La Asamblea Nacional de Sinn Féin en Wexford, al sureste de Irlanda, ha definido a la formación como una alternativa a los partidos mayoritarios irlandeses, con políticas democráticas en las que priman el mantenimiento de los servicios públicos, a la vez que sugiere la posibilidad de un referéndum para la unidad de Irlanda.
Sinn Féin es en estos momentos un partido clave en los dos estados de la isla de Irlanda, Lo dijo en su discurso de cierre de la Asamblea de Sinn Féin el presidente del partido, Gerry Adams, y así lo apuntan las encuestas de opinión, que auguran un crecimiento en la intención de voto del partido republicano de siete puntos, que de llegar a materializarse confirmarían a los republicanos como tercera fuerza en la república irlandesa. «Aquí estamos y no vamos sino hacia delante», afirmó Adams durante su intervención.
Atrás quedan los años en los que las voces de los republicanos estaban prohibidas en los medios. Hace veinte años del final de la política de censura mediática contra los representantes de Sinn Féin. Esta vez, durante el viernes y sábado, la televisión pública emitió en directo secciones completas de la Asamblea de Sinn Féin, así como el discurso íntegro de su presidente.
Ahora ha llegado el momento en el que las expectativas de los republicanos se centran en cristalizar las intenciones de los votantes en escaños europeos y número de concejales. La dificultad es no sólo demostrar que sus políticas son una opción viable, sino convencer a los irlandeses de que existe una alternativa después de siete años de mantra gubernamental afirmando que las políticas de austeridad son la única posibilidad.
El cambio es posible
Si ha habido un mensaje claro en esta Asamblea de Sinn Féin es precisamente que sí hay una alternativa. Las intervenciones de los delegados demuestran que en el partido existe el deseo y la creencia de que el cambio político es posible. Las criticas a las políticas gubernamentales -o la carencia de ellas- se alternaban con propuestas progresistas que se centran en construir una sociedad más igualitaria, en la que se escuchen y se respete la voz de los ciudadanos. Y eso es una alternativa frente a un Gobierno que los republicanos tildan de arrogante.
«La mayoría de los ciudadanos entienden que se deben tomar decisiones difíciles, pero lo que les molesta es de la forma en que se hace», apuntó Adams. «Nuestra sociedad está más y más polarizada entre los que tienen y los que no, gobernada por un Ejecutivo crecientemente arrogante. La arrogancia que ignora las preocupaciones sobre el fracking; la que rompe los límites en el pago a consejeros ministeriales mientras recorta los subsidios a los enfermos crónicos y sus cuidadores. La arrogancia que ignora las preocupaciones de las comunidades sobre el impacto de las líneas de alta tensión en su salud», denunció el presidente del partido republicano, para asegurar a continuación que su formación «no hará promesas electorales que no puedan cumplir, pero implementará todos sus compromisos».
Gerry Adams afirmó que este es un principio de «revolución democrática».
Adams recordó que la actuación de su Gobierno en el norte de Irlanda avala este compromiso. Desde el Ejecutivo norirlandés Sinn Féin se ha opuesto a las políticas de austeridad impuestas por Londres, negándose a crear nuevos impuestos e invirtiendo en educación e infraestructuras a pesar de su dependencia presupuestaria del Gobierno británico. «Estar en el Gobierno es sobre tomar decisiones. No nos dejemos engañar por Fine Gael, Labour o Fianna Fail, que afirman que no tienen ninguna opción en las decisiones que toman», subrayó Adams. «Martin McGuinness y nuestro equipo de ministros nos han demostrado lo que es posible con un liderazgo político real».
Adams denunció la «cultura tóxica» que ha permitido a élites políticas, financieras y religiosas abusos de poder en la defensa de unos intereses que se encuentran en el epicentro de la crisis irlandesa de hace seis años y que han victimizado a los ciudadanos. Consecuencia directa de la crisis es la emigración, que desde 2007 se ha traducido en más de 400.000 personas que han abandonando Irlanda, lo que equivale a un 9% de la población. «Enda Kenny, nuestro primer ministro, insulta a todas esas familias cuando describe la situación como el deseo de viajar de los jóvenes. Estos 400.000 emigrantes y sus familias saben exactamente quién es responsable de su emigración forzosa… Por eso no hay voto para la diáspora», denunció el líder republicano.
Autodeterminación
Fue el viernes por la tarde cuando los delegados republicanos debatieron la situación política norirlandesa. Si el viceprimer ministro norirlandés, Martin McGuinness, realizó una llamada al unionismo para que se comprometa en la resolución de las cuestiones que dificultan el proceso político, Adams fue más tajante en su discurso del sábado apuntando a que todas estas cuestiones se van a resolver tarde o temprano, y proponiendo a la Orden de Orange una reunión para negociar una solución. «Queremos tradiciones no sectarias en todos los sectores, vivir juntos en paz, respeto y tolerancia», zanjó.
Asimismo, Sinn Féin no renuncia a una Irlanda unida, y considera la posibilidad de un referéndum de autodeterminación. «¿Por qué se negará un demócrata a que la gente manifieste su opinión? ¿Tienen miedo de la gente?, ¿del futuro?, ¿de la democracia?», se preguntó.