Los dirigentes de Izquierda Unida, Cayo Lara, y del Partido de la Izquierda francesa, Jean-Luc Mélenchon, protagonizaron ayer un acto conjunto en Madrid llamando a los trabajadores, movimientos sociales y formaciones de izquierdas a la «resistencia» y el «combate» -términos vigentes de nuevo en Francia- contra el «golpe de Estado del capital y la dictadura […]
Los dirigentes de Izquierda Unida, Cayo Lara, y del Partido de la Izquierda francesa, Jean-Luc Mélenchon, protagonizaron ayer un acto conjunto en Madrid llamando a los trabajadores, movimientos sociales y formaciones de izquierdas a la «resistencia» y el «combate» -términos vigentes de nuevo en Francia- contra el «golpe de Estado del capital y la dictadura de los mercados» que están «robando la democracia y los derechos sociales«. El entrecomillado corresponde a Lara. Con este evento comienza una semana de concienciación contra la política de empobrecimiento impuesta por la Troika -«unos señores a los que nadie ha votado«, recordó el coordinador de IU- que tendrá continuación el viernes en un acto con el líder de Syriza, Alexis Tsipras, y culminará en manifestaciones a la vez en varios países europeos el próximo sábado, 1 de junio. Mélechon dio la señal de alerta: «Ahora preparan algo nuevo, el mercado trasatlántico, la anexión de la UE por el gran mercado norteamericano«.
Previamente, en una rueda de prensa conjunta, Lara y Mélenchon coincidieron en la necesidad de «dar un impulso definitivo» a la construcción de «un frente común europeo realmente de izquierdas» con el que «enfrentarse a la locura» de la política económica europea.
Los dos dirigentes fueron acogidos en el Círculo de Bellas Artes con aplausos y gritos de «¡Combat!» y «¡Juntos podemos!» por cientos de militantes y simpatizantes españoles y franceses. Puesto que los cuerpos ocupan un lugar en el espacio y el aforo de la sala Ramón Gómez de la Serna no da para más de 300, habilitaron la María Zambrano para que otros tantos pudieran seguir las intervenciones a través de dos pantallas. Llegó Lara sin resuello, con el eurodiputado Willy Meyer también resoplando. La idea de subir por la escalera las cinco plantas del histórico edificio no fue buena: cada planta son dos pisos. Y quedaban más: una entreplanta para saludar a Mélenchon y fijar el orden de las intervenciones.
Primero, el compañero francés. Hay que tratar bien a los visitantes y consolidar la amistad y la unidad. Tanto es así que Lara no tuvo inconveniente en confesar que seguía sus intervenciones por Internet antes de conocerle y agradeció que en sus discursos siempre tuviera palabras de reconocimiento hacia los republicanos españoles que lucharon en la resistencia francesa contra los nazis. Y puesto que la presentación de este hombre capaz de congregar a decenas de miles de personas en La Bastilla resultó manifiestamente mejorable a partir de las palabras de la nerviosísima actriz encargada del cometido, Lara le ensalzó «como artífice de la derrota de la derecha en Francia y, con cuatro millones de votos, de sacar a Nicolás Sarkozy del Elíseo«, algo que no se ha podido hacer en España porque el sistema electoral penaliza a IU.
Un minuto le sobró a Mélenchon para meterse al público en el bolsillo con su alocución en un castellano voluntarioso y algo macarrónico y una emocionante afirmación: «Vibramos con las mareas españolas, somos hermanos, lo sabemos, vuestro combate es nuestro combate, nos sentimos implicados por las ofensas a la gente, a la que echan del trabajo, a los que expulsan de sus casas… Todo el combate se centra en la lucha por la conciencia; antes que la política está la conciencia solidaria… La humanidad se construyó gracias a la solidaridad. Los capitalistas obligan a decir «sí señor», y nosotros nos decimos: «sí, mi amor«.
Las dotes didácticas del orador, con profusión de ejemplos sencillos y de contraposiciones entre el mundo del trabajo y el del lujo, los yates, los acumuladores de capital -«Francia bate el récord de ricos«-, a los que no importa el daño -«Cada día hay más gente más pobre en países cada vez más ricos»– ni la destrucción de los mares y los recursos naturales -«El Mediterráneo es una cloaca«-, por un momento permitieron al público establecer la diferencia entre este dirigente que fue ministro de Enseñanza con Lionel Jospin (2000-2002) y el dogmático semoviente que en el mismo cargo ministerial soportamos en España.
