El bloque continental tiene el desafío de consolidar un proyecto integracionista en términos económicos sin obviar las asimetrías existentes entre sus países miembros. Sobre ese análisis se explayó el profesor titular del Centro de Investigaciones de la Economía Internacional de la Universidad de La Habana, Antonio Romero. En entrevista con Prensa Latina, el especialista subrayó […]
El bloque continental tiene el desafío de consolidar un proyecto integracionista en términos económicos sin obviar las asimetrías existentes entre sus países miembros. Sobre ese análisis se explayó el profesor titular del Centro de Investigaciones de la Economía Internacional de la Universidad de La Habana, Antonio Romero.
En entrevista con Prensa Latina, el especialista subrayó que la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), constituye un hecho histórico. Afirmó que se trata de la primera vez que confluyeron en un organismo de alcance regional los 33 Estados independientes que forman parte del área.
Sin embargo, explicó, hay un reto claro para el organismo: integrar a países de distinta naturaleza en términos económicos. Coexisten economías grandes y diversificadas como las de Brasil y México, junto a otras más pequeños y vulnerables como las islas del Caribe oriental.
Romero señaló que las naciones también presentan diferencias notables entre países con un alto nivel de desarrollo relativo, considerando el desarrollo humano; y otros como Haití, que clasifica como el menos adelantado.
Las desigualdades, además, alcanzan el ámbito de la inserción internacional, toda vez solo algunas naciones tienen una amplia apertura económica externa y una fuerte presencia del sector externo dentro de sus economías, comentó el entrevistado.
No obstante, subrayó, hay una simetría en términos de visión del modelo económico y por lo tanto del modelo de inserción internacional al interior de la región.
Eso supera las diferencias entre los que privilegian las relaciones sobre la base del Libre Comercio con los países desarrollados y los que impulsan políticas y modelos de desarrollo alternativo, como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y tienen una visión más centrada en términos del mercado interno y el desarrollo del mercado regional, de una mayor regulación del estado, afirmó.
Estas grandes divergencias constituyen desafíos bien marcados desde el punto de vista económico para la Celac, y sus expectativas a generar en el corto plazo, dijo Romero en otro momento de la conversación.
«Creo que la Celac tiene mucho que hacer en términos económicos y frente a estas divergencias se impone avanzar en términos de la integración económica en su acepción más amplia», sostuvo.
A su juicio, convendría desarrollar una agenda de cooperación económica para el desarrollo de programas de alcance regional y la implementación de políticas públicas para la reducción de la pobreza, la inclusión social y el logro de la seguridad alimentaria.
De acuerdo con el especialista, América Latina es una región donde concurren tanto potencias agrícolas como exportadores netos de productos agropecuarios, y también países importadores de alimentos, con aquellas experiencias de cooperación agroalimentaria al interior del Mercado Común del Sur (Mercosur), la ALBA, la Comunidad Andina de Naciones (CAN). «Compartir esas experiencias para apoyar la seguridad alimentaria también es una vía económico-social» afirmó Romero.
Consideró, además, que el organismo regional puede constituirse en el foro por excelencia para concertar las posiciones latinoamericanas sobre los principales temas de la agenda internacional.
Por otro lado, comentó que para los países del área hay una preocupación permanente sobre cuáles serán las medidas multilaterales que se tomen para resolver las raíces estructurales de la actual crisis, y para adecuarse a la nueva arquitectura financiera internacional.
La Celac surgió en diciembre de 2011 en Venezuela y tendrá su primera Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno a finales de este mes en la capital chilena. De ese encuentro se espera que surja la aprobación de una declaración política y un plan de acción.