. El desgaste del oficialismo, los escándalos de corrupción y la lucha intestina dentro del Partido Cívico Democrático ayudaron a la victoria de la oposición.
Los analistas coinciden en que después de más de 20 años de la Revolución de Terciopelo, los comunistas recuperan terreno lo que les otorga una importante dosis de poder, y esto refleja el descontento de la población con los desaciertos de algunos partidos de derecha.
En los comicios participó tan solo el 37% de los votantes, lo que favoreció a los comunistas, con una militancia disciplinada, que acuden regularmente a las urnas.
Tras la resaca electoral las agrupaciones ganadoras han iniciado negociaciones para la formación de los gobiernos regionales, al tiempo que se preparan para la segunda vuelta de las elecciones a una tercera parte del Senado, dominado por los socialdemócratas.