Alerta ante la anexión por EEUU
Más allá de definir el modelo alemán -«Trabajar como una bestia, callado como un pescado, y si no aceptas las condiciones te echan sin indemnización«- y de pedir disculpas por la interminable sucesión del apellido Borbón -«Disculpen si he sido irrespetuoso». Una voz: «¡No!«-, Mélenchon quiso dejar claro que «si no paramos esta política de destrucción del Estado del Bienestar, todo esto va a acabar mal«. Y tras referirse al auge de la ultraderecha en Hungría, Grecia y la propia Francia, animada por la derecha, dijo que la cadena del neoliberalismo se acabará rompiendo, «no sabemos donde se quebrará, pero debemos ofrecer un punto de apoyo, un nuevo sistema económico a la sociedad», enfatizó.
Ya en referencia a la Troica, el líder del Partido de la Izquierda francesa, que es eurodiputado y se huele lo que cocinan los gobiernos en Bruselas, afirmó: «Ahora preparan algo nuevo, el gran mercado trasatlántico, la anexión de la UE por el mercado estadounidense. No han informado a nadie, ni a los ciudadanos ni a sus representantes parlamentarios. ¡Alerta! Llevan preparando este mercado desde hace diez años, la negociación empieza en junio y quieren resolverla en cuatro meses. Hay que bloquearla porque están en juego derechos democráticos y derechos humanos universales«.
Estafa electoral y gobierno ilegítimo
Cuando Cayo Lara tomó la palabra evocó a los 10.000 voluntarios franceses que lucharon por la democracia española en las Brigadas Internacionales, muchos de los cuales perdieron la vida. «Nosotros tenemos memoria, somos la memoria«. Y como si se tratara de un médico que explica a los familiares el maltrecho estado del paciente, con «un Gobierno en estafa electoral, con ilegitimidad para gobernar y si se demuestran los donativos empresariales al PP a cambio de adjudicaciones de obras y servicios, no sólo en ilegitimidad, sino en ilegalidad«.
El cuadro clínico de la España que visita -dijo Lara a Mélenchon- es el de un país con más riqueza que nunca y más pobres que nunca; con más alimentos que nunca y comedores sociales llenos de gente a la que han robado la dignidad y algunos se suicidan; con más viviendas que nunca y más gente sin vivienda… «¿Cómo es posible que la cuarta economía de Europa sea la primera en paro?» El dirigente de IU, que exigió la dimisión del Gobierno y la convocatoria de elecciones generales, no sólo responsabilizó a Mariano Rajoy de la situación, sino también a su antecesor, Rodríguez Zapatero, que hace ahora tres años claudicó ante la Troica, con los resultados que conocemos: «Más paro, más recesión, más deuda, más corrupción, incluida la Casa Real, el Borbón, que tenía que dar ejemplo y tenía una cuenta en Suiza que le dejó su antecesor«.
Van a por el sistema de pensiones
Lara, que también denunció que 8 de los 12 expertos encargados de elaborar el informe sobre la sostenibilidad de las pensiones están al servicio de la banca y las aseguradores y, por tanto, no es difícil adivinar sus conclusiones: fondos privados de pensiones, responsabilizó asimismo a Rajoy y Zapatero de haber «guillotinado la Constitución» anteponiendo el pago de la deuda a las necesidades sociales y utilizando la reducción del déficit «como argumento para cargarse el Estado del Bienestar«. Y sobre este asunto afirmó que la deuda, cuyos intereses anuales son 40.000 millones, 4 puntos del PIB, exige una auditoría para determinar la cuantía satisfecha o parte de la «deuda odiosa«. «Esto preocupa mucho a los embajadores, que nunca se han acordado de nosotros y ahora nos visitan, el alemán, el francés, el holandés…«
El dirigente de IU insistió en que la solución a actual situación pasa por la aplicación del plan de empleo que entregó al jefe del Gobierno, el combate del fraude, la supresión de los billetes de 500 euros -«o al menos, el cambio de color, porque son instrumentos de fraude, como ya reconoce hasta Rubalcaba y acaba de dictaminar la Cámara francesa«-, la eliminación de los paraísos fiscales y por una Europa social, con fiscalidad europea, un BCE que acabe con los especuladores, una fiscalidad común y, entre otras cosas, «el control público de los sectores estratégicos«.
El coordinador general de IU terminó su discurso diciendo: «No queremos que la Troica nos gobierne porque no les hemos votado y nos están robando«. Y tras recordar la ampulosa frase de Julio Anguita: «La izquierda le disputa a Dios el poder de crear» y de sustituir al supremo por el «neoliberalismo» llamó a «defender la democracia» frente a la dictadura de los voraces especuladores capitalistas que han hecho realidad todo lo que decían que debíamos temer del comunismo: la supresión de la propiedad privada, pero no para el común sino para unos pocos.